Corazón de Dragon

CAPITULO # 26

Durmieron abrazados.

Hermione recostada en el pecho del rubio, mientras esté la tenía sujeta de la cintura.

A la mañana siguiente Hermione no pudo evitar su costumbre de levantarse temprano.

- Peinó sus cabellos, dejándolos sueltos y sus rizos alisados

- Se vistió con un delicado vestido color caramelo, que la hacía ver como un ángel.

- Descendió al comedor - y para no molestar a la servidumbre que aún dormía, se deleitaba comiendo de a poco, las uvas y manzanas que descansaban en el frutero del comedor, mientras rememoraba su primera noche de entrega total con su marido.

- ¡Buenos días! - saludó el rubio - mientras se acercaba a su esposa.

- ¿Por qué te levantaste tan temprano?

- ¡Siempre me levanto temprano! - respondió su esposa.

- Por un momento pensé que te habías escapado - contestó el rubio.

- ¿Por qué? - Preguntó su esposa - agachando su cabeza - mientras sonreía.

Draco se coloco a su espaldas.

- ¡Tal vez! - dijo el rubio - en su oído - haciéndola estremecer.

- ¿Por qué tengo miedo que lo hagas? dichas estas palabras, la toco en su brazo derecho para que se volteara.

Quedando la castaña frente a él - acercó a Hermione - de la cintura y la beso apasionadamente.

Hermione se apartó un poco del rubio mirando para todos lados

- ¿Qué pasa? - Preguntó el rubio - contrariado.

- ¡Las empleadas pueden vernos! - acotó su esposa.

- ¿Y Qué? - contestó el rubio - es nuestra casa - estamos casados, no tenemos porque esconder nuestro amor de los demás.

- ¡No seas niña, Hermione!

- Se acercó nuevamente a su esposa y la volvió a besar - esta vez con deseo - con necesidad - para demostrarle todo su amor.

Hermione se contenía un poco - ya que era muy tímida.

Draco era su primer hombre - su primer beso, y sería su todo - sólo debía tenerle paciencia.

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Astoria desayunaba en casa de su madre, a pesar de que Abraxas estaba en San Pedro,

- ¡La verdad! - no hacía falta que te quedaras - dijo Andrómeda - ¡mejor te hubieras ido con tu marido!

Astoria utilizando su máscara de indiferencia - dijo - pienso llevarle a Hermione la ropa que dejo.

- ¡No es necesario! - aseveró su madre - ya vendrá ella.

- De todos modos pensaba despedirme antes de volver a la hacienda - aseveró la pelinegra.

- No te han dicho si tienen planes, para el viaje de bodas.

- ¡No se nada! - contestó su madre - suspirando cansada.

La pelinegra a pesar que su madre dijo que no le llevara la ropa a Hermione, o

- Ordenó a su mucama que colocará la ropa de la castaña en una maleta y guardo entre sus ropas, una foto de Abraxas.

- Está foto fue regalo de su tía Helen, cuando ellos estubieron comprometidos.

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