Pasión y Amor van Unidos

Capítulo 45

Any: Alejandra, si yo no he terminado con Julián es porque mi situación está cada vez más difícil. Si yo les hubiera hecho caso a todos cuando me lo decían hubiera sido más fácil, pero ahora no es nada fácil. Conozco bien a Julián y es capaz de hacerme algo a mí, y a Poncho... Y por eso mismo no termino con esto. Para que no le haga nada a él. ¿Te acuerdas cuando me dijiste que no me contabas lo de Aarón por protegerme? –Alejandra asintió-. Pues lo mismo me pasa con Poncho y Julián... Si sigo con él es únicamente para proteger a Poncho...

Cuando Diego llamó a Alejandra para que se vieran, Any llevó a la pequeña después de hablar por teléfono con Poncho para asegurarse de que ya estaba en casa.

Poncho: Silvia, sube a tu cuarto y te vas dando un baño, ¿sí?
Silvia: Papá, ¿puedo ir al sótano?
Poncho: Puedes ir, mi amor; pero no mucho tiempo. Ya mismo llegan tus abuelos y vamos a cenar y a dormir, ¿ok?
Silvia -a Any-: ¿Te quedas a cenar con nosotros?
Any: No mi amor, yo ya me voy a mi casa. Hoy me voy a dormir muy tempranito. Pero otro día me quedo, ¿de acuerdo? –Le dijo para no enojar a la pequeña-.
Silvia: Bueno está bien. Te quiero.

Any se iba a ir cuando Poncho la detuvo.

Poncho: Aquí está lo que te debo.
Any -girándose y viéndolo sacar dinero de su cartera-: ¿Qué? Mira Alfonso... Si es por el sexo puedes quedártelo, ese ya no es mi oficio.
Poncho: Anahí, ¡por Dios! Es por haber cuidado de Silvia estos días.
Any: Igual te lo puedes quedar también. ¿O piensas que lo hice por dinero? No quiero tu dinero para nada.

Se quedaron por unos momentos en silencio, mirándose; y en ese momento llegaron los padres de Poncho.

Viviana: ¡Hola, hijo! Al fin llegamos. ¿Cómo has estado? ¿Te has estado alimentando bien? ¿Dónde está Silvia? Quiero verla.
Poncho –riendo-: Mamá, está todo bien. Yo bien, me he alimentado bien y Silvia estará bañándose, o en el sótano.
Jorge: Hola, Anahí. Qué gusto verte por aquí –la saluda con un beso-. De seguro tú ayudaste a este menso en todo, ¿no?
Any –sonriendo-: Pues... En lo que pude, señor. La verdad es que estar cerca de Silvia me encanta.
Viviana: ¿Tú has estado cuidando de ella?
Any: Sí, señora.
Viviana: ¿Ya le diste su dinero?

Poncho iba a decir que Any no lo quería aceptar, pero ella se le adelantó.

Any: Perdón, señora... pero, no sé por quién me toma. Yo no me dedico a cuidar niños y con todos mis respetos, no quiero aceptar su dinero por haberme hecho cargo de Silvia mientras su hijo trabajaba.

El silencio que las palabras de Anahí causaron se hizo incómodo para todos.

Jorge: ¿Te quedas a cenar?
Any: No, señor; le agradezco su amabilidad, pero tengo que regresar a mi casa pronto. Mi mamá está saliendo de algo duro y justo hoy me necesita mucho, al igual que yo a ella –dijo mirando a Poncho-.
Jorge: Ya nos había contado algo mi hijo. Lo siento mucho. Pero otro día sí te quedas, ¿no?
Any -le sonrió-: Si las cosas me van mejor, claro que sí. Gracias por su invitación. Señora, gracias por su dinero pero, no lo quiero. Absolutamente todo lo que hice fue por amor –miró a Poncho, pero no le dijo nada-. Bye.

Poncho comenzó a caminar detrás de Anahí, Jorge llevó el equipaje a su cuarto y Viviana fue a la cocina a hacer la cena.

Poncho: Any, por favor, escúchame.
Any: ¿Qué quieres que escuche? ¿Cuánto dinero me debes? ¿Tus agradecimientos por haber cuidado de Silvia? ¿O cuánto echabas de menos a María?
Poncho: Nada de eso.
Any: ¿Vas a disculpar a tu mamá por cómo me trata? No hace falta. Dios perdona a todos.
Poncho: Anahí, escúchame.
Any: ¡Ya oí demasiadas cosas anoche de la boca de Julián! Ahora no va a ser tu turno. Por favor, deja que me vaya.
Poncho: Si me pidieras tan sólo una cosa.
Any -se detuvo de nuevo poniendo los ojos en blanco-: ¿Qué quieres que te pida? ¿Que me hagas el favor de despedirme revolcándonos en tu cama?
Poncho: Que termine con María.
Any: ¿Qué? –Rió irónicamente-.
Poncho: Si. Si tú me lo pidieras lo haría ahora mismo.
Any: ¿No eres mayorcito para tomar tus propias decisiones? Alfonso, no te voy a pedir algo así, y no me pidas explicaciones. No termines con ella, porque tú y yo no podremos estar juntos. Trata de olvidarme.