Un día tranquilo

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CAPÍTULO 119
Un día tranquilo


Eran las 6:30pm. El cielo se caía, esa debía ser la peor tormenta de la temporada. Koh estaba en el sillón, mientras Gael, su padre, se encontraba en la cocina, preparando chocolate caliente.

Se encontraban en la cabaña del bosque de Gael. No era tan grande como Koh había imaginado, de hecho, casi se podría decirse que era algo pequeña. Se suponía que ese día saldrían a pescar y a caminar por el bosque, pero apenas llegaron empezó a llover y no se había detenido.

No era así como Koh había pensado que las cosas sucederían. Tenía sus dudas acerca de ese viaje, pero se había dicho que si algo malo pasaba, podía salir y caminar, alejarse. Nunca imaginó que terminaría así, encerrado con su padre sin posibilidad de salir, y para el colmo, en una cabaña pequeña.

Miró a Gael en la cocina, el hombre estaba frente a la estufa, sirviendo el chocolate en dos tazas. A Koh le pareció irónico ese momento. Gael Camarena, el famoso actor, sirviéndole una taza de chocolate. Definitivamente es una escena que jamás imaginó ver.

El hombre caminó hasta la sala con las dos tazas, se acercó a Koh y le entregó una.

—Ten cuidado, está caliente -dijo Gael

Koh miró la taza con detenimiento, preguntándose a qué sabría un chocolate hecho por su padre. En casa Gael jamás cocinaba, pues había una señora que solía hacerlo.

Le dio un pequeño sorbo y dejó que el sabor invadiera su boca, sabía bien.

Gael estaba en el otro sofá, llevaban dos minutos ahí, sentados sin pronunciar ninguna palabra.

—Es una lástima que esté lloviendo -dijo el mayor- el lago se ve hermoso en esta temporada, tal vez si mañana amanece soleado podamos ir a verlo antes de regresar a casa

—Sí, eso estaría muy bien

—Y... amm... ¿Qué tal todo? ¿Cómo está Mikki?

Esa era una escena curiosa, parecían dos desconocidos que por mala suerte habían terminado solos y se encontraban con ese momento incómodo en el que no sabes qué decir.

—Él está bien, todo está bien

—Pues... deberías invitarlo a la casa alguna vez, tal vez... podríamos organizar una carne asada, pasar la tarde en la alberca

—Él se la pasa ocupado, no creo que tenga tiempo

—Bueno... -suspiró- es una lástima

Las cosas no estaban bien y Koh no estaba esforzándose por mejorarlas. Realmente se sentía molesto por la tormenta.

—Y... pues... cuéntame un poco de ti -Gael lo estaba intentando, estaba poniendo de su parte- en casa nunca hablamos

Era verdad, Koh pasaba muy poco tiempo en la casa de Gael. Solo desayunaba y se iba a la guarida o salía con Mikki. Llegaba a casa de noche o a veces no llegaba.

—No quiero hablar de mí

—Bueno, ¿De qué te gustaría hablar?

Koh se mantuvo en silencio un momento. Observando a su padre, en todo ese tiempo, jamás se había tomado el tiempo de observarlo, de analizarlo. Era cierto, se parecían demasiado, incluso hasta Koh podía ver eso.

—Podemos hablar de... -quería decirlo pero al mismo tiempo no- de por qué me abandonaste

Los ojos de Gael se abrieron en asombro, y luego se llenaron de culpa y vergüenza. Las cosas estaban incómodas y Koh acababa de empeorarlas.

Zorros [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora