Capítulo 103

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Any y Poncho sonrieron y explicaron el por qué de ese nombre, y era por el significado que tenía. Después de haber sobrevivido a todas las tormentas que había pasado hasta nacer, ponerle a su hijo un nombre que significara valentía y fuerza, les pareció lo más acertado.

Cuando Marcos comenzó a llorar, Any lo cargó en sus brazos y se fue a la sala para darle el pecho cómoda y tranquilamente, dejando a todos los demás hablando en el jardín, fingiendo Poncho que se le caía la copa de vino para manchar la ropa de Silvia y acompañarla a su dormitorio.

Poncho -mientras cambiaba de ropa a Silvia-: Mi amor. Tengo una sorpresa para mamá.
Silvia: ¿Y para mí?
Poncho: Para ti también, si me echas la mano. ¿Me quieres ayudar?

Silvia aceptó encantada en cuanto Poncho le contó la sorpresa, y volvieron al jardín.

Any: ¿Por qué se tardaron tanto?
Poncho: Silvia no quería vestirse -Silvia miró a Poncho con el ceño fruncido-. ¿Ya comió? -Preguntó dejando un beso en la frente de Marcos, y Any asintió-.
Jorge: Oigan. Nosotros -dijo refiriéndose a los presentes- les tenemos una sorpresa -Silvia miró a Poncho, quien también la miró a él haciéndole un gesto para que no dijera nada de lo que le había dicho-.
Any: ¿Qué sorpresa?
Enrique: Les tenemos un regalo.
Alejandra: No manchen, nosotros no tenemos nada. Esto no se hace -dijo mientras Any dejaba a Marcos en su carriola con mucho cuidado-.
Edurne: Cállate, porque sin ustedes no hubiera sido posible -dijo riendo, regañando a Alejandra de broma-.
Silvia: ¿Qué es? -Dijo cuando le dieron un regalo a Any-.
Any: Vamos a abrirlo, ¿no? -Dijo sintiendo el brazo de Poncho por sus hombros-.

Any sostuvo el regalo para que Silvia rompiera el papel, encontrándose con otro papel debajo de ese.

Silvia: Esto fue idea tuya, ¿verdad? -Le preguntó a su abuelo Jorge, quien sólo reía-. Siempre haces lo mismo, abuelo.
Jorge: Sigue abriendo, Silvia.

Silvia estaba abriendo el segundo papel con mucho cuidado para no romperlo.

Poncho: Tira del papel, Silvia. Rómpelo -dijo nervioso y riendo-.
Silvia: ¿Una caja?
Poncho: ¿Qué es?
Any: Tendremos que abrirla, ¿no?

Silvia abrió la cajita con mucho cuidado y sacó lo que había dentro.

Silvia: ¿Llaves? Yo quería una Barbie -dijo, haciendo que todos los demás rieran-.
Poncho: ¿Qué es esto?

Viviana: Son las llaves de su nueva casa.

Poncho y Any se miraron felices, emocionados y cargaron a Silvia en brazos para llenarla de besos.

Poncho: ¿Cómo tienen ustedes la llave?
Gonzalo: Su culpa -dijo señalando a Alejandra y riendo-.
Alejandra -limpiándose unas lágrimas-: La semana pasada sonó el teléfono de Anahí mientras fueron a por Silvia a la escuela y me atreví a responder la llamada cuando vi que era de la inmobiliaria de mi suegra.
Gonzalo: Después me llamó a mí y me dijo que yo fuera a ver a mi mamá, que tenía la llave de la casa.
Any: Pero entonces...
Enrique: Llevamos una semana preparando su nueva casa.
Gonzalo: Any me había contado que tenían pensados los muebles y todo.
Viviana: Y nos unimos todos para regalárselos. La casa está amueblada y limpia. Lista para entrar en ella. Pero estábamos esperando a que naciera Marcos para decirles.
Poncho: Son crueles, esto no se hace.
Silvia: ¿Mi habitación también está lista?
Edurne: Tu habitación también está lista. Viviana y yo la decoramos.
Jorge: Hijo... También contamos con la ayuda de otras personas que no están aquí.
Any: ¿De quiénes?
Gonzalo: Mi cuñada y Leo también nos ayudaron.

Poncho se sintió algo mal al saber que ellos fueron cómplices de esa locura y que no los invitó a esa reunión. Pero quería que sólo la gente más cercana a Anahí estuviera en ese momento, pues ella llegaría cansada del hospital y quería algo muy tranquilo e íntimo. Más aún para lo que estaba a punto de suceder.

Pasión y Amor van UnidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora