Zorros [Yaoi/Gay]

Incesto, karaoke y la chica del traje dorado

CAPÍTULO 114
Incesto, karaoke y la chica del traje dorado

—¿Qué... verga están haciendo?

Los mellizos se levantaron de inmediato. Alec subió el cierre de su pantalón y se ajustó el pantalón.

Tato dio media vuelta y salió de ahí. Los hermanos fueron tras él.

—Tato... -dijo el moreno- Tato... -ni siquiera sabía qué decir

—Ay no puede ser -Tato comenzó a caminar de un lado al otro- ¿Qué acabó de ver?

—Por favor... tienes que escucharnos -dijo Alec, pero lo cierto era que no tenía una explicación que darle

—Díganme que todo esto de que son mellizos de diferentes padres es una mentira, que en realidad no son hermanos y que esa es la razón por la que no se parecen. Por favor díganme que esto es solo una elaborada broma para mí y todos los de la pandilla

Iker y Alec se miraron entre sí. No podían creer que los habían descubierto, que ahora alguien sabía los actos enfermos e inmorales que hacían.

Al no haber respuesta por parte de los mellizos Tato lo entendió. Por más explicaciones que intentara darle, la verdad era que él había visto a los mellizos besándose.

—Carajo, soy tan... estúpido -dijo el mayor- me sentí mal por haberme ido sin ti y quise regresar pero... verga, jamás pensé que... ¿Por qué justo hoy? Se suponía que hoy sería el mejor día de mi vida, que hoy estaría tomándome una cerveza con mis ídolos, y todo se ha jodido, puta madre

—Tato, por favor tranquilízate -habló Alec- las cosas... no son tan malas

—¡¿Cómo que no son tan malas?! ¡Te estabas cogiendo a tu hermano!

—Solo nos estábamos besando -dijo Iker

—Esa imagen quedará grabada en mi mente toda mi puta vida. Cada vez que esté haciéndolo con alguna chica ¡pum! ¡La imagen de ustedes dos cogiendo va a aparecer!

—¡No estábamos cogiendo! -habló el
pelirrojo

—¡En mi mente ya me los imaginé haciéndolo y ya no puedo borrar eso!

—Calmémonos por favor -dijo Alec- no hay que gritar, solo... hablemos

Las palabras de Alec parecieron funcionar, todos se quedaron en silencio. El mellizo no sabía cómo solucionar el asunto, pero alguien tenía que ser la persona con cordura ahí.

—Lamento que hayas visto eso Tato -respiró hondo, no podía creer lo que estaba a punto de decir- pero lo que viste es la realidad, Iker y yo... llevamos bastante tiempo juntos...

Tato cerró sus ojos, tratando de tomar de la mejor manera lo que su amigo le estaba diciendo.

—¿Desde cuando?

—Se podría decir que desde que entramos a la pandilla -respondió el moreno- ese fue el sacrificio que nos pidió Gato

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Gato nos pidió tener sexo, ese fue nuestro sacrificio, y lo hicimos. Esa fue la primera vez

—Dios, en serio que no puedo creerlo. Gato... ese hijo de puta se pasó de la raya

—Esto no es culpa de Gato. Él simplemente nos dio dos opciones y... nosotros elegimos

Iker desvió su mirada, él sabía que ellos no habían "elegido", había sido Iker quien eligió por los dos.