Zorros [Yaoi/Gay]

Confrontación

CAPÍTULO 125
Confrontación

Alec cortó una rebanada de pay de queso, sirvió un vaso de leche y caminó hasta la habitación. Iker estaba acostado en la cama, ya era tarde y él seguía ahí.

—Come Iker

—No tengo hambre

—Es pay de queso. Anda, come algo

El pelirrojo se sentó, recargando su espalda en la cabecera de la cama. Miró la rebanada de pay y el vaso de leche que Alec había dejado en el buró. Tomó el plato y lo puso en su regazo, cortó un trozo de pay con su tenedor y comenzó a comer, y a llorar.

—Iker... -el moreno llevó su mano hasta la mejilla de su hermano y comenzó a limpiarle las lágrimas

—¿Qué vamos a hacer ahora Alec? Ellos son nuestra familia y ahora seguramente no querrán vernos jamás

—No digas eso

—Lo vi en sus miradas -sollozó- nos veían como si fuéramos... aberraciones

—No nos veían así

—Soy tan estúpido -lloró aún más- no debí besarte ahí, era riesgoso y yo lo sabía

—No hiciste nada malo Iker

Alec lo abrazó, y el pelirrojo se aferró con todas su fuerzas a él. Las cosas estaban mal, muy mal. Alec no sabía qué hacer, la última vez que Iker se había puesto en ese estado había sido con lo sucedido con Noah. A ambos les había costado mucho tiempo superarlo, en especial a Iker. Alec tenía miedo que eso volviera a ocurrir, Iker no podía regresar a ese estado.

El timbre comenzó a sonar. Alec le dio un beso en la frente a su hermano y le susurró que todo estaría bien. Se levantó, fue a la puerta y vio por la mirilla, sintió escalofríos al verlos, era la pandilla, no todos pero sí la mayoría.

Alec no sabía qué hacer ¿por qué estaban ahí? ¿Era una visita amigable? ¿Era hostil? ¿Venían a decirles que los expulsaban de la pandilla? Alec respiró hondo y abrió la puerta. No pudo ver a sus amigos a la cara, así que centraba su mirada en alguna otra cosa.

—Hola Alec -una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Gato

—Hola -respondió el mellizo

—¿Podemos pasar?

—Claro

Los chicos entraron al departamento. Era un momento incómodo.

—¿Donde está Iker? -preguntó Mikki

—Está en la habitación -respondió el moreno- no se siente bien

—¿Podemos pasar a verlo? -preguntó Gato

Alec quería decirles que no, que Iker ya se sentía lo suficientemente mal como para escuchar lo que sea que vinieran a decirles. Si tenían malas noticias, lo mejor era decirlas otro día.

—Claro -respondió Alec

Caminaron hasta la habitación. Iker abrió sus ojos en asombro cuando los vio entrar, casi parecía estar en pánico. Alec caminó  hasta su hermano, se sentó a su lado y rodeó uno de sus brazos por su hombro, abrazándolo bien, si iban a decirles algo duro, lo soportarían juntos.

—Hola Iker -saludó Gato

El pelirrojo no respondió. Su aspecto era terrible. Su cabello era un desorden y su ojos estaban hinchados de tanto llorar. Le daba tanta vergüenza que lo vieran así.