Any por su lado decidió irse a la universidad, y se quedó en la biblioteca.
Ese día tuvieron una hora libre, y su mejor amigo, Edgar, quiso adelantar estudios en la biblioteca. Vio a Any sentada en una mesa y se le acercó.
Edgar: Hola, ¡enana!
Any: Hola -le dijo sin mirarlo-.
Edgar –oliendo-: ¿No hueles raro?
Any -oliendo también-: No, ¿a qué? –seguía sin mirarlo, intentando fingir que estudiaba-.
Edgar: A mí me huele a tristeza... ¿Me puedo sentar?
Any: Claro, siéntate. No necesitas pedir permiso.
Edgar: ¿Qué te pasa, chaparra? Ni si quiera me miraste...
Any: Nada -se quedó con el codo en la mesa y la mano en su barbilla-.
Edgar: Sabes que a mí no puedes mentirme... ¿Enojada con Julián?
Any -lo mira nada más oír el nombre de Julián-: No. No es eso, en serio, esta vez Julián no tiene nada que ver.
Edgar: ¿Entonces? ¿Por qué esa carita?
Any: Es que... Hay algo que me preocupa.
Edgar: Y... ¿puedo saber qué?
Any: Te voy a contar, pero no le digas a nadie, por favor...
Edgar: ¿Cuándo le conté algo a alguien, enana? Nunca, ¿verdad? A ver, cuéntame.
Any: Pues es que... Tengo una amiga que tiene novio, pero le puso el cuerno, y ahora está embarazada y no sabe qué hacer. No sabe de quién es el bebé, ni nada... Está muy confundida. No quiere abortar, pero tampoco quiere tener al bebé.
Edgar: ¿Y por qué no le dice al novio que el bebé es de él?
Any: Porque le da miedo que él quiera hacerse pruebas de paternidad... Edgar, el novio de mi amiga es capaz de todo como se entere que el bebé no es suyo...
Edgar: ¿Y qué dice el otro hombre?
Any: El otro hombre –sonrió mientras se le llenaban los ojos de lágrimas que no dejaría escapar- hasta le dijo que se casaran, pero no pueden. Ella no quiere dejar al novio.
Edgar: ¿Por qué? ¿Tu amiga a quien ama? -Any se encogió de hombros-. ¿Qué siente por su novio?
Any: Siente mucho cariño, lo aprecia mucho, pero no puede dejarlo. Le debe muchísimas cosas. Le debe el estar viva y le debe tantísimos años de cariño y apoyo...
Edgar: Pero... Porque hay un pero, ¿no?
Any: Pero es que mi amiga también quiere estar con el otro hombre.
Edgar: ¿Qué siente por el otro?
Any: Igual. Le tiene mucho cariño, y mucho aprecio, lo adora. Es un hombre muy bueno, la cuida mucho...
Edgar: ¿Y a él le debe algo?
Any: Días y momentos mágicos, llenos de risa, de amistad, de amor, de pasión. Momentos en los que no puede pensar en nada, solo en ellos dos. Parece que cuando están juntos, nada ni nadie más existen. Están juntos y nada más pasa alrededor. Como si alguien detuviera el tiempo cuando se ven.
Edgar: Ok... Entonces... Sabes que desde chiquitos estamos juntos y somos amigos, eres como mi hermana de verdad, y sabes que Julián era como mi hermano, pero amiga, si ese otro hombre te da lo que Julián hace tiempo no tiene para ti, y si ese bebé es del otro hombre, ¿por qué no lo aceptas? Cásate con él. Estás enamorada.
Any: ¿Qué? Edgar, ¿cómo puedes pensar que yo...?
Edgar: Son muchos años de amistad, Any. Mira, me alegro mucho por tu embarazo porque sé lo que adoras a los bebés y a los niños y quisiera que no abortaras, pero no seré yo quien te diga lo que tienes que hacer. Eso debes pensarlo muy bien. Y Any, tomes la decisión que tomes, debe ser de la cual nunca te arrepientas, porque si hay algo que no regresa en la vida, es el tiempo.
Any -tocándose la barriga-: Pero tú sabes lo difícil que está mi situación. Tengo que estudiar y trabajar al mismo tiempo; no sé de quién es el bebé; y si Julián se entera de que le puse el cuerno o si termino con él... Tú sabes que es capaz de todo, Edgar.
Edgar: A ver, princesa... No estoy de acuerdo contigo en que le pongas el cuerno a Julián, como tampoco estoy de acuerdo en abortar. Y no porque seas tú, pero ya sabes que esas cosas no me gustan... Pero, sea cual sea tu decisión, aquí voy a estar, apoyándote. Sé que desde que tu hermana no está, en tu casa todo está mucho más complicado, pero sabes que decidas lo que decidas, yo estaré aquí -le pone la mano en la barriga a Any-. Si decides tenerlo, yo seré el tío Edgar y te ayudaré en todo, y Lorena también te ayudará. Y si al final decides no tenerlo, igualmente seguiré siendo tu hermano "postizo" como decíamos cuando estábamos chiquitos –sonrieron-... Pero eso sí, lo que vayas a hacer, hazlo bien, y sabes que ahora no me refiero al bebé.
Any –abrazándolo-: Gracias, Edgar. Necesitaba mucho tus palabras... Y bueno, amigo -viendo a Lorena que estaba en la puerta-... Ahí te están esperando. Salúdala de mi parte, ¿sí?
Edgar: ¿No quieres venir con nosotros?
Any: No, gracias. Yo prefiero quedarme aquí un ratito. Te quiero, amigo.
Edgar –yéndose-: Te quiero, enana.Pasaron varios días en los que Any no le dio señales de vida a Poncho, y cada vez que él la llamaba, ella dejaba que el teléfono sonara.
Varios días en los que Alejandra habló por un lado con Anahí y por otro con Poncho, para pedirles perdón por su actitud de días anteriores, pues no quiso irse así, pero estaba enojada con sus papás y lo pagó con ellos dos.
Varios días en los que Any tenía que decidir qué iba a hacer con su vida, qué le diría a sus papás, cómo cambiaría su vida ahora que decidió tener el bebé.
En esos días, Julián notó que Anahí si que podía vivir sin él, y que eso él no lo quería, pues quería seguir con ella para siempre, así que un buen día, decidió ir a verla.
Any -abriendo la puerta-: Julián...
Julián: ¿Puedo pasar?
Any: ¿Qué quieres?
Julián: Mi amor... Déjame entrar y hablamos, ¿sí?
Any -invitándolo a pasar-: ¿De qué quieres hablar?Any se mostraba muy fría con Julián, pues en esos días se olvidó de que aún seguían juntos.
Julián: De estos días. En realidad del último día que hablamos...
Any: ¿Hablamos?
Julián: Bueno, te grité...
Any: Julián, dime lo que quieras decirme sin rodeos, ¿ok? No tengo todo el tiempo para ti. Tengo mucho que estudiar.
Julián: Solo quería pedirte perdón, mi amor... Te extraño demasiado cuando no estoy contigo... ¿Me perdonas? Prometo que no vuelvo a ponerme a gritar sin dejarte hablar. Y mucho menos para decirte cosas tan feas.
Any: He oído ya tantas veces esa promesa, Julián... De verdad, perdóname, pero no sé ya que creer de ti. ¿Para qué sigues conmigo?
Julián: Porque te amo, corazón. Porque eres mi todo, en serio. Pero ya perdóname, ¿sí? -la abraza-.
Any: Ya, está bien -separándose de él-. Julián yo... Quería hablar contigo y, de seguro te lo tomas muy mal, pero... Yo ya no quiero seguir en el club...
Julián: ¿Qué?Any: Julián, no te enojes y escúchame.
Julián: No, no... No estoy enojado, pero... Explícame eso.
Any: Julián... Bien sabes que estoy estudiando y que sí necesito estar trabajando, pero estos días que no estuve yendo, me quedé súper relajada, con más tiempo para mí, con más tiempo para pensar en mí, en mi vida, en lo que me espera en un futuro -tocándose la barriga-. Estuve pensando en mis sentimientos y emociones... Y es que, ayer por ejemplo, tuve tiempo para ir de compras, o antes de ayer, tuve tiempo para reunirme con Alejandra y unas amigas que hacía mucho que no veía. Julián, en serio... Estos días me sentí yo, me sentí viva. Tuve tiempo para descansar...
Julián: Entiendo...
Any: No... ¿No estás enojado?
Julián: No... Entiendo que ya no quieras seguir trabajando, y menos ahí, pero... Solo dime algo... ¿Algún hombre te trató mal?
Any: No, no, en serio. No es nada de eso por lo que ya no quiero seguir ahí, sino por todo lo que te dije. Es que... Pude respirar, ¿me entiendes? Fue todo paz y tranquilidad en mi vida.
Julián: Bueno... Si ya no quieres seguir trabajando, pues... Ni modo... Sabes que al menos yo haré lo que pueda contigo y por ti. Pero al menos -saca su billetera- ten, esto es lo que te debo -le da el dinero a Any-.
Any: Julián –contando el dinero-... Aquí está todo el mes...
Julián: Y te mereces mucho más... No te iba a descontar estos días, tonta... Ven acá.Se dieron un abrazo, que la verdad, fue hermoso.
Julián fue sincero cuando dijo que no se enojó, pero sabía que Any traía algo más que la preocupación de no querer seguir ahí, aunque él no le preguntaría... Si ella le contaba, sería ella la que contase sin presión alguna.
Julián era capaz de todo, como bien todo el mundo sabía, pero a veces era muy comprensible, como ese día lo fue con Any.
Julián: Oye... ¿Estás sola en la casa?
Any: Sí, ¿por qué?
Julián: Últimamente cuando vengo, no están tus papás...
Any: Es que se van a la casa de la tía de mi mamá... La mujer está ya muy mayor y... La verdad, yo creo que le falta muy poquito... Me da mucha pena por mi mamá.
Julián: Te entiendo... Primero su hija y luego su tía... ¿Qué más puede esperar tu mamá de la vida?
Any: Mi mamá está muy mal, Julián, te juro... Mi mamá no es la misma desde lo de mi hermana...
*****
Aquí os dejé dos capítulos seguidos, porque no sé cuándo voy a poder seguir subiendo capítulos. Ojalá os esté gustando mucho esta FanFic, aunque nada tenga que ver con la realidad.
![](https://img.wattpad.com/cover/245341382-288-k458493.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Pasión y Amor van Unidos
RomanceNunca es fácil terminar con una pareja, mucho menos después de llevar muchos años juntos y saber que esa persona es tan peligrosa, que es capaz de hacer cualquier cosa. ¿Podrá Anahí dejar a su novio para vivir su vida al lado de Poncho, el hombre q...