Zorros [Yaoi/Gay]

La verdad duele

CAPÍTULO 129
La verdad duele

Habían llevado a Lex a una pequeña habitación, pues le habían dicho que tenía visita. El día anterior había hablado por teléfono con Memo, le había dicho que estaban cobrando varios favores con tal de tener el suficiente dinero para contratarle un abogado decente. Le había dicho que las cosas con los Angora comenzaban a complicarse. Una pandilla sin un líder no puede funcionar.

Amadeus no sabía cuanto tiempo le tomaría salir de ahí. Y no podía elegir un nuevo líder, nadie estaba preparado aún. Las cosas se complicaban cada vez más.

Y su Juno, su lindo Juno. Le hervía la sangre de solo pensar que regresaría con su padre, que después de todo lo que habían pasado, Juno regresaría a una vida donde lo humillaban y golpeaban. Le dolía darse cuenta que no pudo salvarlo, que no pudo cumplir con la promesa que le había hecho.

La puerta se abrió, y entró un hombre alto, de traje y bien parecido, supuso que era un abogado ¿Acaso Memo lo había logrado? Pero después de él, entró Gato ¿Qué carajos hacia él ahí?

El hombre se sentó, y Gato permaneció de pie, alerta.

—Hola Amadeus. Mi nombre es Nathan Rockwell, y seré tu abogado

—¿Qué hace él aquí? -preguntó Lex

—Yo lo contraté -habló Gato- Los Zorros nos encargaremos de sacarte de aquí. Nathan es un buen abogado, probablemente es el único que podría sacarte de aquí

—¿Es esto una broma? -dio una risilla- ¿los Zorros ayudándome?

—Somos tu única esperanza. Sabemos que ya no tienes dinero y tampoco tu pandilla

Lex frunció su ceño, preguntándose por qué Gato tenía esa clase de información.

—¿En serio esperas que confíe en ustedes? Tal vez este abogado lo único que hará será hundirme más, tal vez esto es una trampa

—¿De verdad crees que nos tomaríamos la molestia de hacer eso? Así no trabajamos nosotros y lo sabes. No nos gusta pisotear a los animales heridos

Eso golpeó su ego. Lex odiaba esa situación. No era fácil que Gato lo viera ahí, sin opciones, sin armas ¿solo había venido a humillarlo?

—¿Qué ganarían ustedes al ayudarme?

—Bueno... -miró a Nathan, y luego a Lex. Gato se veía confiado, sereno, siempre era así cuando negociaba- intentan derrocarnos, seguramente ya lo sabes. Las pandillas pequeñas se están uniendo. Tendremos una pelea por el territorio, pero... ellos por mucho nos superan en número. Vamos a ayudarte a cambio de que los Angora peleen a nuestro lado

—¡¿Qué?! -Lex se puso de pie

—Tómalo o déjalo

—Estás demente -se sentó y comenzó a reírse- Yo cree a los Angora para destruir a los Zorros ¿y estás pidiéndome que los ayudemos a ganar? Sabes que la respuesta es un no

Gato lo miró con desdén. Su rostro tomó más seriedad, se acercó y se sentó frente a Lex.

—Lo que tú no has entendido, Amadeus, es que tu pandilla está por convertirse solo en un buen recuerdo. Si tú te quedas aquí, por mínimo que sea el tiempo, los Angora tendrán caos y se desintegrarán, tu esfuerzo de años de irá a la basura, tu familia se irá a la basura.

—Crees que tienes el control, pero lo cierto es que vienes aquí a pedirme ayuda, nos necesitan 

—¿En serio? -levantó una ceja- ¿Qué crees que pasaría si nosotros perdemos esa pelea? Nuestro territorio, que es grande, pertenecería a estas pandillas, se harían fuertes, lo suficiente como para acabar con los Angora y quedarse con todo el territorio. Si los Zorros pierden, los Angora también, y tú te quedas en la cárcel. Entonces dime ¿Quién saldría perdiendo más? Yo estoy ofreciéndote un gana-ganar.