Corazón de Dragon

CAPITULO # 24

Cómo todos los días, Draco visitaba a Nott en su oficina.

Nott recibia al rubio preocupado.

- Vi a Abraxas hoy y me ofreció su amistad - dijo el rubio.

- Quiere que nos tratemos como hermanos y quiere ser el padrino de mi boda...

- ¡Ya ves! te lo decía yo - refutó Nott

- Abraxas tiene buen corazón, él no tiene necesidad de llevarse contigo, pero quiere hacerlo.

- ¡Eso está bien!

- Te tengo otra buena noticia, en la tarde fui a ver a doña Andromeda y - ¿que crees qué me dijo?

- ¿Qué? - Preguntó el rubio.

- Que Hermione - ¡te quiere! - dijo el abogado.

El rubio burlándose - dijo - ¡cómo me va a querer si esta enamorada de Abraxas!

- ¡No! ya ¡no! ahora ¡te quiere a ti! - aseveró Nott.

- ¡No lo creo! tal vez le gustó y se excita cuando la beso - respondió el rubio.

- ¡No seas grosero! - gritó el abogado - muy molesto.

- Nunca se puede hablar contigo, eres necio, testarudo.

- ¿por qué no puede haberse enamorado? - ¿Tan poca cosa té consideras?

"Draco miraba a su padre putativo y sus ojos denotaban tristeza y amargura"

- Andrómeda me preguntó, - ¿por qué aceptaste esa boda? - acotó Nott.

- ¿Por conveniencia o por olvidar a Astoria?

- Me puso en un aprieto y tuve que inventar un sinfín, de tonterias.

- Me gustaría saber - ¿cuál es tu respuesta?

- Por Dios Draco - ¡dimelo de una vez!

- En un principio fueron muchas razones - aseveró el rubio, pero ahora lo más importante es que ella me gusta.

- ¡Sabía yo que algún dia! - aseveró Nott

- Pero si Hermione no siente lo mismo que yo - ¡nos va a ir muy mal! - dijo el rubio - con la mirada triste.

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A la mañana siguiente, Draco visitaba a su novia.

- ¡Pasa! - dijo la castaña - sin saludarlo - voy a llamar a mi mamá

- ¡Esperate! - dijo el rubio - caminanando hacia ella.

- Mientras Hermione retrocedía.

- ¡No te entiendo! - dijo el rubio - cambias de un día para otro - unas veces eres amable, hasta cariñosa y luego te enconchas como si fueras una ostra.

- ¡Es que mi mamá no quiere que nos quedemos solos - dijo la castaña - tímida y avergonzada.

- ¡Esta bien! - aseveró el rubio, pero eso no justifica tu actitud.

- O es - ¿qué tu hermanita a hecho alguna de sus gracias?

- ¿Hermione cuando empezarás a tenerme confianza?

- ¡Es que casi no te conozco! - contestó la castaña.

- ¡Porque no hablamos! - acotó el rubio.

- Siempre está tu mamá o alguien.

- ¡La verdad estás costumbres de ustedes, me disgustan mucho!

- ¡Esta bien! así te han hecho, así has crecido llena de tantas ideas equivocadas.

- Solo espero que para algunas cosas, no sea demasiado tarde.

- Ya se que en muchos aspectos soy ignorante - aseveró la castaña, pero si tienes paciencia conmigo..

- ¡Eso no es mi fuerte! - respondió el rubio, pero prometo que contigo tendré toda la paciencia del mundo.

- Y yo procuraré ser buena esposa - dijo la castaña - sonrojada - Y cumplir mis deberes.

- ¡Yo no espero que cumplas, sino que quieras! - dijo el rubio.

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A la mañana siguiente se casaron

Megara entraba a la habitación, a dejarle los zapatos a Draco.

La muchacha lloraba - estaba muy triste.

- ¡No quiero que estés triste! - dijo el rubio a la muchacha.

- ¡Recuerdo que una vez me dijiste que no te podías casar conmigo! - dijo la muchacha - porque no tenías apellido.

- ¡Y ahora que lo tienes te casas con otra!.

- Lo que pasa es que yo te quiero mucho - contestó el rubio, pero de otra manera.

- ¡A ella tampoco la quieres con amor de verdad! - aseveró la muchacha.

- Y de todos modos la vas a hacer tu mujer.

- ¿Por qué Draco? ¿Por qué?

- ¿Solo para desquitarte de la hermana?

- Eso pensé al principio y luego - meditó el rubio - en voz alta

- ¿Qué? - dijo la muchacha - Si quiera - ¿dímelo?

- Me gustaría hacerlo - dijo el rubio, pero yo tampoco, tengo muy claras las ideas.

- ¡Tal vez tengo miedo de admitirlo!

- ¡No lo hagas Draco, por favor! - ¡No te cases! - dijo la muchacha - llorando.

Draco no contestó y cogio su mano.

El solo quería a Megara, como una hermana menor.