CAPITULO # 38

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Draco regreso de su viaje, pero notaba distante a Hermione, - quien escudaba su distancia, diciendo le que tenia migraña.

Hasta que una noche no soporto más y le dijo, - ¿Aún tienes migraña?,pregunto el rubio, - tienes días así.

- Si aún tengo un poco, le dijo la castaña, tumbada en su cama, dándole la espalda.

- si ha sucedido algo, por favor dímelo, le suplico el rubio, - mañana me voy, me preocupa pensar que algo pasó. Todavía dudas de mí, con respecto a esa mujer.

- No no ha pasado nada, decía la castaña, - no, no es eso. El rubio le preguntaba, - ¿Entonces? - Por
favor, Hermione, si hice algo que te molestara, sin darme cuenta, por favor, ¡dimelo!

- No, no es nada, le respondió la castaña, aún de espaldas, - de verás, sólo es un color de cabeza

Draco se acercó a ella para besarla, pero Hermione, le giro la cara, acomodo su almohada y cerró sus ojos para dormirse.

A la mañana siguiente, Draco ya estaba vestido y preparaba su portafolio para salir de viaje, mientras observaba a Hermione, dormir.

Se acercó a ella, colocó su brazo alrededor de su cintura y beso su mejilla. Se quedó un rato sobre ella, esperando que se despertará y salió de la recámara, no sin antes darle una última mirada y salió.

Abraxas entro a su despacho como cada mañana, mientras revisaba sus carpetas, notó un sobre blanco sobre su escritorio y lo abrió.

Leyó detenidamente la carta, ¿Qué es esto? Dijo para si, la arrugó y salió corriendo a la habitación que compartía con Astoria, llamando la a gritos.

- salió del baño, Astoria - y le contestó, - ¿Qué pasa?. El pelinegro le mostró la carta y le pregunto - ¿Qué es esto?. Mientras la arrimaba peligrosamente a la pared.

La pelinegra tomo la carta y mientras la leía empezó a temblar de miedo y dijo -¡mentira! Y - ¿Por qué tiemblas? Le preguntó el pelinegro, - me asustas dijo la pelinegra.

- Ruega le a Dios, que está carta, sea mentíra, le gritó el hombre, dicho esto, salió corriendo de la habitación.

Astoria se recompuso y salió corriendo de la habitación, dirigiéndose a la recámara de su madre.

Llego sollozando y le dijo a Andrómeda, - Mama, - ya Abraxas descubrió todo, - ¿todo qué? Preguntó la rubia mayor

De Draco, grito la pelinegra llorando. - ¿Cómo? Decía la rubia mayor. - alguien mandó una carta, le contesto su hija, - Andrómeda, solo atino a taparse la boca con la mano por la sorpresa.

Abraxas entro a la casa de Hagrig, abriendo la puerta de una patada y se abalanzó hacia el robusto hombre y con la carta en la mano,le dijo - ¿Quién te dio esta carta?. ¿Quien? Gritaba Abraxas

- El dueño del burdel, contesto el hombre robusto. - me dijiste que fue un mensajero, refutó el pelinegro.

- Es verdad, lo que dice la carta, contéstame gritaba el pelinegro.
- si señor es verdad, le confirmo Hagrig.

- y tú cómo lo sabes, grito el pelinegro. - una vez escuché una plática entre la Sra Astoria y el Sr. Draco. Ella le decía, que no hacia falta que se fugaran juntos, pues como se iba a casar con la srta. Hermione, pues Ella iría a San Pedro, para que su mamá no se quedará sola y así podrían verse, cuántas veces quisieran

- ¿Cuándo fue eso? Poquito antes de que nos dijeran que uds eran hermanos, le contesto el robusto hombre.

Abraxas enervado, tomó del cuello de la camisa del hombre y lo apretó con fuerza, diciendo le -y ¿Por qué no me lo dijiste?. Es que me fío miedo, que doña Helen, se enojara conmigo, le contesto el hombre robusto.

- ¿mi mamá lo sabia? Pues yo creo que si, le aseveró el robusto hombre. Abraxas dio dos pasos hacia atrás

- primero no quería que ud supiera que era su medio hermano, y luego le dio su apellido. Para mí que Draco, la amenazó con contarle todo a ud y para callarlo, lo reconoció, le dijo el hombre robusto.

Abraxas comprendió muchas cosas, y en silencio abandono la casa de Hagrig.

Entro nuevamente a la casa y se dirigió a su recámara, tomó a Astoria del cuello y empezó a ahorcar la, mientras la insultaba diciéndole - infeliz, perdida, traidora maldita, ¿por eso querías ir a San Pedro, verdad ? ¿Para verte con él, verdad? Le gritaba el pelinegro furioso.

Andrómeda estaba desesperada y lloraba que se detuviera, que soltara a su hija, porque la estaba asfixiando. Gritaba pidiendo ayuda. Que me la va a matar, ¡Auxilio!

De pronto, la puerta se abrió, entrando Blaise y Helen a la recámara.

Blaise lo tomó de los brazos, sacando lo de la recámara y dejando una Astoria asustada y tosiendo, tratando de recuperar el aliento y respirando con dificultad

Mientras Abraxas era sacado por Blaise,este iba maldiciendo, gritaba, ¡Traidores, todos uds lo sabían! ¡ Te juro, que tú y ese perro me lo van a pagar, lo juro!
Grito Abraxas, dicho esto salió de la habitación de un portazo.

Helen gritaba desesperada,
- dime qué pasó, Andrómeda, - ¿Cómo de enteró?

Andrómeda le entregaba la carta a Blaise, y este a su vez se la entrego a la rubia mayor. Helen salió apresuradamente de la habitación en busca de su hijo, para que este no cometiera una locura.

Blaise la detuvo en el camino, - ¿Qué vas a hacer?, - hablar con él, convencerlo que no es verdad. No quiero que se enfrente a Draco, el es un matón.

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