Enrique –rió melancólico-: ¿Por qué lo dices?
Any: Siempre me decía que mi futuro no estaba al lado de Julián. Y mírame, aquí sigo... Con él.
Enrique: Bueno, eso es algo que todos hemos sabido siempre. Y no te voy a mentir, pero... No sólo lo sabíamos, sino que además lo deseábamos. Y ahora que llegó a Poncho, lo vemos más claro aun.
Any: Pero no sé qué hacer con Julián, papá... Le hablo siempre de tiempo a Poncho, pero no sé ni para qué... Quiero alejarme cuanto antes de Julián, pero es que algo dentro de mí me dice que tengo que ayudarlo antes de alejarme.
Enrique: ¿Ayudarlo a qué? No te estoy entendiendo.
Any: No sé, papá... Ayudarlo de la misma manera en la que Poncho me ayudó a mí. Ayudarlo a quererse él mismo, a que se dé cuenta de que él vale mucho más de lo que cree sin necesidad de ponerse violento. Ayudarlo para que sea capaz de dejar de tomar, o ayudarlo a...Any se quedó callada unos segundos, hasta que Enrique interrumpió sus pensamientos.
Enrique: ¿Ayudarlo a...? Te quedaste muy pensativa.
Any: Ayudarlo a darse cuenta de que tiene algún tipo de trastorno en la personalidad...Enrique volvió a suspirar, se levantó, agarró la sábana de la cama e invitó a su hija a que ya se durmiera. Mañana sería otro día para hablar más tranquilos.
Any: ¿Puedes quedarte hasta que me duerma?
Enrique accedió; se sentó al lado de su hija y comenzó a acariciarle el pelo hasta que se quedaron dormidos los dos.
En mitad de la noche, Any se despertó; vio a su padre tumbado y dormido en su cama, le dio un beso y fue a por un vaso de agua. Cuando regresaba de la cocina, quiso entrar al cuarto que había sido de su hermana.
Any –tomando una foto de Mireia entre sus manos-: No te imaginas la falta que me haces. Ojalá pudieras ayudarme desde donde estés...
Any se quedó mirando la foto, se tumbó en la cama, abrazó la foto y se quedó dormida. Cuando Enrique se despertó para irse a trabajar, la vio en la cama de Mireia y, aunque supuso que a Edurne no le iba a gustar, la dejó dormir ahí. Sabía que su hija necesitaba descansar.
Para sorpresa de todos, cuando Edurne llegó a casa y vio a Any abrazada a la foto de su hermana y tumbada en la cama, le dejó dormir también.
Cuando Any se levantó, fue a la cocina a prepararse el desayuno y ahí estaba Edurne, limpiando la cocina.
Edurne: No quise despertarte.
Any: Mamá, perdóname.
Edurne: ¿Que te perdone, por qué?
Any: Por haber tocado las cosas de mi hermana. Ya sé que querías mantener la habitación intacta, pero es que –Edurne la interrumpe-.
Edurne: No tienes que darme explicaciones, mi amor. Además, llevo días pensando...
Any: ¿Pensando qué?
Edurne: Pensando en embalar todo lo que era de tu hermana.
Any: ¿Qué? –No podía creer lo que estaba escuchando-.
Edurne: Así es. Mi amor, estás embarazada y tú bebé necesitará un dormitorio... Es absurdo que esté en el tuyo teniendo el de tu hermana libre.
Any: ¿Lo dices en serio?
Edurne: Hija –suspira triste-, tu hermana no va a regresar. Eso es algo que tengo que aceptar de una vez y tratar de vivir con ello. No podemos regresar el tiempo. Además, quiero pintar toda la casa y... Ese dormitorio es parte de la casa, parte de los que estamos aquí. Y por otro lado... Así Silvia también tendrá un lugar en esta casa para ella –sonríe-. Si alguna vez mi nieto y ella van a ser como hermanos, pueden compartir habitación en casa de sus abuelos, ¿no? –Mira a Any-.Any se da cuenta de la sonrisa tan bonita que tenía su madre, acompañada por una mirada llena de luz y de esperanza.
Any –sonríe y abraza a su madre-: Gracias, mamá. Si necesitas que te ayude con algo, nada más me dices, ¿sí?
Edurne: Pues... Ahora mismo la única ayuda que necesito, es que termines de desayunar y te vayas a la universidad. Ya falta poco para que termines el último curso y no quiero que te vengas abajo ahorita.
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Pasión y Amor van Unidos
RomanceNunca es fácil terminar con una pareja, mucho menos después de llevar muchos años juntos y saber que esa persona es tan peligrosa, que es capaz de hacer cualquier cosa. ¿Podrá Anahí dejar a su novio para vivir su vida al lado de Poncho, el hombre q...