Capitulo # 91

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— ¡Mamá... Draco está vivo! — dijo emocionada Hermione.

— ¿Qué dices? — preguntó Andromeda sorprendida.

— No es verdad que haya muerto — explicó Herms — Don Nott me lo acaba de decir.

— ¿Qué? — siguió preguntando sorprendida su madre.

— ¡Es cierto! — respondió casi riendo la castaña.

— ¿Y Astoria? — preguntó su madre desesperada.

— Seguramente ella también vive — respondió Herms sería.

— ¿Pero cómo es posible? — preguntó Andromeda ¿Qué pasó entonces pues hija?

Theo se acercó con claras intenciones de visitar a Pansy, pero al estar a sólo unos pasos de la puerta se retracto y mejor se fue para su casa

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Theo se acercó con claras intenciones de visitar a Pansy, pero al estar a sólo unos pasos de la puerta se retracto y mejor se fue para su casa.

Charlie conversaba en la mesa con Pansy y le dijo — Tal vez si sea conveniente que aceptes la invitación de los Malfoy, para que vayan a su hacienda.

Pansy sorprendida por la bondad de su cuñado preguntó — ¿Por qué?

— Porque no quiero que Nott las descubra — dijo Charlie — estuvo afuera unos días, pero ya regreso.

— Y sabes que... Estoy convencido que ese delincuente Draco Corazón de dragón sigue vivo — relató Charlie — Nott insiste en apelar el veredicto del Juez Speron.

Pansy se quedó en silencio un momento para luego decir — Charlie ¿Por qué no nos mandas de regreso a la capital? — Nos podemos quedar en casa de mi tío Adolfo y porque ya es tiempo de buscarle un esposo a Lya.

— Me alegro que toques el tema — dijo Charlie — creo que Lya no debe casarse.

— ¿Por qué? — preguntó Pansy sorprendida.

— Tú crees que es justo que el patrimonio de los Weasley que a pertenecido a mi familia por años pasé a manos de alguien que no es nada nuestro — cuestionó Charlie.

— Pero ella tiene el apellido — respondió Pansy — además fue decisión de tu hermano.

Charlie hizo el ademán de irse girandose para salir de la casa.

— No, espera — pidió Pansy decidida — Esto hay que discutirlo, ¿Qué es lo que quieres? ... ¿La Herencia de Percy?

Esta bien, que Lya te la ceda. Además con la mía tiene más que suficiente.

— No sabes que las disposiciones testamentarias no se pueden cambiar — refutó Charlie molesto.

— Entonces te ofrezco la mía, que es tan cuantiosa como la de tu hermano — dijo Pan

— A mi no me interesa el dinero — aseguró Charlie — es un tema más de justicia, mi abuelo y mi padre no amasaron su fortuna para caer en manos de quien no tiene derecho.

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