Continuación...

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Astoria enojada por los comentarios de Blaize y las suposiciones de Abraxas, fue a buscar a Draco, y lo encaró,

- Me quieres decir - ¿qué es eso, que Hermione, está enamorada de ti?

- Yo no tengo ganas de oír tonterias Astoria - reclamó el rubio

- Ella misma se lo confesó a Abraxas - ¿que es lo que está pasando? - preguntó la pelinegra.

- ¿Pues preguntáse lo a ella, no? - dijo Draco.

- Pero te lo estoy preguntando a ti - dijo Astoria - ¿qué hay entre uds?

- ¿Has estado enamorando a mi hermana verdad? ¿Para molestarme?

- ¿Tú crees que yo giro alrededor de ti?  - preguntó el rubio - ¿vine por causa tuya cierto?

- Pero eso ya pasó,

- ¿Entonces por qué no te has ido? - preguntó la pelinegra.

- Porque tengo otros intereses - respondió Draco.

- ¿Quieres seducir a mi hermana? - aseveró Astoria.

- ¡Ya basta con lo de Hermiene! - Yo no se porque
ella dijo eso a Abraxas, Ni eso
me importa,

- ¿No? - preguntó Astoria

Draco - Contestó - ¡no!

Abraxas esta muy enojado, quiere correr te - dijo la pelinegra.

- ¿Y si me corre a ti que? - preguntó el rubio.

- ¡Es que yo te quiero, Draco de verdad! - afirmó Astoria -
¡te extraño mucho! - para mi no va a ver otro como tú.

- Dime una cosa - ¿nunca pensaste casarte conmigo, verdad? - preguntó el rubio

- No dudo que me quieras a tu manera, por supuesto.

Astoria cerró sus ojos y se quedó en silencio.

- Jamás habrías abandonado tu posición - aseveró el rubio  - ni soportado el escándalo para seguirme.

Astoria - dijo ¡Porque ni siquiera tienes apellido, Draco!

- ¿Eso es? - afirmó el rubio. "El apellido"

Helen entró sin avisar a la habitación del rubio - viendo a la pelinegra - muy cerca del rubio - preguntó - ¿qué haces aquí?

Astoria mintió - Vine a ver como estaba la muchacha - y antes de oír su reproche salio de la habitación.

Draco tomó asiento en su despacho.

- ¿A que vino Astoria? - preguntó Helen.

- ¡Ya se lo dijo, no! - respondió el rubio.

- Bien - dijo Helen vine a ofrecerle un trato,

- ¡Ud dirá! - respondió el rubio.

- Con tal que se vaya le daría dinero suficiente - dijo la castaña mayor - y una esposa, que lo elevaría socialmente,

- ¿Una esposa? - preguntó el rubio.

- Si - Yo puedo arreglar su boda con Hermione - ¿Qué dice?.

Draco se levantó de la silla - acercándose a Helen - miró sus ojos buscando el engaño.

- ¿Hermione dijo que quiere casarse conmigo? - preguntó el rubio.

- ¡Ella no sabe nada, todavía! A mi se me ocurrió - aseveró la castaña mayor -  y si nos ponemos de acuerdo - hablaremos con ella.

- ¿Y como puedo casarme si no tengo apellido? - preguntó el rubio.

- ¡También he pensado en eso! - dijo Helen.

- ¿Asi? - preguntó el rubio.

- Hay una persona que lo aprecia muchísimo - respondió la castaña mayor - y si yo se lo pido se lo dará con mucho gusto - El Lcdo. Nott.

Draco observaba con detenimiento a la mujer.

- Hace mucho que me lo ofreció - confirmó el rubio.

- ¿Entonces no hay ningún problema? - preguntó Helen.

- ¡El problema! - dijo el rubio -   es que Doña Helen, yo no deseo el apellido Nott, sino el de Malfoy.

- ¡La última vez que hablamos me dijo que no le interesaba el apellido de mi marido! - dijo Helen.

- ¡Pues si...! - dijo el rubio, pero cambié de parecer

- Si voy a llevar uno, será el que me corresponde o sino, seguiré llamando me, Draco Corazón de Dragon.

- ¿Por qué es tan necio? - gritó Helen.

Además también le estoy ofreciendo a Hermione.

- Trata ud a su sobrina, como si fuera mercancía de su propiedad - aseveró el rubio.

Helen - respondió - ¡no es eso, solo se que puedo convencerla!

- Presionando la para que se sacrifique, - ¿en nombre del amor que le tiene a Abraxas? - Preguntó el rubio.

- ¿Quien se lo dijo? - preguntó Helen.

- No es que yo menosprecie a la srta. Hermione - afirmó el rubio.

Al contrario, solo que no estoy acostumbrado a que me consigan a las mujeres.

- Mire en nuestra clase - dijo Helen.

- Si - ya se que entre uds no se respeta la dignidad de los demás - gritó el rubio - que esconden la porquería bajo sedas y oropeles, pero eso a mí no me agrada.

- Pero si tiene tan mala opinión de nosotros -  ¿por qué insiste en tener un apellido de prestigio? - preguntó Helen.

- ¡No pretendo ese apellido por los grados de sangre azul que pueda tener! - aseveró el rubio - ¡sino porque es el que me toca!

- Pero yo no puedo hacer lo - dijo Helen.

- Además no hay pruebas, que ud sea el hijo de mi marido.

- ¡No hace falta! - con que ud y Don Nott atestiguan frente a un Juez - que soy hijo de Lucius Malfoy - es mas que suficiente.

- ¿Así de sencillo? - preguntó la rubia mayor.

- ¡Así es Sra! - aseveró el rubio - en este país hay leyes, un registro civil a donde acudir, tratándose del testimonio de dos personas tan respetables

- ¿quién se atrevería a dudar?

- ¿Qué sacó yo con eso? - preguntó la castaña mayor.

- Abraxas se va a enterar, y yo no quiero eso.

- A su hijo puede inventarle cualquier cosa - dijo Draco.

Que soy el sobrino bastardo de su marido, cualquier cosa que se le ocurra.

- Abraxas no es tan ingenuo
- aseveró la castaña mayor.

- No hablemos de la ingenuidad de Abraxas - dijo el rubio.

- ¡Además ud es lo suficientemente
hábil para hacerle creer lo que sea!

- Ya no le demos tanta vuelta al asunto - concluyó el rubio - doña Helen - ¡o el apellido Malfoy o nada!

- Déjeme estudiar el asunto - pidió la castaña mayor - mientras tanto, quisiera pedirle que no cometa el error de decirle a Abraxas, que son medios hermanos,

- ¡Está bien! - dijo el rubio.

Helen se retiró de la habitación del rubio.

Draco continuó cuidando de Megara - ya que tenía Neumonia.

Hermione sentía vergüenza.

- No quiso bajar a cenar.

- Le preocupaba lo que Draco podría pensar de ella.

A la mañana siguiente,

Megara despertó mejor.

- Relato a Draco sus desventuras vividas en el burdel de Marcus Flint, pidiéndole que lo mate.

- Pero claro para evitar mayores problemas no le dijo que la violó y la maltrató.

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