Un dolor en el pecho

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CAPITULO 15
Un dolor en el pecho

Iker y Alec -15 años-

La hermosa mujer de cabello rubio caminaba por el pasillo con Iker y Alec a su lado. Uno de ellos llevaba una maleta y el otro una caja llena de cosas. Victoria, su madre, sacó una llave de su bolsillo y abrió la puerta del departamento.

--¡Aquí lo tienes! -dijo Victoria emocionada- este será tu nuevo hogar Iker

El departamento ya estaba amueblado, aunque solo tenía justo lo necesario. El lugar era pequeño; un dormitorio donde solo cabía una cama matrimonial y un closet y tal vez, algún otro mueble pequeño. Una cocina angosta donde probablemente solo podía cocinar una persona, una pequeña mesa de madera que solo tenía dos sillas, un sofá, un mueble para una televisión (aunque no había una) y un pequeño balcón.

--¿Qué te parece? -preguntó su madre con una gran sonrisa

--Todo luce... -Iker dio un suspiro hondo, miró todo el lugar tratando de encontrar una buena palabra para describirlo- viejo

--Es horrible -intervino Alec, él no lucía para nada contento

--No es un lugar feo -habló Victoria- es verdad que no es tan bonito como nuestra casa pero... Está bien. Solo habría que... Redecorar unas cuantas cosas y lucirá muy bien

--No creo que sea buena idea que Iker viva solo, él tiene que vivir con nosotros

--Ya lo discutimos Alec, tú irás a la Academia Vharló, que es la mejor escuela del estado. Iker no puede ir porque ya no nos alcanza el dinero para pagar una escuela tan cara. Él estudiará en una escuela pública que está a unas cuadras de aquí.

--No quiero que él viva solo

--Iker es muy independiente y maduro, estoy segura que no tendrá problemas ¿No es así, Iker?

--Sí, madre -respondió el pelirrojo aunque no parecía muy feliz con esa respuesta

--Si no hay dinero para que Iker estudie en mi escuela entonces yo quiero asistir a la misma escuela a la que irá él, yo viviré aquí también

--No Alec -habló con autoridad su madre- asistir a Vharló hará que las puertas de cualquier universidad se abran para ti. Me esforcé mucho para que pudieras entrar ahí y no puedes negarte

--Mamá...

--Ni una palabra más

Alec guardó silencio, el respeto que le tenía a su madre era muy grande.

--Está bien Alec -habló el pelirrojo- este lugar es... -dio otro suspiro que pareció estar lleno de dolor- perfecto para mí. Además, yo no quiero que vivas conmigo

--¿Por qué no?

--Porque ya quiero descansar de ti, eres mi hermano pero a veces es muy molesto que te la pases todo el día detrás de mí. Necesito mi espacio y esta oportunidad es perfecta

--¿Por qué dices eso Iker? Yo quiero estar cerca de ti

--Tengo cosas que desempacar, les agradecería que me dejaran solo

--¿No quieres que te ayudemos hijo?

--No, gracias

--Bueno, entonces te dejaremos que desempaques a gusto. No dudes en llamarnos si necesitas algo

--Sí, lo haré

--Vámonos Alec

Victoria caminó hasta la puerta y Alec fue detrás de ella. Y cuando esa puerta se cerró, Iker estalló a llorar. Contenerse había sido tan difícil pero finalmente pudo dejar salir sus lágrimas.

--Y-yo también.... También quisiera... Que vivieras conmigo Alec

-Fin del recuerdo-

Estaban en la guarida, en la habitación de Gato, él estaba sentado en el sofá y Alec en el sillón de en frente. El ojiverde no dejaba de tocar su zeta, solía hacer eso cuando estaba pensativo.

--No me parece

--Lo siento mucho -respondió Alec

--No será lo mismo sin ti

--Me halaga que digas eso

--¿Puedo persuadirte para que te quedes?

--Ya tomé mi decisión

--¿Iker irá a Canadá contigo?

--No, solo yo

--Bueno -suspiró- al menos no los perderé a los dos

--Solo será un año

--Espero y se pase pronto

--Ya me tengo que ir -se puso de pie- tengo que ir a mi escuela, hay cosas que debo arreglar

--¿Vendrás al rato?

--Tal vez

....................


Iker estaba sentado en el sofá, había un pequeño plato de cereal en la mesa de centro. No tenía hambre pero debía cenar algo.

Su casa estaba tan silenciosa y eso lo molestaba muchísimo. Ya estaba acostumbrando a que su hermano lo visitara, a que ordenaran una pizza y se quedaran horas jugando videojuegos. Iba a ser difícil volver a acostumbrarse al silencio y la soledad, definitivamente lo sería, pero lo lograría. Nuevamente el destino le recordaba lo miserable y vacía que tenía que ser su vida.

Su celular sonó, no iba a contestarlo pero se trataba de Gato y a él no podía ignorarlo.

--Hola Gato

--No viniste hoy ¿Qué pasó?

--Tuve que encargarme de una estúpida tarea de la escuela -mintió

--Pues definitivamente tienes que venir mañana, así que si tienes planes, cancelalos

--¿Por qué?

--Le haremos una fiesta de despedida a tu hermano

--Y-ya veo....

--¿Oye, estás bien? Te escucho desanimado

--Estoy bien -se aguantó un suspiro- nos vemos mañana Gato

--Nos vemos, que estés bien

Apagó su celular, ya no quería hablar con nadie más.

"Las personas malas no merecen ser felices; yo no voy a ser feliz"

Zorros [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora