Capitulo # 51

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- Entiendo - dijo la pelinegra

- Draco le ha pedido eso - preguntó Valentine - muy curioso.

- No - dijo Astoria

- Solo que no quiero que se pase 20 años en la cárcel.

- ¿Veinte años? - ¿Quién le dijo eso? - preguntó el oficial.

- Mí hermana Hermione - ratificó la pelinegra.

- Dejeme ver si podemos arreglar el asunto de otra manera.

- Y sino le ofrecemos dinero a Slugorn, tengo unas joyas que pueden servir.

- No le diga a nadie que estuvimos hablando, ni que tengo la facilidad de ver a Draco - ni siquiera al Lcdo. Nott.

- ¡Como ud ordene señora! - acotó el oficial - y se despidió.

Astoria llamó a su criada, mientras escribía una nota y se la entregaba.

- ¿Ya se fue el hombre ese? - preguntó la criada.

- Quiero que le lleves está nota a Abraxas - ordenó la pelinegra.

***

- No podemos preguntarle a medio mundo - ¿Quieres nos pueden ayudar a escapar? - aseveró el rubio - decidido.

- Por eso es necesario encontrar al hombre adecuado.

- ¡Pero este Baldomero, no se ve mala gente! - confirmó el tuerto.

- Por eso cuando estés libre, tienes que averiguar todo eso, los celadores, los fusileros, los que reparten la comida, los que sacan la basura - ¡Todos! - aseveró el rubio.

- He hecho favores, he ayudado a mucha gente - todos los que trabajan aqui, tienen familia en San Pedro.

- Pues si - dijo el tuerto, pero hay que tomar en cuenta el miedo que le tienen a Slugorn.

- ¡Debe haber alguien que se atreva! - dijo el rubio - desesperado.

- Yo digo que unamos gente - dijo el tuerto - y hagamos un motín gigantesco.

- ¡No! ¡No! ¡No! - dijo el rubio - va a ver muertos - yo no quiero eso.

- ¡Te quieres fugar ya! - no quieres escuchar la resolución del juez - pregunta el tuerto.

- ¡Si! - dijo el rubio, pero hay que estar prevenidos.

<Sí me condenan a 20 años - que te aseguro que es lo que más desean Slugorn y Abraxas>

- De ninguna manera, me voy a quedar aquí.

- ¡Ya se lo que estás pensando, que puedo morir en el intento!

- Para serte sincero, lo prefiero.

<Cuándo uno está muerto, no piensa, no siente, menos sufres>

Ambos hombres solo se miraron. Sus ojos denotaban melancolía.

***

Abraxas estaba en su despacho, revisando documentos y firmando los.

Helen entraba en su oficina.

- ¡Hijo! - dijo su madre - me gustaría que habláramos tranquilamente.

- ¡Esta bien! - afirmó el castaño - dirigiendo a su madre - para que tomen asiento - en los muebles de su oficina.

- ¡Te escuchó!

- Reconozco y acepto toda la culpa que he tenido en esta situación - aseveró la castaña mayor.

- Si te hubiera avisado enseguida - Draco no tendría el apellido de tu padre.

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