•SESENTAIUNO•

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Axel

Terminé de revisar las estadísticas de varios locales y suspiré cuando golpearon a la puerta.

- Adelante 

- Permiso - Laura entró con una carpeta en sus manos - Aquí están los documentos del hotel del señor Mackenzie - tomé la carpeta y la dejé sobre el escritorio

- Gracias. Ahora necesito que te comuniques con las personas que te enviaré por correo, agendes una reunión con cada una de ellas para la próxima semana. Debo solucionar un par de cosas que están fallando

- Está bien, ¿Necesita algo más?

- ¿Mañana tengo reuniones? 

- Sí, solo una, a las 12

- Está bien. Luego de eso iré a ver el hotel del señor Mackenzie. Yo me comunicaré con él, usted solo arregle el tema del viaje para que tengan listo el jet.

- Ahora se lo dejo listo - habló asintiendo con la cabeza y caminó hacia la salida

Inmediatamente envié el correo y luego me acomodé en mi asiento

No sé cómo se juntó tanto trabajo, si solo falté un día y el lunes ya había avanzado demasiado. Miré la hora, eran las 6 de la tarde, aún me quedaba bastante por hacer, así que me centré en los documentos que tenía frente a mí y comencé a leer la propuesta del señor Mackenzie.

Financiar un nuevo hotel no era tan mala idea. Tenía una buena base económica, estaba ubicado en un buen lugar, sus ventas no eran malas y podría ser un gran aporte para los dos.

Solamente tendría que ir al lugar para ver con mis propios ojos qué tal es. En las fotografías se veía bastante bien, pero de todos modos debía asegurarme.

Después de revisar todos los datos y comparar cifras, miré la hora. No me percaté de lo rápido que pasaron los minutos, eran las siete de la tarde. A la casa de Molly me demoraba unos 30 minutos aproximadamente, por lo que apagué el computador, ordené los documentos, me puse de pie, tomé mis cosas y salí de la oficina. Odiaba la impuntualidad y no quería llegar tarde.

Caminé hacia mi auto y me subí. Freddy generalmente estaba aquí después de las 10 de la noche. No le avisé que me iría antes, por lo que después lo llamaría para decirle que no lo necesito esta noche.

No podía llegar con las manos vacías a la cena. Sabía que Molly no tomaba alcohol, pero tal vez su madre sí. Por lo que me estacioné a comprar una botella de vino. No tardé demasiado. Sabía cuál comprar y tampoco tenía tiempo para pensar en algo más.

Regresé al auto y conduje hacia la casa de Molly. Eran las siete y media. Me quedaban treinta minutos para llegar.

Estacioné el auto fuera de la casa de Molly. Faltaban cinco minutos para las ocho de la noche. No sé si me vine muy rápido o la distancia entre su casa y la empresa se acortó.

Tomé la botella de vino que había traído y bajé un poco nervioso, arreglándome el traje. Golpeé la puerta y escuché un par de gritos, pero a los segundos la abrieron.

- Buenas noches - Molly me miró con una sonrisa y se hizo a un lado - Adelante, bienvenido.

- Buenas noches - di unos pasos acercándome a ella - Sé que no tomas, pero no sabía qué traer y no quería llegar con las manos vacías - levanté la botella de vino mostrándosela

- No tenías que traer nada, pero gracias

- No me digas que a tu madre tampoco le gusta tomar alcohol, mira que me regreso a comprar otra cosa

- No te preocupes, sí le gusta - respondió y miré hacia el interior de su casa - Pero de todos modos no tenías que molestarse - di un paso más para terminar con la distancia que había entre nosotros y miré sus labios.

– ¡Molly! ¿Ya llegó tu amigo? – dio un paso hacia atrás cuando escuchó el grito de su hermana

– Lo siento – susurré – Olvidé que soy tu amigo, por un momento pensé que éramos novios

– ¡Molly! – volvió a gritar su hermana

– Vamos, solo faltas tú – habló con una sonrisa y cerró la puerta – Sígueme, amigo – recalcó la última palabra con una sonrisa y caminó por el pasillo

Llegamos hasta el jardín. Había una mesa arreglada, su hermana estaba sentada junto con la amiga de Molly, y su madre estaba poniendo los vasos.

– Buenas noches – saludé cuando las tres me miraron

– Buenas noches – la madre de Molly me miró de pies a cabeza y luego miró una de las sillas que estaba desocupada – Toma asiento, traeré la comida enseguida.

– No quería llegar con las manos vacías, traje este vino. Espero que les guste – hablé nervioso y le ofrecí la botella.

– Oh, no tenías que molestarte, pero muchas gracias – lo tomó sonriendo levemente y lo dejó sobre la mesa – Iré a buscar los platos.

– Te ayudo – habló Molly

– Claro que no – su amiga se puso de pie y la miró – No puedes dejar a tu invitado solo, yo la ayudo, tía – Molly solo asintió y ellas se retiraron hacia la cocina

– Toma asiento – le hice caso, sentándome frente a su hermana

– ¿Por qué vienes como si te fueras a casar? – preguntó la pequeña, mirándome.

– Sophie, es su ropa de trabajo

– ¿Tiene algo de malo? – pregunté cuando soltó una pequeña risa y asintió con la cabeza

– Se ve muy incómoda, ¿No te molesta la corbata? Cuando iba a la escuela me tenía que poner una y lo único que quería era quitármela. Además, esos trajes parecen que apenas te puedes mover

– Sophie - habló Molly, mirándola fijamente

– Eres raro – susurró – Pero como dice mamá, cada persona se viste como quiere. Allá tú si trabajas con ropa que se ve muy incómoda – reí por sus palabras y Molly solo negó con la cabeza

– Ignórala, a estas horas se pone habladora

– Molly, ¿Yo soy habladora? - preguntó Sophie, cruzándose de brazos

- Llegó la comida - interrumpió Molly, viendo a su amiga con los platos en las manos - Gracias, Dakota - agradeció cuando su amiga le pasó un plato

- Gracias - hablé cuando dejó frente a mí un plato con pastel de papas y todas tomaron asiento

- Iré por el destapador para abrir el vino - la madre de Molly se puso de pie y entró a la casa

- Alex - miré a Sophie - Axel - habló bien - ¿Sabías que mi hermana no toma alcohol porque...

- Sophie, concéntrate en tu comida - la interrumpió Molly - Ya deja de hablar de mí - murmuró nerviosa 

- Estás muy habladora esta noche - habló Dakota, riendo

- Mamá dijo que debíamos hablar con el invitado y no quedarnos calladas porque se podía sentir incómodo - se defendió Sophie - Pero está bien, hermana, no contaré tus historias - Se inclinó hacia adelante y puso su mano junto a su boca - Luego te cuento - me susurró y reí

- Okey - la madre de Molly llegó con tres copas y un destapador - Dakota - puso una copa al lado de la chica - Axel - la puso a mi lado, pero la miré negando con la cabeza - ¿No tomas alcohol? - preguntó

- Sí, pero ahora estoy manejando.

- Oh, qué responsable de tu parte - alejó la copa y se acercó para destapar la botella

Mientras servía vino en las copas, Molly tomó el jarro de jugo y sirvió a su hermana, a mí y luego a ella.

- Espero que les guste la comida, provecho - su madre tomó asiento y comenzamos a comer.

Novia Del Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora