Capítulo 60

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Any le dio una fuerte cachetada, haciendo que a él se le girase la cara. Aunque trataba de entender que ese Poncho que estaba hablando era ocasionado por los celos, no le gustaba. Ella no se enamoró de un hombre celoso, y le dolía que le dijera eso después de ser él mismo quien la ayudó a valorarse a sí misma.

Any: ¡Basta ya! –Con los ojos llenos de lágrimas-. ¿Crees que a mí me gusta la idea de tenerte entre mis piernas y después tener que ver a Julián, quien seguramente me esté esperando borracho?
Poncho: No parece que estés muy disgustada.
Any: Deja de juzgar lo que no sabes.
Poncho –levantando más la voz-: ¿Lo que no sé? ¡Me lo acabas de decir tú! ¿Crees tú que después de lo que pasó ahí dentro yo puedo mirarte sin pensar que él te hará lo mismo que yo?
Any: ¡Ya basta, Alfonso! Julián no me hace lo mismo que tú y lo sabes de sobra.
Poncho –suspiró-: Anahí, no quiero seguir escuchándote. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Que me cuentes cómo disfrutas con él?
Any: Sabes perfectamente que él no me hace disfrutar ni con su compañía –Poncho la agarró del brazo-. ¿Qué haces? –Poncho no respondía e iba buscando algún lugar en donde poder hablar-. ¡Poncho, suéltame! ¡Me estás lastimando!
Poncho: ¿Ahora te lastimo? –Entra en el gimnasio, que estaba vacío y la suelta del brazo-. Hace un momento no me decías que te lastimaba.
Any –trató de salir, pero él lo impidió-: Déjame salir.
Poncho: No.
Any –lo mira enojada-: Alfonso, déjame salir.
Poncho: ¡No quiero, Anahí! No quiero dejarte salir. No quiero que te vayas con él –comienza a llorar-. Anahí, por favor... No regreses más a su lado y a sus mentiras. Ese hombre no te ama.
Any: Ya hablamos de esto así que por favor, deja que me vaya. No quiero estar contigo y mucho menos después de esta escenita de celos.
Poncho –la toma de las manos con suavidad-: Perdóname, por favor –le pide llorando-. Perdóname por gritarte, por agarrarte de esa manera y por hablarte así y decirte lo que te dije, pero no soporto la idea de pensarte en sus brazos, mi amor.
Any: Alfonso, te lo pido por favor –dijo mientras se le volvían a aguar los ojos-. Deja que me vaya...

Poncho se retiró de la puerta y Any saló mientras dejaba de controlar sus lágrimas. En cuanto éstas empezaron a brotar por sus mejillas sintió la necesidad de girarse y decirle algo a Poncho.

Any: Sólo quiero que sepas que mi cuerpo no es lo único que te pertenece; también es tuyo todo mi corazón. Desde que te conozco no quiero que ningún otro hombre que no seas tú pueda tocarme, como te dije antes; ni si quiera Julián. Y me enoja saber que otros hombres puedan mirarme por la calle y que ninguno de ellos seas tú. Pero ya habíamos hablado de esto –dijo llorando-.
Poncho: Sí, Any; sí. Habíamos hablado de esto; pero sigo sin soportar mi vida sin ti. Cada día me acuesto y me levanto pensando en ti, soñando que estás a mi lado, queriendo hablar contigo. Estás en mi cabeza todo el día, Any. Y me enferma saber que estás con ese patán. Me siento impotente al pensar que estás con él y no puedo hacer nada. Me enoja saber que mi hijo lo llamará "papá" a él y no a mí –Any iba a responder, pero Poncho se lo impidió poniendo su dedo índice en sus labios-. No lo digas, por favor. No me vuelvas a repetir que no sabes si ese hijo es mío, porque tanto tú como yo sabemos bien que sí lo es –ambos seguían llorando-. Anahí, sé que no estás bien y ese hombre te hace estar peor. Y yo sigo sin entender por qué sigo vivo. Yo no soy nadie si no es contigo, ¿entiendes?
Any: ¿Crees que yo soy feliz con todo esto? ¿Crees que esto es un juego para mí? ¿Que no tengo miedo con lo que pueda pasar?
Poncho –se encogió de hombro-: Me imagino que no.
Any: Poncho, yo también –tragó saliva como si estuviera tragando un nudo-... Yo también estoy mal con toda esta situación.... ¿Crees que tengo ganas de ver a Julián después de lo que acabamos de vivir? –Pone sus manos en la carita de Poncho-. Por supuesto que no. Lo único que deseo ahora mismo es poderme ir a tu casa, estar con Silvia y contigo, cuidarlos a los dos. Yo tampoco tengo ganas de seguir mi vida si por las noches no eres tú quien me da las buenas noches, pero sólo pido tiempo... Es lo único que necesitamos, mi amor.
Poncho: Pero es que ya me harté del tiempo, Any –pone sus manos en las de ella, que aún seguían acariciando su carita-. Estuve sin ti sólo cuatro días y me parecieron una eternidad. No quiero seguir así, te juro que no puedo... Todo esto me está consumiendo por dentro.
Any: Lo sé, mi amor... ¿Sabes? Lo único que me está haciendo fuerte es esto –pone las manos de Poncho en su vientre-, es este bebé. Soñar con que tú eres su padre, soñar que el día que yo dé a luz seas tú quien me acompañe, que seas tú al único hombre al que mi hijo llame "papá" y que Silvia sea su hermana mayor. Pero por eso mismo necesitamos estar separados.
Poncho: Pero, ¿por qué?
Any: Porque es así, Poncho... Porque no quiero que les pase nada; ni a ti ni a tu familia. Porque no quiero que Julián pueda hacerle algo a mi familia, mucho menos a mi hijo.
Poncho: Pero, ¿por qué no puedo ayudarte? Déjame estar contigo en lo que vemos qué hacer con Julián.
Any: Poncho –se aleja-, no puedo... Por favor, no insistas en eso –ambos seguían llorando-. No me lo pongas más difícil, te lo ruego –se abraza a él llorando-.
Poncho: Está bien... No te voy a insistir más. Sólo prométeme algo.
Any –mirándolo y secándose las lágrimas-: ¿Qué cosa?
Poncho: Prométeme que no vas a dejar que te haga nada malo; ni a ti ni a mi hijo. Porque si eso pasa, te juro que lo mato yo mismo y no me importará el tiempo que tenga que estar entre rejas.
Any: Por eso puedes estar tranquilo, mi amor. Estoy teniendo mucho cuidado con eso.
Poncho: ¿Puedes prometerme también que no te vas a entregar a él? –Any guardó silencio mirándolo y lo besó tristemente-. No quiero que te toque ni el aire, Any –vuelve a besarla-.
Any: Poncho... Eso no te lo puedo prometer. De momento no me ha tocado y no voy a dejar que lo haga.
Poncho: ¿De momento?
Any: Mi amor, necesito tiempo para ganarme su confianza y poder estar contigo, pero no sé cuánto tiempo va a ser... Es mi novio y no podré estar rechazándolo mucho tiempo si quiero ser libre; por favor, entiéndeme.

Pasión y Amor van UnidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora