Capítulo 99

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Any: Es la despedida de vivir en casa de mis padres -dijo sonriendo pícaramente-. También tenemos que celebrar eso, ¿no crees?
Poncho: Me asustaste, tonta -dijo después de un suspiro-. No vuelvas a jugar así conmigo.
Any -rio-: Cállate y bésame, porque no quiero perder ni un solo segundo de este momento.

Any volvió a posar sus labios en los de él y mientras se besaban, Poncho le quitó la toalla, la cargó en sus brazos y la llevó hasta la cama para recostarla en ella con mucha delicadeza. Luego ella detuvo el beso para desabrochar su pantalón y él mismo se lo quitó junto a sus boxers, regresando muy pronto a su lado y a sus labios, comenzando a acariciar cada parte del cuerpo desnudo de Anahí, haciendo que la piel de ella se erizara por completo.

Any se tumbó sobre Poncho, dejando la masculinidad de él justo en su feminidad, besándolo de la manera más tierna que podía, mientras él pasaba sus manos por la espalda de ella dejándole dulces caricias. Luego la agarró por la cintura y la volteó, quedando él encima de ella, haciendo que ella abriera sus piernas para que él estuviera más cómodo entre ellas.

Poncho dejó de besarla, la miró a los ojos, le dio un piquito y bajó hasta su vientre para hablarle a su hijo.

Poncho: No vayas a dar guerra ahora, ¿eh? Tu mamá y yo estamos a punto de hacer el amor -dijo sonriendo-. Pórtate bien, campeón.

Poncho dejó un beso y una caricia en el vientre de ella, haciendo que ella le dedicara una sonrisa tierna, bajo una mirada llena de amor. Luego ella extendió sus brazos hasta los hombros de él para hacerle saber que quería seguir besándolo, así que Poncho volvió a subir, posó un beso en sus labios y comenzó a besar el cuello de Anahí mientras entraba en ella despacio, muy lentamente, cuidándola a ella y cuidando cada movimiento.

Sus respiraciones comenzaban a acelerarse al unísono, mientras ella acariciaba la espalda de él y él la rodeaba con uno de sus musculosos brazos por la cintura.

Siguieron besándose y cada vez que Poncho detenía algún beso, sólo la miraba, le sonreía y le acariciaba las mejillas con mucha ternura.

Poncho: Eres preciosa -le dijo, haciendo que ella sonriera sonrojada-.
Any: Te amo -le dijo mirándolo a los ojos para luego besarlo de nuevo-.
Poncho: ¿Estás bien? -Preguntó refiriéndose a su salud y su embarazo-.

Any: Mejor que nunca.

Poncho comenzó a moverse despacio, saliendo y entrando en ella lentamente, haciendo que a ambos les fuera cada vez más difícil contener sus gemidos.

Poncho salió por completo de ella, dejó de sostener la cintura de Anahí, se apoyó con sus dos manos en la cama, volvió a mirarla a los ojos y a sonreírle antes de volver a entrar en ella.

Any se mordió el labio mientras cerró los ojos, dejando escapar un gemido algo más alto que los anteriores.

Poncho volvió a salir de ella para repetir lo anterior con total suavidad, dejando escapar también sus gemidos, pero ella rodeó la cintura de Poncho con sus piernas haciéndole saber que no aguantaría mucho más si seguía haciendo eso. Así que Poncho volvió a rodear la cintura de ella con sus dos brazos, dejando su peso sobre ella y sus pechos pegados. Any por su parte clavaba sus uñas en la espalda de él mientras lo besaba y comenzaba a moverse con él. Con unos movimientos suaves y a la par que los de él. Comenzaron a jadear cada vez más rápido, hasta que ambos comenzaron a temblar llegando juntos al orgasmo, una vez más. Dejando otro momento juntos en esa habitación.

Poncho la tomó por la cintura y se voltearon, quedando ella encima de él, sintiendo aún el miembro de Poncho dentro de ella y apoyando su cabeza en el pecho de él para oír sus latidos acelerados.

Pasión y Amor van UnidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora