•CIENTO VEINTIUNO•

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Molly

Me detuve fuera de la pastelería, solo quedaban unos minutos para que mi turno comenzara, pero no podía evitar pensar en Axel y lo mal que se veía.

Por primera vez lo notaba tan inseguro e indefenso, como si realmente no supiera que hacer o a dónde ir y estaba segura que si yo estuviera así, él no dudaría en estar conmigo.

- Molly - levanté la vista encontrándome con Travis - ¿Te pasa algo? - preguntó confundido - ¿O por qué no entras?

- Travis, quería pedirte algo - respondí un poco nerviosa por no saber qué me respondería - ¿Hoy podría salir más temprano? - pregunté - Puedo hacer los pasteles o galletas que me pidas rápidamente y cuando...

- Tranquila - me detuvo - ¿Necesitas la tarde libre? - preguntó y asentí levemente - Hoy no hay mucho movimiento, así que está bien, puedes retirarte y yo me encargo de todo.

- ¿De verdad? - lo miré sorprendida, porque no pensé que me dejaría la tarde libre de forma tan fácil, pero asintió con la cabeza seguro - Gracias, puedo hacer horas extras o me las descuentan.

- No te preocupes por eso, solo son un par de horas - afirmó - Yo hablo con mi hermana, descuida.

- Muchas gracias - volví a agradecerle - Iré por mis cosas que dejé en el casillero - asintió con la cabeza y entré.

Me dirigí directamente al casillero donde había dejado mi abrigo, lo tomé junto con mi bolso y salí agradeciendo de no encontrarme a nadie, porque no quería darles explicaciones de por qué me iba.

Solamente me despedí de Travis y le agradecí una vez más por darme la tarde libre, aunque no me preguntó el motivo, sentía que él ya lo sabía o seguramente ya había visto las noticias.

Salí de la pastelería y tomé mi celular, dudé en decirle a Axel o simplemente llegar hasta él, pero era mejor avisarle o luego interrumpiría sus planes.

"Travis me dió la tarde libre"

"¿Podemos ir a comer?"

Envié los mensajes y respiré profundo caminando a su empresa, no sabía si Axel tenía reuniones o estaría ocupado, pero él también necesitaba alimentarse y despejar un poco su mente.

No pude evitar pensar en Axel y en lo que había visto en sus ojos la última vez que lo vi. Parecía tan perdido, tan abatido, y yo solo deseaba estar a su lado para darle la tranquilidad que decía que le transmitía.

Me detuve antes de cruzar y miré el celular, Axel ni siquiera había visto los mensajes y por un momento pensé que estaría ocupado.

No quería pensar que le iba a estorbar, porque él mismo me había preguntado si podía pedir la tarde libre para quedarme con él. 

Me detuve a unos metros de su empresa y miré a los periodistas que seguían afuera, eran mucho menos que antes, pero de todas formas no quería exponerme, por lo que entré por el estacionamiento al igual que antes.

- Señorita Molly - habló el guardia y lo recordé cuando Petter me lo presentó - ¿Aún está la prensa? - preguntó y asentí con la cabeza - Entonces pase por aquí, no se preocupe - me indicó amablemente.

- Gracias - respondí y caminé hacía el ascensor.

Entré un poco nerviosa, apreté directamente el botón del piso de Axel y el ascensor comenzó a moverse. 

Volví a mirar mi celular y aún no había contestado mis mensajes. Debía admitir que yo tampoco sabía que hacer respecto a todo lo que está pasando, pero debía pensar positivo y no dejar que mis inseguridades me dominaran, porque Axel no necesitaba eso.

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora