CAPÍTULO # 6

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Andromeda visitó el convento y se entrevistó con Fray Domingo para que la ayude a recibir a Hermione, en el noviciado.

Ya que sabía de la gran pena que Hermione sufriría cuando se entere de que su hermana Astoria, era la causante del rompimiento de su compromiso con Abraxas.

Astoria regresaba de su escapada con Draco, se cambió y bajó a la sala y se encontró con Hermione que lloraba amargamente.

- Hermione, ¿Qué fue lo que pasó? - ¿Por qué decidiste entrar al convento?

- Si - hasta hace dos días te estabas derritiendo de amor por Abraxas.

- No tiene caso seguir hablando de esto - dijo la joven castaña - me equivoque y no hay mas que decir - se levantó y subió a su recamara.

- Se puede gritó, el tuerto al acercarse a Draco que estaba revisando unos papeles.

- ¿Como esta Carrow con su pierna? - preguntó Draco - apoyándose en el barandal.

Todavía le duele - ¡Dios quiera y el matasanos haya hecho un buen trabajo! - dijo el tuerto.

- Por favor hija no te entregués al noviciado
- suplicaba Andromeda

- ¡No mamá! - es la voluntad de Dios - dijo Hermione
- estaba decidida - prefería el encierro a la vergüenza.

- Quiero entrar al convenio, antes de que llegue Abraxas,
- dijo Hermione.

Megara, era una chica tierna, hermosa pero quedó huérfana a muy temprana edad y la ignorancia, el hambre y la desesperación la llevó a vender su cuerpo por unas cuantas monedas.

Draco la conoció y sintió lástima por ella, alejando la de esa vida.

La ayudó, sacándola de las calles, quedando la muchacha al cuidado de El tuerto.

- Quien debido a sus tratos turbios desistió de su cuidado, ya que la chica era arisca y solo obedecía a Draco.

Megara quería vivir con Draco, pero este no le correspondía y prefirió buscarle un trabajo en casa de una familia respetada de la zona.

Hermione estaba ya en el convento - vestía el atuendo de las novicia - cubriendo su cuerpo y su hermoso cabello.

- Lo único que debes recordar que aquí tenemos dos reglas: trabajo y oración - manifestó la madre superiora - ¿Estas de acuerdo?.

- Si - dijo Hermione.

Theodore Nott, visitaba a Andromeda, ya que llevaba los asuntos legales de su familia.

Así como la venta de unos bonos que dejó su difunto esposo para tener algo como dote para la boda de alguna de sus hijas.

Hermione lloraba todas las noches en su habitación del claustro y pedía que Dios la llevará.

Pobre estaba destruida, Abraxas no sabía que perdía una gran mujer. ¡Quién mejor que ella, para respetar su apellido!

Draco se metió al cuarto de Astoria, ya que está - no fue a verlo hoy.

Astoria estaba celosa, porque lo vio con Megara.

-¿Qué haces aquí? - reclamó la pelinegra - muy molesta.

¿Aún estas molesta? - Es que mi barco sale en unas horas y voy a estar fuera una semana - dijo el rubio - burlando se de ella - porque notó sus celos.

- ¿y a mi qué? - contestó Astoria - ojalá te hundas en el mar.

- Te pusiste celosa ¿Por qué me viste con Megara? - dijo Draco con su sonrisa de lado.

- ¿Celosa yo? - refutó Astoria.

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