Capítulo 65

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Ale: Desde que te metes con mis amigas. ¿Te vale como respuesta o quieres que me invente algo?
Domínica: ¿De qué hablas?
Ale: De tu visita a la casa de Anahí. ¿Para qué fuiste?
Domínica: Quería hablar con ella.
Ale –suspira-: Domínica, tú no tienes nada que hablar con Any. Así que dime... ¿Qué querías?
Domínica –suspira-: Quería contarle tu plan, para que no me odie.
Ale –abriendo los ojos como platos-: ¿Qué? ¿Por qué quieres contarle?
Domínica: Ya te lo dije, no quiero que me odie.
Ale: A ver, Domínica... Hay algo más, ¿no es cierto?
Domínica –suspiró y miró al suelo-: No sé si pueda ver a Poncho de nuevo.
Ale: Tú no entendiste nada, ¿verdad? Él es quien no quiere verte ni en pintura, pero fue el primero en aceptar el plan. Así que... Por una vez en tu vida, haz algo por los demás sin ser egoísta. Creo que se lo debes, ¿no?
Domínica: Aquí la que no entiende nada eres tú, Alejandra.
Ale: ¿Qué tengo que entender? ¿Que eres tú la enojada cuando él fue el engañado? Ya te lo dije; deja de ser tan egoísta, porque así te va.
Domínica: ¿Cómo que así me va?
Ale: Sí, así te va... Le pusiste el cuerno a Poncho con Leo. Y por eso Poncho conoció a Any, por huir de lo que vio. Y al final, mírate. Perdiste a Poncho y también a Leo, porque era obvio que él jamás terminaría con su esposa; mucho menos dejaría a sus hijos para vivir contigo. Así que por favor, ayúdanos con todo esto. Porque además, ya no es Any la única que se lo tiene que creer.
Domínica: ¿De qué hablas?
Ale: Any me contó que Julián está cambiando, y mucho. O al menos lo está intentando. Dice que lo nota sincero cuando habla de recuperarla... Así que ahora nuestro mayor objetivo es que Julián de verdad piense que regresaron. Domínica, te lo ruego... Anahí no te va a odiar ni mucho menos. Al final de cuentas, Poncho es tu ex novio.

Alejandra se fue a su casa para pasar el día estudiando, como lo harían Edgar y Anahí.

Poncho le quiso dar una sorpresa a Silvia y viajaron muy temprano para Acapulco, donde aprovechó que ella ya se encontraba mucho mejor y le explicó que no volvería a esa escuela más y que además, iba a pasar mucho más tiempo con ella.

Poncho: ¿Me vas a perdonar por haber estado tanto tiempo pendiente del trabajo?
Silvia –encogiéndose de hombros-: Supongo que sí, tío.
Poncho: Además quiero pedirte otra cosa, mi amor.
Silvia: ¿Qué cosa?
Poncho: Desde ahorita no quiero me sigas llamando tío.

Poncho puso sus manos en las de Silvia, sentándose en el sofá y haciendo que ella se sentara en la mesa baja que estaba frente a éste.

Poncho: Sé que extrañas mucho a tus papás, al igual que yo, y ellos siempre van a ser tus papás; pero muchos de los problemas que has tenido en la escuela es porque ellos no están con nosotros.
Silvia: Pero tío, es que –Poncho la interrumpe-.
Poncho: Ahora vas a comenzar de nuevo. En este tiempo que te queda para finalizar el curso, lo vas a hacer con un profesor en la casa, ¿sí? Como le hacen los niños de la tele –sonríe-. Y para el curso que entra, vas a comenzar en una escuela nueva, y nadie tiene por qué saber que tus papás no están.
Silvia: ¿Por qué no?
Poncho: Porque el hecho de que yo tenga tu custodia y de que tú estés a mi cargo, creo que me convierte en tu papá; así que a partir de ahora, quiero que siempre me llames papá, ¿sí? –Silvia asiente con la cabeza triste-. ¿Por qué esa carita?
Silvia: Es que si tú eres mi papá, sigo sin tener mamá. Y no me digas que así le hago con Any, porque no está con nosotros. Ella me dijo que tenía que esperar y tener paciencia, pero yo quiero que ella y tú sean novios y se casen.
Poncho –sonrió-: ¿Te digo algo? –Silvia asintió-. Pero no le puedes decir a nadie –Silvia volvió a asentir-. Yo quiero lo mismo que tú. Yo también quiero que Any sea mi novia, que se case conmigo, y que además podamos hacerlo pronto.
Silvia: Pero ella no quiere.
Poncho: Ah, ¿eso te dijo?
Silvia: No, no me dijo eso, pero su novio no quiere. Y si ella quisiera, terminaría con su novio.
Poncho: Es que no es tan fácil, mi amor. Mira... El novio de Any no es una... Muy buena persona.
Silvia: ¿Por eso no quiere que ustedes dos sean amigos?
Poncho: Por eso y por otros motivos. Pero sé que algún día Any va a estar con nosotros para siempre. Y no nos vamos a separar.
Silvia: ¿Y hasta que eso pase?
Poncho: Hasta que eso pase, nosotros vamos a venir a Acapulco cada fin de semana y la vamos a pasar muy bien los dos. ¿Qué te parece?
Silvia: ¿Me lo dices en serio?
Poncho: Totalmente en serio. Ya no voy a trabajar más los fines de semana.

Pasión y Amor van UnidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora