•NOVENTAIUNO•

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Molly

El día había sido completamente perfecto y estaba muy feliz de todo lo que había sucedido.

La abuela de Travis, Margoth, es una mujer increíble, al igual que mi abuelo, tiene tantas historias y experiencias que te dan ganas de escucharlas absolutamente todas.

Realmente me sorprendí lo bien que conectamos, en ningún momento me dio vergüenza hablar, al contrario, creo que era una de las pocas veces que hablaba tanto.

Luego de estar un par de horas hablando, comiendo y escuchando sus anécdotas como pastelera, mi segundo turno ya había comenzado y Travis me pidió que cocinara galletas con chips de chocolate y un pie de limón.

Los nervios ya habían desaparecido, simplemente los ignoré y me relajé, concentrándome en cocinar y me conforme con el resultado.

Travis me felicitó por lo que había preparado, todo se había vendido muy bien y creo que esta había sido una de las mejores decisiones que había tomado.

Hoy había sido un excelente día, estaba muy feliz y emocionada, quería contárselo a Axel y a mi madre, apenas salí de la pastelería, dudé en ir a la parada de buses o hacia la empresa de Axel. Pero finalmente me decidí por ir a la parada de buses.

- Molly - miré el auto que se estacionó frente a mí y Abigail no dudó en bajar el vidrio - ¿Te llevo? - preguntó - Prometo que conduzco bien - afirmó.

- Voy al paradero de la calle Briston - hablé y asintió rápidamente.

- Genial, me queda de camino, vamos sube - asentí con la cabeza y no dudé en subir - ¿Y al final te han contratado como pastelera? - preguntó emocionada - Disculpa lo entrometida, pero mi vida es muy aburrida para fijarme en ella - murmuró.

- No te preocupes - susurré poniéndome el cinturón - Está semana veremos cómo me va - respondí.

- Alcancé a comprar de tus galletas - afirmó - Estaban deliciosas.

- Gracias - hablé - ¿Y como te fue a ti? - pregunté - No te molesta estar sola y...

- Oh, no te preocupes por mi, la señorita Blanca me estaba ayudando y lo hicimos muy bien, aunque hay uno que otro cliente complicado, pero nada que no sepa manejar - afirmó - En mi antiguo trabajo prácticamente estaba sola, a nadie le agradaba, decían que era muy directa.

- ¿Muy directa?

- Sí, porque si una persona me decía algo, yo me defendía y decía lo que pensaba, la verdad es que tengo problemas para quedarme callada- murmuró - Si te molesto me dices y...

- Tranquila - la interrumpí - Me agrada tu forma de ser.

- Gracias - habló feliz - Oh, está canción me encanta - subió el volumen de la radio y comenzó a cantar.

Solo reí y miré el camino, hoy nada me arruinaría este gran día.

Luego de unos minutos de escuchar a Abigail cantar sin vergüenza y de vez en cuando un par de sus historias de su vida, habíamos llegado al paradero.

- Gracias por traerme - hablé sacándome cinturón.

- Nada que gracias, son 5 dólares, la bencina no es gratis - afirmó sería - Es broma - soltó luego de que me quedara callada - No hay nada que agradecer, puedes ir tranquila.

- Okey - hablé - Gracias de nuevo y nos vemos mañana - afirmé.

- Si quieres te doy mi número y si es que estás aquí por las mañanas te paso a buscar, mi hermana me ha prestado su auto por tiempo indefinido - afirmó feliz.

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora