EPÍLOGO

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Los meses siguientes fueron meses duros y difíciles, ya que después de la muerte de Julián la policía decidió abrir una investigación sobre todos los delitos de droga en los que Julián estaba involucrado, convirtiendo a Anahí en cómplice de él hasta que se demostrara lo contrario.

Como era de esperarse, después de varios meses de investigación, Anahí salió inocente en cada juicio al que tuvo que presentarse, siempre acompañada de Poncho, quien nunca la dejó sola. Tal como le había prometido una vez.

Una vez se demostró la total inocencia de Anahí, pudieron celebrar el bautizo de Marcos, llenando el jardín de su nueva casa de gente que los amaba, encontrándose entre los invitados, Leo y Domínica; quienes recuperaron la amistad que Poncho había tenido con él en algún momento.

Leo y Domínica aceptaron ser pareja después de que Poncho hablara con ellos y los dejara convencidos de que no había ningún problema.

Silvia estaba muy contenta y feliz, pues tenía todo para serlo. Tenía a Poncho, a quien se había acostumbrado a llamarlo siempre papá, a Any; a quien siempre había aceptado para que fuera su mamá. Y aparte, tenía un hermanito hermoso al que cada vez quería y protegía más. Cada vez que alguien lo cargaba, ella se acercaba a decir que tuvieran cuidado con él. Y además, también contaba con la felicidad de tener muchos amiguitos en su nueva escuela.

Edurne y Jorge nunca volvieron a perder la sonrisa. Si bien Silvia había ayudado a que Edurne regresara a ser feliz, ahora, con la llegada de Marcos y su hija comprometida con un hombre de verdad, la tristeza le quedaba muy lejos.

Jorge y Viviana decidieron aceptar sólo viajes cortos y cercanos en cuanto a la empresa. Perderían la oportunidad de conseguir bastantes cosas nuevas para la empresa, pero entendieron, gracias a su hijo, que no todo era el dinero, sino que lo más importante, era ganar en calidad de vida. Y eso se lo daba su familia.

Poncho, para celebrar toda la inocencia de Anahí, la felicidad que tenían y, el bautizo de Marcos, le hizo un regalo especial a Any.

Poncho: Mi amor, ¿me puedes decir qué playa te imaginaste como nuestra aquella vez, hace meses?
Any: La playa de los Genoveses, en Almería -dijo sonriendo-. ¿Por qué?
Poncho: ¿España? -Any asintió-. Quiero que abras esto.

Poncho le entregó a Any un sobre. Un sobre que en su interior contenía boletos de avión para España, y unas indicaciones de lo que harían allí, encontrándose entre esas indicaciones una visita a la playa que Anahí soñaba con ir, haciendo que Any volviera a llorar de emoción.

Any: ¿Quién te dijo?
Poncho: Tu mejor amigo -le dijo sonriendo-.

Any miró a su padre, quien le estaba devolviendo la mirada con una sonrisa cómplice. Luego se volteó a mirar a Poncho y lo besó, después de dejarle claro que era lo mejor que le había pasado en la vida.



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Hasta aquí esta historia que vi entre mis documentos en pleno confinamiento de 2020, que tenía sin terminar y que decidí terminar de escribirla y compartirla aquí. 

He disfrutado con cada comentario que habéis dejado, a pesar de no haber sido muchos, pero me ha alegrado muchísimo el saber que os ha gustado la historia. Pues tenía miedo de que no gustara por transcurrir todo en muy poco tiempo, no como otras historias que dan saltos en los tiempos. 

Espero que hayáis disfrutado de mi FanFic, tanto como yo he disfrutado escribiéndola. Y, como no podía ser de otra manera, aquí os dejo el Epílogo, porque creo que Any y Poncho merecían ese final al 100% 

Dentro de muy poquito subiré otra historia. Muy diferente a esta, pero también de ellos dos. Os estaré esperando (sólo me quedan un par de detalles y lo más importante: el nombre de la historia)

Pasión y Amor van UnidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora