Zorros [Yaoi/Gay]

Contacto

CAPÍTULO 66
Contacto

Koh estaba en la cocina, preparaba huevos con jamón. Eran las 10:00pm. Él estaba solo, Mikki aún no llegaba de la escuela.

Se sirvió los huevos y un vaso de jugo de naranja.

Escuchó ruidos por la puerta y su vista se fue inmediatamente ahí. Sus ojos se llenaron de emoción al ver a Mikki entrar. Su cabello estaba un poco húmedo, allá afuera llovía.

--Al fin llegaste -le dijo con una enorme sonrisa

Mikki ni siquiera lo miró, caminó de largo y se fue directo a su habitación, dejando a Koh nuevamente con ese silencio que dolía.

Koh suspiró, comenzaba a darse cuenta que las cosas serían así. Él llevaba tres días ahí, y prácticamente no había cruzado palabra con Mikki. El rubio se quedaba todo el tiempo en su habitación y solo salía para ir a la escuela. Se aseguraba de llegar muy tarde a casa para evadir cualquier tipo de comunicación. Koh sabía que lo estaba evitando. Y lo merecía, él lo sabía, lo que no sabía era que dolería tanto.

Lavó su plato y todo lo que se había ensuciado de la cena.

Se fue a sentar a la sala y se quedó como una hora simplemente en silencio, debatiéndose lo que estaba apunto de hacer. Finalmente se puso de pie y fue a la habitación de Mikki, la puerta estaba cerrada así que tocó, no hubo respuesta así que tocó nuevamente.

--¿Mikki? ¿Te has dormido ya?

Hubo silencio durante unos segundos, y después la voz del rubio se escuchó.

--¿Qué quieres?

--Necesito decirte algo, te prometo que solo serán dos minutos

Mikki tardó un poco en abrir, pero finalmente lo hizo. El corazón de Koh se aceleró al verlo, porque en esos días realmente no había podido hacerlo.

El rubio llevaba un pants deportivo y una camisa holgada. Se dio cuenta que el pants estaba un poco torcido del resorte, evidenciando que Mikki se había cambiado con rapidez. Koh sabía que al rubio le gustaba dormir con poca ropa, y que probablemente se había cambiado antes de abrir la puerta, vistiéndose con ropa más discreta, más segura, Mikki estaba tomando sus precauciones, como si temiera que Koh hiciera algo malo. Le dolía que su amigo hiciera eso, era algo innecesario, era algo ofensivo, Koh no iba a hacerle nada malo.

Y aunque le dolía, entendía la desconfianza de Mikki, él lo merecía, merecía cualquier cosa mala que Mikki pudiera pensar, decir o hacer.

--¿Y bien? -habló el rubio con un tono molesto, sus ojos evitaban los de Koh

--Preparé huevos con jamón. No soy bueno cocinando pero... Los probé y saben bien

--¿Para eso me hablaste? Ya estaba acostado

--No. En realidad te hablé para otra cosa

--¿Qué?

--Llevo tres días aquí y... Me gustaría... Me gustaría hablar con mi mamá. Ella debe estar muy preocupada por mí

--No puedes hablar con ella, lo sabes

--Necesito hacerlo Mikki

--¿Y cómo lo harás sin ser descubierto? -su tono molesto permanecía- ¿Ya pensaste en eso?

--No

--No sabemos qué tan vigilada está tu casa. Lo más seguro es que el teléfono esté intervenido, no podemos llamarla.

--Tal vez... Podrías ir a verla

--¿Y qué tal si me siguen? El que yo me acerque es casi tan peligroso como el que tú lo hagas.