•SESENTAIDOS•

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Axel

– Molly, no nos has contado cómo te va en tu nuevo trabajo – habló Dakota cuando ya estábamos terminando la comida

– Todo muy bien, las personas son muy amables. No hay mucho personal, así que la comunicación es mucho mejor

– ¿Cuántos son? – preguntó su madre

– Cuatro. Una chica que es mesera junto conmigo, una que es cajera, un chico que es pastelero, el otro pastelero es nuestro jefe, y sus dos hermanas también trabajan, una ve la parte administrativa y la otra es como asistente.

– ¿Me habías dicho que tu jefe quería recuperar la antigua pastelería? – preguntó su madre

– Sí, creo que su abuela era la dueña original. Luego la vendió por razones personales, y él la compró para recuperar la esencia que tenía antes.

– Recuerdo que a tu abuelo le encantaba ir a comer allí, todos los días iba y le encantaba llevarte – sonrió levemente

– Ahora está casi igual que antes, creo que lo único que cambiaron fueron las máquinas

– Mamá, ¿Cuándo comeremos el postre? – interrumpió su hermana

– Buena idea, mientras antes mejor, porque ya es hora de que te vayas a la cama – le respondió – Hora del postre que Molly preparó.

– No te preocupes, yo los traigo – Molly se puso de pie para retirar los platos y rápidamente yo también me puse de pie, porque no quería quedarme sin ella

– Te ayudo – hablé tomando los platos y la seguí hacia la cocina

– Gracias – habló cuando los dejé sobre el lavaplatos y se volteó para verme – ¿Dónde está el señor Axel Cavalli?

– ¿Por qué? - pregunté confundido

– Porque has estado toda la cena callado – respondió con una sonrisa – ¿Qué te pasa? ¿Estás tímido?

– Claro que no, solo no hablo porque me gusta escuchar las historias que cuentan

– Está bien, como digas, pero relájate un poco – me indicó caminando hacia el refrigerador

– No sabía que tu jefe trabajaba junto a ti – se dio la vuelta par mirarme – Pensé que era una mujer, generalmente ellas tienen pastelerías

– También me sorprendió, pero parece ser un buen chico

– Supongo que no tengo de qué preocuparme - caminé hacia ella y me miró confundida

– ¿Me huele a celos? – preguntó con una sonrisa y reaccioné a lo que había dicho – Claro que no, Axel, tengo novio y lo respeto – afirmó – Espero que te guste el tiramisú – abrió la puerta para sacar los postres – Se ven comestibles, ayúdame con estos dos, yo llevaré los demás

Estiró sus manos mostrándome los pequeños platos con un trozo de tiramisú, pero la ignoré y me acerqué mirando sus labios

– Axel – susurró cuando levanté su rostro con mis manos – Se me caerán los platos... – la interrumpí besando sus labios por unos segundos

– No podía resistirme más – susurré separándome unos centímetros de ella – Los llevaré a la mesa – tomé los platos, pero antes de que me volteara, puso sus manos en mi cuello y sonreí cuando sus labios volvieron a tocar los míos

No podía soltar los platos, pero me moría de ganas por llevar mis manos a su cintura y pegarla más a mí. Esta vez ella tenía el control del beso y me agradaba lo dulce y delicada que era, sus suaves dedos jugaban con mi cabello tiernamente y lentamente comenzó a separarse para mirarme a los ojos con una sonrisa.

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora