Zorros [Yaoi/Gay]

Sabor agridulce

CAPÍTULO 82
Sabor agridulce

Noisy abrió  sus ojos. La habitación tenía poca luz, lo cual agradecía. Trató de moverse y se dio cuenta que dos grandes brazos estaban aferrados a su cintura, los alejó con cuidado y fijó su vista en el muchacho que dormía a su lado. No sabía a qué hora había llegado Gato. Después de ver ese perturbador vídeo, Noisy había caído rendido, resultado de no haber dormido prácticamente nada durante su secuestro.

Observó el rostro de su líder mientras dormía, se veía tan pacífico y cálido, tan diferente a lo que había visto en esa transmisión. Le acarició la mejilla, Gato también debía sentirse muy cansado.

Esos ojos verdes se abrieron y lo miraron. Noisy le regaló una sonrisa.

--¿Cómo te sientes? -preguntó el castaño

--¿Por qué me preguntas eso a mí? Es a ti al que le dieron una golpiza -respondió Gato, dando una gran sonrisa

Alguien comenzó a tocar la puerta, y Gato les dijo que pasaran. La puerta se abrió solo un poco y la cabeza de Tato se asomó.

--Gato tenemos hambre y nos preguntábamos si ya podíamos comernos el trasero de Noisy

--Sí, pueden hacerlo, pero nos guardan un poco

La puerta se cerró.

--¿Qué fue eso? -preguntó el castaño

--Hoy voy a dejar que prueben tu culito -sonrió el mayor

En otras circunstancias Noisy se habría reído, pero en ese momento no le dio gracia, no después de las cosas que Bataca le había dicho. Sabía que Gato bromeaba pero por un momento lo había creído.

--Oye, no pongas esa cara, estaba bromeado. Me regalaron un pastel con la forma de tu culo, de eso hablábamos

--Ah -suspiró- Okay

--¿Te pasa algo? Puedes contármelo ¿Será que esos hijos de perra te hicieron algo que no me has dicho?

Noisy se quedó un momento en silencio, había tantas cosas en su mente, todas eran malas.

--¿Por qué... Lo hiciste?

--¿Hacer qué?

--A Bataca y a los otros

--¿Cómo que por qué? -se reincorporó y se sentó en la cama

--Lo hiciste sin consultármelo

--¿Y por qué habría de consultártelo? Esos hijos de perra te lastimaron y yo los lastimé, así funcionan las cosas. Creí que... Que estarías feliz

--Yo debía saberlo. Las cosas... Se salieron de control, fue demasiado

--¿Los estás defendiendo?

--¿Qué? Claro que no, pero... Lo que les hicieron...

--¿Y qué esperabas que les hiciéramos?  -se puso de pie, las cosas comenzaban a ponerse serias

--Yo debía ser parte de eso, yo debí estar ahí, contigo. Las cosas habrían salido diferentes conmigo ahí

--¡No había tiempo para eso! -alzó su voz, esa ya no era una conversación, era una pelea

--Las decisiones precipitadas nunca son buenas

--¡Se orinaron en ti! ¡Puta madre! ¡Se orinaron en ti! -la cara de Gato estaba tomando un color rojizo y las venas de su cuello comenzaban a sobre salir.

--Gato...

--¡Cállate! -iba a decir algo más pero no pudo, simplemente se dio media vuelta y salió de ahí