Pasión y Amor van Unidos

Capítulo 91

Alejandra: Tuvimos que llamar a una ambulancia. El muy imbécil de Julián no podía ni pararse del piso, empezó a quejarse de un dolor intenso en el estómago y estaba retorciéndose de dolor. Según dijeron los médicos de la ambulancia, parecía algo grave.

Siguieron hablando y tras colgar, Any se intentó levantar del sofá, pero se quedó sentada y mirando a un punto fijo. Poncho se acercó a ella y con mucha suavidad puso sus manos en las de ella.

Poncho: ¿Qué piensas, Any?
Any: No le deseo el mal a nadie, pero esta vez es diferente.
Poncho: ¿De qué estás hablando?
Any: Deseo que Julián se muera -dijo comenzando a llorar-. 

Poncho no respondió, solo la abrazó y luego se agachó para ponerse más a su altura.

Poncho: ¿Quieres ir al hospital?
Any: No quiero ir. Pero supongo que todo el plan sigue adelante, así que debo ir. Poncho -dijo mirándolo-, tengo mucho miedo. Y cada vez tengo más.
Poncho -secándole las lágrimas-: No tengas miedo, mi amor. Yo voy a estar contigo, ¿sí? No te pienso dejar sola ni un solo segundo. Ya no me importa nada Julián. Esto fue demasiado lejos.
Silvia: ¡Papá! -Exclamó corriendo hacia Poncho para abrazarlo-. Any, tienes carita de estar enferma. ¿Te duele algo?
Poncho: Any no se encuentra bien, mi amor. Le duele... Le duele la cabeza.
Lorena: Perdón, salió corriendo desde la puerta -dijo riendo, haciendo que Any también sonriera-.
Silvia: ¿Si te abrazo se te cura?

Any sonrió entre lágrimas como pudo y extendió sus brazos para que Silvia se acercara.

Silvia: ¿Ya te sientes mejor?
Any: Ya, princesa -le dijo sonriendo-. Tus abrazos son mágicos, ¿sabías? -Silvia asintió con una sonrisa de oreja a oreja-.
Poncho: Mi amor, ve a ayudar a Domínica que estaba empacando todo, ¿sí? Mientras Lorena y yo también intentamos curar a Any.
Silvia: Está bien, papá. Pero no me tardo, ¿eh?
Any: Domínica, por favor –dijo para que se acercara a ella-... Que no toque nada de Julián en mi cuarto. Yo lo haré más tarde.
Domínica: Tranquila. ¿Vamos, Silvia? -Le preguntó a la pequeña, que estaba dándole besos a Poncho-.
Any: ¿Qué fue lo que pasó, Lorena? ¿Qué le pasó a Julián? –Preguntó cuando Domínica se llevó a Silvia-.

Lorena les explicó que después de que todos pidieran el desayuno, Julián se apartó de ellos atendiendo una llamada, luego lo vio tomar drogas, suponía que cocaína. Después de desayunar pidió una copa de whisky, pero ya no tenía buena cara. Cuando terminó el whisky estuvieron hablando un poco antes de pedir la cuenta al mesero y Julián se quejaba de un dolor en el abdomen. Decidieron pagar e irse, pero cuando dieron dos pasos, Julián no era capaz de continuar caminando y entre Diego y Edgar lo intentaron ayudar, pero el dolor de Julián era más fuerte que la ayuda y se desvaneció en el suelo, encogiéndose en posición fetal y quejándose mucho.

Lorena: Luego de eso, yo me llevé a Silvia, Edgar llamó a una ambulancia y el mesero pidió un taxi para los demás. Silvia y yo tardamos en llegar porque veníamos jugando por el camino y Silvia se paraba en cada flor para que le explicara qué clase de planta era. No quería que estuviera al tanto de lo que pasaba. No sé si hice mal en ocultarle.
Poncho: Para nada, Lorena. Muchas gracias por cuidar a Silvia hasta aquí.
Any: Lorena -dijo levantándose con la ayuda de Poncho-... ¿Julián tomó lo que fuera cerca de Silvia?
Lorena: No. Sólo yo lo vi y le dije a Alejandra. Estaba bastante apartado y Silvia estaba de espaldas a él, jugando con Edgar y con Diego. No vio nada.
Any: Menos mal -dijo en un suspiro-.
Lorena: ¿Qué está pasando, Any? Porque eso de que salieron a hacer deporte, no me lo creo. Ve cómo estás.

Poncho le explicó a Lorena lo que le había pasado a Any y volvió a disculparse con ella, pero Any sólo sonrió mirándolo, lo abrazó y luego volvió a mirarlo.