Corazón de Dragon

Capitulo # 80

— ¿Qué es lo que quiere? Qué nos encuentren los guardias y nos encierren a los dos — dijo Astoria con falsas lágrimas.

— No más decírselo — dijo el tuerto además la sra. Hermione ya tiene sus dudas.

— ¿De qué? — preguntó Astoria.

— De qué Draco no está muerto, a mí también me lo dijo — Megara aseveró.

Molly se acercó al grupo y dijo — No quiere estarse quieto, mejor que diga todo lo que quiere decir.

— ¿Por qué le dijo que su hermana estaba en Villas del Rey, cuando está en casa de su madre? — preguntó molesta Megara por la mentira de Astoria.

— Es que eso hay que decirle — dijo Astoria.

— ¿Pará qué? — preguntó Megara.

— Pará ganar tiempo, para que no insusra en verla, por lo menos hasta que este más recuperado — explicó Astoria.

— ¿Tú que dices tuerto? — preguntó dudosa Megara.

El tuerto aún dudando de que la pobre explicación de Astoria era válida se excusó diciendo — Mañana le preguntó  a Don Nott y que él decida.

— Tuerto ven — llamó Draco.

¿Por qué se fue a Villa del Rey?

— No lo sé — dijo Astoria se fue con mi mamá.

Draco, Hermione debe de estar vigilada por la polícua y cualquiera de tu gente se le acerca puede ser muy peligroso.

— Llevenle una nota, una carta — ordenó Draco. — No, mejor díganle a Don Nott que venga a verme mañana.

— Si Draco — contestó El Tuerto.

— No quiero que Hermione piense que la engañe, díganle que estoy herido y que voy a ir por ella — dijo Draco.

— Ya vallan — ordenó Molly, pero Astoria los siguió hasta la puerta y les dijo — no vayan a verla solo avísenle a Don Nott.

— Si señora — respondió El tuerto.

— Tampoco vuelvan — ordenó Astoria.

Megara y El tuerto se miraban entre sí y salieron de la choza.

— Juanita — llamó Helen

— Dígame señora — respondió la criada.

— Al rato haremos una visita, pero no quiero que le digas nada  a tu tío, ¿entendido?

— Si, señora — respondió la criada.

El tuerto fue a buscar a Theo tal y como le pidió Draco.

Harry le abrió la puerta ya que estaba ayudando en el quehacer de la casa del Lcdo.

— El Lcdo. Se fue ¿A dónde? — preguntó el tuerto.