Capítulo # 109

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— Hasta célebre unas misas para el descanso de tu alma — aseveró Fray Domingo — no me digas que Hermione no sabia.

Draco susurraba en el confesionario para no ser oido por los demás — No, no sabía — aclaró — se enteró después — Fray yo no tengo la culpa de lo que pasó, soy inocente.

— ¿Y no te fugaste con Astoria? — preguntó El Fray.

— No — respondió.

— ¿Y ella también está viva? — preguntó el curita.

— Sí — respondió Draco — primero déjeme contarle todo — y después usted dirá si me ayuda o no.

— La casa de Dios siempre está abierta — dijo Fray Domingo — Hasta para el mas grande de los pecadores.

— Mis pecados no son tan graves — aseguro Draco.

Fray Domingo suspiró rendido — esta bien — dijo, pero hablemos en otro lado ¿Sí?

Abraxas llegaba enfurecido a su casa, se le acercó a una mucama y le preguntó — ¿Dónde está mi madre?

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Abraxas llegaba enfurecido a su casa, se le acercó a una mucama y le preguntó — ¿Dónde está mi madre?

— La señora salió — respondió la criada... ¿Y el Sr. Blaise? — preguntó Abraxas.

— Aquí estoy — respondió Blaise desde la escalera bajando rápidamente.

Abraxas se giró hacia la mucama — llamé a Hagrid — ordenó — Sí, señor — respondió la mucama — vamos al despacho.

Entraron y Abraxas se sentó, Blaise cerró la puerta. Este le preguntó — ¿Me quieres decir ahora qué vamos a hacer?

— ¿De qué? — cuestionó el moreno confundido.

— Alguien le dijo a Charlie que tú y mi madre fabricaron las pruebas en la culpabilidad de Draco — explicó Abraxas — y la culpabilidad de su muerte fue idea tuya — te das cuenta lo que eso significa, por tu culpa mi mamá puede ser juzgada por un delito grave.

— No pasa nada — respondió Blaise arrogante.

— Charlie esta decidido a todo — refutó Abraxas — va a llegar hasta las últimas consecuencias — Dice que los culpables deben pagar.

Blaise se mantenía serio y arrogante — ¿Cúales pruebas? — preguntó — el único que estaba enterado era el jefe de la cárcel y ahora está muerto.

— Pero pueden haber otros testigos — gruñó Abraxas — ese tal Marcus Flint.

— A Flint no le conviene estar involucrado en cosas con la justicia — aseveró Blaise — y por lo que se refiere a que yo comprometí a tu madre permite me decirte que no fue así — fue una suerte que me tuviera a tu lado — porque estaba tan desesperada que hubiera recurrido a alguien con menos escrúpulos que yo.

Abraxas lo miró con asco y le dijo — tú no tienes escrúpulos.

Golpearon la puerta y al grito de Abraxas, Hagrid entró al despacho.

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