Any: En la misma... Aarón, perdóname, pero llevo prisas. Pero oye, puedes venirte si quieres, voy a la casa de Alejandra. Está conociendo a un chico y vamos a salir con él y su primo... No los conozco, pero me voy a sentir sola –rió-. Acompáñame. Le va a encantar verte.
Aarón: Es que...
Any: ¡Porfa, Aarón! La situación lo merece, ¿no? Vamos a ir al centro comercial.
Aarón: Pero tendré entonces que arreglarme, ¿no? Vengo de correr por el parque. Ni modo que vaya con estas fachas –ambos se rieron-.
Any: Perfecto entonces. Te espero y le digo a Alejandra que nos espere en el centro comercial. ¿Quieres? Así saludo a tus papás.
Aarón aceptó la invitación de Anahí, ella lo acompañó a su casa para saludar a sus padres.Aarón era un buen amigo de Anahí, Julián, Alejandra, algún que otro primo de Alejandra... Todos de chiquitos eran amigos. De hecho, el primer beso que dio Anahí de niña fue a él, a Aarón. Pero no pasaron de un simple piquito.
Any avisó a Alejandra, y estuvo impaciente hasta que llegaron al Centro Comercial. En el camino, Any le contó todo lo que estuvo pasando en todos estos años de su vida, sentía que aún podía confiar en Aarón, a pesar de ser amigo de Julián también, siempre le importó más la amistad de Any que la de él, y siempre la defendió a ella.
Cuando los vio llegar, Alejandra se quedó sin palabras, pero no al ver que Anahí llegaba agarrada del brazo de un hombre que no eran ni Poncho, ni Julián, sino al ver que detrás de ellos, llegó Poncho.
Any: Amiga, ¿qué te pasa? Parece que viste a un fantasma. Es Aarón, ¿no te acuerdas?
Alejandra -lo saludó con un abrazo enorme y mucha felicidad-: ¡¡Dichosos los ojos, amiguito!! Ven, te presento... Diego, él es Aarón, un buen amigo de la infancia. Y ella es Anahí, mi mejor amiga, bueno, ¡qué digo! ¡Mi hermana, caray!
Diego: Un placer. Vaya... La famosa Anahí... Al fin tengo el placer de conocerte.
Any: Espero que sea famosa por cosas buenas –miró a Ale y todos rieron-. Oye, Diego, ¿no venía un primo tuyo?
Diego: Si, pero no pudo venir al final. Gripa... Así que, estaremos nosotros cuatro. ¿Nos vamos?
Estaban en la puerta del centro comercial hablando, y cuando decidieron entrar, a Any la detuvo una vocecita muy conocida que gritó su nombre y, antes de que Any se volteara conscientemente, ya tenía a Silvia encima.
Silvia: ¡¡Any!!Alejandra se llevó las manos a la cabeza mirando a Poncho, que ni cuenta se dio que estaban ahí, por ahora...
Anahí -agachándose para abrazar a la niña-: Hola, corazón. ¿Qué haces aquí?
Silvia: Vine con mi tío y con mis abuelos.Poncho en ese momento se dio cuenta de todo.
Silvia: ¿Este es tu novio?
Any -aún de cuclillas-: No –sonrió-. Él es un amigo mío.
Aarón: Hola, pequeña -agachándose él también-.
Silvia: Hola. ¿Y entonces este es tu novio?
Poncho: Silvia -sin mirar a Any-.
Any -miró a Poncho un segundo-: No, tampoco él.
Silvia: ¿Y entonces en dónde está tu novio?Poncho: Silvia, por favor... Vámonos. Deja de molestar a la gente -agarrando a Silvia de la mano-.
Any: Mi novio está trabajando...
Silvia: ¿Trabaja los domingos? Que feo.
Poncho: Silvia -comenzaba a enojarse-.
Any: Sí, mi amor. Trabaja los domingos -se levanta, mira a Poncho quien aun ni la miró y se agarra del brazo de Aarón nuevamente-. Así que lo que me queda es salir con amigos.
Silvia: Tío, yo me quiero quedar con Anahí.
Viviana: Silvia, vámonos a comer, ¿sí? Antes de que el restaurante se llene de gente y no queden mesas libres.
Silvia: ¡¡No!! Yo me quiero quedar con Any.Silvia se soltó de la mano de Poncho y se abrazó a Anahí casi llorando, quien soltó el brazo de Aarón y abrazó a Silvia.
Alejandra: Any... Nosotros vamos caminando, ¿sí?
Any le hizo un gesto de que se esperaran, y Poncho se acercó a Anahí enojado y a la fuerza soltó a Silvia, quien estaba poniendo mucha resistencia.
Poncho: ¿Ya ves lo que consigues?
Any: Yo no tengo la culpa.
Poncho: ¿Ah, no? ¿Y entonces quién?
Silvia: ¡¡Ya dejen de pelear!!
Jorge: Alfonso, tu mamá y yo vamos al restauran... Ahí te esperamos. Vámonos Silvia.
Silvia: ¡Que no! ¿Por qué no me dejan quedarme con ella? ¡¡Los odio!!Silvia salió corriendo y detrás de ella fue Anahí, que iba a ser seguida de Poncho, pero Alejandra lo paró.
Ale: Déjalo en sus manos, Poncho. Confía en ella.
Poncho: Estás loca, Alejandra. Suéltame, nunca vi a mi sobrina así.
Ale: Poncho, por favor te lo digo. Déjala... Silvia tampoco te vio así nunca, y mírate. Primero se escapa de casa y ahora esto... A tu sobrina no le gusta que estés así. Relájate, oye... Y confía en Any.
Aarón: Voy a ir a buscarlas.
Ale: Tú te quedas aquí también. Vámonos y ya que cada quien se vaya al restaurante que quiera. Déjenlas solas, Anahí sabe controlar esto.Poncho miró de muy mala forma a Aarón, quien le devolvió la misma mirada, ya que Any le había contado todo, menos lo de su embarazo.
Por otro lado, Silvia se quedó parada y Anahí, cuando ya estaba cerca de ella, se le acercó despacio. Se había ido corriendo hasta el final del parking exterior del centro comercial...
Any: Silvia...
Silvia -dándose la vuelta-: Any... ¡Odio a mi tío! ¿Por qué no me deja estar contigo?
Any –suspiró-: No digas eso, mi amor... Claro que tu tío te deja estar conmigo.
Silvia: No, ¡¡no me deja!! ¿No lo viste ahorita?
Any: Bueno, mi amor, ahorita no, pero porque en la vida tienes separar los tiempos.
Silvia: ¿A qué te refieres? -limpiándose los moquitos en la manga-.
Any -saca un pañuelo de su bolso y le limpia ella los moquitos-: Me refiero a que hoy no es el tiempo que tú tienes para mí, hoy tienes que estar con tu familia, Silvia. Mira yo, hoy estoy con mis amigos para almorzar con ellos y luego que regrese a mi casa, tengo que estudiar. Mañana voy a estar con mi familia. Hoy mi tiempo es para estar mis amigos.
Silvia: ¿Y para mi entonces nunca vas a tener tiempo?
Any: Claro que si, princesa. Para ti tendré todo el tiempo del mundo.
Silvia: Pero tú ya nunca vas a ir a verme a mi casa, y yo no quiero que te olvides de mí.
Any: Óyeme, yo jamás me voy a olvidar de ti, ¿ok? Quiero que tengas eso claro y presente siempre.
Silvia: Pero es que siempre se pelean mi tío y tú, y ya no vas a ir a mi casa.
Any: Mi amor... Tú no tienes la culpa de que tu tío y yo estemos enojados y de que cada vez que nos vemos sea un pleito... Pero jamás te olvidaré. Y claro que iré a verte a tu casa, y si no es a tu casa, será a la escuela, y si no es a la escuela, tú puedes venir a mi casa cuando quieras, ¿está bien? Pero no voy a dejar de verte y tampoco me voy a olvidar de ti.
Silvia: ¿Me lo prometes?
Any: Te lo prometo, princesa. Y ahora vámonos, tu tío y tus abuelos te esperan y a mí me están esperando mis amigos. Y no lo olvides, ¿va? Cada momento tiene su tiempo.Ambas se fueron al restauran, y para su sorpresa, tanto de la niña como la de Anahí, se sentaron todos en el mismo restaurante. Aunque por suerte, cada quien en una mesa diferente, alejadas.
Poncho las vio llegar y se acercó a ellas.Poncho: ¿Estás mejor, mi amor?
Silvia: Si, tío...
Poncho: Ve y siéntate con la abuela, tengo que decirle algo a Anahí.Any esperó a que Silvia estuviera en la mesa y sólo dijo "Alfonso, no tengo nada que escucharte". Comenzó sus pasos y Poncho la detuvo.
Poncho: Anahí, por favor, escúchame.
Any: No, Alfonso. Mi embarazo está en riesgo, ¿te olvidas de eso? Entiende que no puedo tenerte cerca.----------------------
Hola!! Os dejo con dos capítulos, por no haber podido subir ayer. Espero que la historia os esté gustando!
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Pasión y Amor van Unidos
RomanceNunca es fácil terminar con una pareja, mucho menos después de llevar muchos años juntos y saber que esa persona es tan peligrosa, que es capaz de hacer cualquier cosa. ¿Podrá Anahí dejar a su novio para vivir su vida al lado de Poncho, el hombre q...