Any: Alfonso, sabemos que ahora mismo Jorge y tú manejan la empresa de moda más importante del país y que además, es una de las más importantes a nivel internacional, ¿qué sienten sabiendo esto? ¿Cómo se sienten?
Poncho –sin dejar de sonreír-: Estamos muy agradecidos. No sabemos si realmente seamos la empresa más importante de nuestro país en el mundo de la moda, pero sí que trabajamos mucho en serlo, al menos para todos nuestros clientes. Al final de cuentas, ellos son los que mandan y los que nos hacen crecer como empresa.
Any: Ahora que nombras a los clientes, suponemos que todas sus ideas nuevas son pensando en ellos, pero ¿cuánto tiempo le dedican o le dan a una idea antes de desecharla por completo?
Poncho: Realmente no damos tiempo a tirar ideas. Todas las ideas nuevas que se nos ocurre en la empresa, bien a nosotros o a cualquier otro trabajador, las pensamos, las estudiamos, vemos los pros y los contras; y en nuestro caso sí, siempre las llevamos a cabo antes de botarlas a la basura. Siempre estamos innovando o probando cosas. Si nos va bien, seguimos adelante y si esa idea no funciona, la dejamos. Pero siempre damos una oportunidad a todas las ideas.
Any: Hablando de pros y contras; de cada uno de los dos, ¿cuáles son los que tiene trabajar en una empresa propia?
Poncho –suspira-: Eso sí está difícil –sonríen todos, incluida Any-, porque te podría decir una gran lista de cada uno. Sin duda alguna, creo que lo mejor con lo que cuentas a tu favor es que al final, tú decides el tiempo, ¿no? O te marcas el tiempo que le quieres dedicar a cada cosa. Algo en contra es que esa empresa sea familiar –ríen todos-.
Any –riendo-: ¿Muchas discusiones con tu padre a causa del trabajo?
Poncho: No, para nada. No iba por ahí. Sí es cierto que al final cada uno tiene su forma de ver el negocio, cada quien tiene su manera de manejar la empresa, ¿no? Y al final de cuentas, no deja de ser mi padre el mayor jefe de todos, incluido el mío. Entonces creo que eso supone un punto en contra a la hora de exponer ideas nuevas, como mencionábamos antes. Sabiendo que te diriges a tu padre, expones una idea de cualquier manera y no te paras a pensar en las palabras adecuadas, o no te expresas demasiado bien porque sobreentiendes que con pocas palabras te va a entender. Además si hay algún malentendido va a ser siempre peor con tu padre que con alguien ajeno a tu familia, porque puedes perder la cordura antes de tiempo –vuelve a reír-. Aparte también está el hecho de que si tú tienes una tarde libre porque así lo decidiste, pero tu padre sigue trabajando, corres el riesgo de que al final tu tarde no sea tan libre. No sé si me explico –dice sonriendo-.
Any –sonriendo también-: Perfectamente. Espero que Jorge no nos eche a nosotros las culpas de tus palabras –ríe-.
Poncho: Tranquila, él sabe cómo soy –rieron todos de nuevo-.
Any: Entonces me quedo más tranquila. Pero, dinos... ¿cómo decide Alfonso Herrera trabajar con su padre? ¿O por qué lo decide?
Poncho: No lo decidí como tal, no lo llamaría así realmente. Fue algo extraño. Yo estaba estudiando dos carreras al mismo tiempo, porque así era yo y no me podía decidir por una –se ríe-. Yo hacía medicina y al mismo tiempo estudiaba administración de empresas. Siempre me había fascinado el mundo de los números y de la ciencia. Entonces, estando yo estudiando dos cosas; me dice mi papá que iba a tener que contratar a más gente y decido echarle la mano con la empresa, nada más por ayudar. Pero llega un momento en que necesitaba trabajar para ser yo quien pagara mis estudios sin depender de mis padres y tuve que abandonar una de las dos carreras universitarias. Entonces abandono medicina y sigo con administración para tener más idea de cómo ayudar a mis padres. Y mientras estudiaba, mi padre me hizo un contrato en la empresa, termino mis estudios y ahí sigo –riendo-. Al final mi dinero sigue dependiendo de mi padre –bromeó haciendo que todos volvieran a reír-.
Any: ¡Qué sorpresa! Quién nos iba a decir que hubieras sido doctor de no dedicarte a la moda –ríe nerviosa-.Any continuó haciéndole todas las preguntas que la empresa había enviado, llegando a encontrarse cada vez más relajada, sin ser consciente del tiempo. Poncho por su parte respondía de manera muy profesional, aunque bromeaba con alguna respuesta cuando podía, tratando de hacer reír a Any y, al igual que ella, tampoco era consciente del tiempo que estaba pasando. El ambiente que se estaba creando era muy bueno y ameno; tanto que por un momento, llegaron a olvidar todo lo malo que tenían fuera de aquella habitación.
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Pasión y Amor van Unidos
RomanceNunca es fácil terminar con una pareja, mucho menos después de llevar muchos años juntos y saber que esa persona es tan peligrosa, que es capaz de hacer cualquier cosa. ¿Podrá Anahí dejar a su novio para vivir su vida al lado de Poncho, el hombre q...