Por la pandilla

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CAPÍTULO 121
Por la pandilla


Ambos se adentraron al departamento. Gato miró todo a su al rededor, llevaba tiempo sin visitar ese lugar, lo extrañaba. Deseaba regresar a esos tiempos en los que ese departamento se había convertido en su segunda casa, un lugar tan pequeño pero que guardaba tantos recuerdos.

—El Centinela mandó una lista -dijo Gato, sacando un papel de su bolsillo- especificaciones sobre el video

Noisy no respondió nada, simplemente caminó a su habitación. Gato entró también, sacó la cámara de su mochila y comenzó a tratar de acomodarla justo como el Centinela le había especificado.

—Dice que la luz debe ser clara pero no demasiado, solo lo suficiente para que logremos vernos bien. Supongo que con tus lámparas de mesa bastará

Cuando Gato terminó con las cuestiones técnicas del video, su atención se centró en Noisy. El menor estaba desnudándose en silencio. Gato vio como esas prendas caían al suelo, como la piel de Noisy quedaba expuesta. Verlo desnudo lo excitó, hacia tanto tiempo que no veía su desnudez que simplemente era inevitable. Pero cuando se acercó un poco, y vio todas esas marcas, feos moretones y cortadas, le dolió darse cuenta que todo eso se lo había hecho él.

Noisy se mantuvo de pie, con su mirada fija en el suelo, completamente desnudo.

Gato caminó con lentitud, se paró justo frente a él y comenzó a quitarse su ropa. Ahora ambos estaban desnudos. El cuerpo del líder también tenía moretones y heridas, pero la más fea de todas era la marca. Noisy estuvo tentado a preguntar ¿te duele? Pero luego se dio cuenta que era una pregunta muy tonta, por supuesto que le dolía.

Era un momento incómodo, sus cuerpos maltratados eran el resultado de sus malos actos, y ahora ambos debían verlo.

Se quedaron unos momentos simplemente de pie, tratando de no mirarse a la cara. Pero finalmente Gato tomó la iniciativa y se acercó, puso sus manos en la cintura de Noisy y se acercó a su rostro, tratando de besarlo, pero Noisy movió su cabeza un poco, impidiéndolo.

—Besos no, por favor -dijo despacio

—¿Por qué no? -le preguntó con cuidado

—Porque... me perderé si lo haces, y no quiero eso, quiero... tener aunque sea... un poco de control

Gato se mantuvo en silencio unos instantes, era difícil saber lo que estaba pensado. Ese momento era difícil para ambos, pero Gato sabía que era más difícil para Noisy.

—Nada de esto será tu culpa, ni la mía -Gato se acercó a su oreja y le susurró despacio- esto no reflejará nuestros sentimientos. En este momento no somos amigos, ni ex-amantes; en este momento somos dos Zorros cumpliendo con nuestro deber. Mañana nos levantaremos y haremos de cuenta que esta noche no sucedió, nada cambiará Noisy

El castaño no respondió nada, simplemente asintió con la cabeza. Teniendo su aprobación, Gato rodeó la cintura del menor, acercándolo más, y lentamente sus labios se tocaron, y sus cuerpos vibraron. Al principio fue un beso lento, pero eso cambió muy rápido, ya era un beso con pasión y casi salvaje, ese beso era su oxígeno.

Noisy comenzó a gemir, y llevó sus brazos al cuello de Gato y lo abrazó. Lo necesitaba, realmente lo necesitaba.

Retrocedieron hasta caer a la cama, Gato sobre Noisy. Seguían besándose, no se habían detenido. La mano de Gato fue al trasero de Noisy, introduciendo dos de sus dedos. Noisy gimió, los dedos de su ex-amante entraron con facilidad, podía sentir el lubricante, aunque no entendía en qué momento Gato se lo había untado. Noisy llevo su mano hasta la entrepierna de Gato, tocando ese falo, tocando esa dureza.

Zorros [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora