Capítulo # 46

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- ¡La verdad no! - pero en cuanto vea al Sr. Le preguntó - respondió Hermione.

- Es que está muy triste, Señora. - respondió la criada - y muy necesitado del trabajo.

Tocaban la puerta de Malfoy-Greengrass Manor.

Al abrir la puerta, Meche se encontró con dos hombres que entraban con oficios en las manos, mientras preguntaban por la demora de la casa.

- Se encuentra la Señora Hermione Greengass de Malfoy - preguntó uno de los hombres.

- ¡Soy yo! - respondió la castaña. - ¿Qué se le ofrece?

El hombre se acercó a la castaña y mientras abría su carpeta, sacó un documento.

- Venimos con una notificación del juzgado señora, a poner un embargo precautorio a la casa - respondió el mismo hombre.

- ¿Un embargo? - preguntó la castaña, mientras tomaba los documentos y los leía.

- Me hace el favor de firmar - respondió el hombre.

- ¡Es que yo no sé, de que se trata! - respondió la castaña.

- Es que la casa ya no es propiedad de su esposo. - dijo el hombre.

En ese momento llegaba Blaise Zabbini. Quién al ver la cara de desesperacion de Hermione, se acercó a socorrerla.

La castaña asustada se volvió hacia el moreno.

- ¡Blaise, Blaise! - dicen que está casa ya no es propiedad de Draco - pasando le la notificación.

- De todos modos, ud puede quedarse hasta que concluya el juicio - respondió el moreno, leyendo el documento.

- ¡Es que no pueden quitarnos la casa! - gritó Hermione.

- ¡Hágame el favor, señora! - exigió el hombre.

- ¡No, no! - gritaba la castaña.

- ¡Pero tiene que hacerlo! - exigió el hombre.

- ¡He dicho que no! - refutó la castaña - muy enojada. Empujando al hombre fuera de su casa. - ¡Por favor, largo de aquí!

- Son las leyes, Hermione - replicó el moreno. - Entiendo como se siente.

- No, no sabe cómo me siento - respondió la castaña apunto de llorar.

- ¡Nadie sabe cómo me siento!. ¡Es injusto, Draco es inocente!. ¡Nadie quiere ayudar nos, nadie!

- La solución al problema de Draco, está en sus manos - dijo el moreno.

- ¡En mis manos! - ¿Cómo? - Preguntó Hermione - sorprendida.

- ¿Podremos sentarnos? - Preguntó el moreno.

- Si - claro - contestó la castaña sorprendida.

- ¿Por qué dice que la situación está en mis manos? ¿Qué es lo que puedo hacer? - Preguntó la castaña.

- ¿Supongo qué estará enterada de la gravedad del Señor Draco? - Preguntó el moreno.

- Si - respondió la castaña. - Pero él es inocente.

- Don Nott dice que alguien le tendió una trampa.

- ¿Tiene pruebas? - Preguntó el moreno.

- ¡No, no las tenemos! - respondió la castaña.

- ¡Por favor, Blaise! - ¡Sea sincero conmigo! - preguntó la castaña. - ¿Tuvo mi tía Helen algo que ver en esto?

- ¡Por supuesto, que no! - respondió el moreno.

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