Capítulo 50

275 18 3
                                    

Poncho: Lo mandé a hacer unos recados. Pero se lo diré. Al rato le marco. Papá... ¿Te puedes hacer cargo de llevar estos muestrarios a Adrián? Quiero que vaya pensando en cómo tomar las fotos de esta ropa.
Jorge: Hijo, pero esto... Es para dentro de dos temporadas.
Poncho: Sí, lo sé. Pero las de esta temporada ya las están haciendo y además, quiero también que le digas que se reúna conmigo en la casa, ¿sí?
Jorge: ¿Para qué?
Poncho: Quiero hablar con él y que me diga si él podría hacernos el favor para lo de la ropa pre-mamá.
Jorge: Poncho, pero de eso aún tenemos que ver muchas cosas.
Poncho: Papá... Échame la mano, pero no me vayas dando negativas hasta que tengamos todo claro, por favor.
Jorge: Bueno, está bien. Si es lo que quieres, se lo diré. Ya te dije que cuentas conmigo.

Cuando Poncho se fue, quiso pasar por la casa de Any, pero no se bajó del coche. Aparcó a unos metros y esperó unos momentos. Sólo quería verla, aunque fuera de lejos. Pero desistió y se fue.

Mientras tanto; en el parque donde estaban Any y Julián.

Julián: Anahí, por Dios. ¿Me crees capaz de hacerle daño a esa niña? Si nada más por cómo hablas de ella ya tiene todos mis respetos.
Any: Claro que te creo capaz. Y sabes que eres capaz.

Anahí y Julián siguieron hablando, hasta que llegó la hora de almorzar y él insistió en invitarla a un restaurante. Ella tenía que avisar a su madre de que no llegaría a almorzar, pero su celular no encendía y no podía ser la batería, ya que sabía que lo tenía cargado. Fueron a una tienda de telefonía y la chica que los atendió les dijo que su celular se había estropeado. Así que, Julián decidió regalarle uno nuevo.

Después de que Any ya tenía su celular nuevo, avisó a su madre y se fueron a un restaurante. Allí siguieron hablando de la historia de Anahí con Poncho, aunque ella jamás le admitió que se enamoró de él. Y aparte, tampoco le contó toda la verdad.

Luego de almorzar se fueron a una cafetería y allí siguieron hablando.

Any: Ahora quiero ser yo la que te haga preguntas a ti. Y tampoco quiero mentiras.
Julián: Claro, dime. Pregúntame lo que quieras.
Any: ¿Por qué quieres empezar de nuevo conmigo?
Julián: Porque te amo.
Any: Julián...
Julián: Es la verdad, Any. Te amo desde que somos niños. Llevamos toda una vida juntos. Y tienes razón cuando me dices que terminé con todo. El abrir el club y quererlo hacer todo de manera legal, me consumía todo el tiempo y te descuidé. Esa es la verdad y la razón por la que quiero que empecemos de nuevo.
Any: ¿Qué hubiera pasado si yo me hubiera enamorado de otro hombre?
Julián: ¿De Poncho?
Any: De otro hombre, Julián. Sea quien sea. No te estoy hablando de él.
Julián: No lo sé. Me hubiera quitado la vida.
Any: Julián, no exageres.
Julián: No exagero. Any, llevo mucho tiempo pensando en ti, pensando en que te estoy perdiendo, y no quiero. Quiero estar contigo y que volvamos a ser la pareja que éramos. Todo el mundo nos tenía envidia de ver cómo nos queríamos.
Any –pensando-: Te aseguro que no.
Julián: Y yo no concibo mi vida sin ti. Yo quiero estar contigo. Me conoces y te conozco. Sabemos lo que nos gusta, sabemos cómo hacernos felices. Y además, estoy muy arrepentido de todo lo que te hice. De verdad, no te rías –le dijo cuando ella dejó escapar una risa irónica-.
Any: Es que parece todo tan extraño, que no puedo reaccionar de otra manera.
Julián: ¿Qué tiene de extraño? Eres mi novia y me arrepiento mucho de haber estado perdiéndote.
Any: Todo, Julián.... Me parece extraño todo. Primero, aceptaste a mi bebé, segundo que me pidieras matrimonio, y ahora esto... No sé, Julián, te juro que no estoy entendiendo nada. Aparte, me parece también muy raro que no supieras que Aarón volvió, que me estés pidiendo perdón, que quieras empezar de cero... Todo. Es que la verdad... No sé qué me espera a tu lado. Nos conocemos, como bien dices, y jamás me hubieras pedido matrimonio. Mucho menos perdón, porque ambos sabemos el orgullo que traes desde siempre.
Julián: Es una de las cosas que quiero cambiar. Sé que tú siempre soñaste con ser mamá, que soñaste con casarte y bueno, aunque yo no crea demasiado en el matrimonio, quiero darte la vida que te mereces y que siempre soñaste.
Any: ¿Pero por qué así? ¿De buenas a primeras quieres todo conmigo? ¿Pensar en mí?
Julián: No ha sido de buenas a primeras, mi amor. Ya te digo que llevo un tiempo pensando en ti y en que no quiero perderte. Estos días o, más bien, desde que este Poncho llegó a tu vida, no te he buscado, pero tú a mí tampoco.
Any: Te busqué, Julián. No te olvides que fui al club para decirte que estaba embarazada.
Any –pensando-: Y no pensaba en ti precisamente cuando hicimos el amor.
Julián: Sí, Any. Pero me refiero a que no me llamabas para hacer cosas juntos.
Any: ¿Y qué querías hacer? ¿Te llamaba para que me dijeras que no podías? Creo que la última vez que hicimos algo fue cuando murió tu papá. Siempre estabas para todo el mundo menos para mí. ¿Para qué te iba a llamar? Al final de cuentas, estar contigo era como si me quitase un pedacito de mí. No me haces ningún bien, Julián. No me estabas perdiendo, te perdiste a ti mismo. Y lo peor es que no sé en qué momento exacto.
Julián: Por eso estoy aquí. Quiero volver a ser el mismo, pero necesito tu ayuda. Te necesito a ti.
Any: Mira, Julián... Si de verdad quieres empezar de cero, vamos a empezar de cero, pero esta vez va a ser diferente. Tú eres distinto y yo también soy distinta. Ninguno somos los mismos. Todo va a ser diferente.

Pasión y Amor van UnidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora