Zorros [Yaoi/Gay]

Chocolates

CAPITULO 34
Chocolates

-Gato 11 años-

El pequeño estaba sentando en una banca en el parque, ya estaba oscureciendo y para empeorar las cosas, estaba lloviendo. En sus manos llevaba una pintura en acuarela; era de él y sus padres, era una pintura preciosa que en esos momentos ya se encontraba arruinada por la lluvia.

Sus padres habían prometido ir al festival y habían fallado, otra vez. Se había ido a un parque a esperar a que fueran por él, quedarse en la escuela le daba vergüenza, en serio lo avergonzaba que sus padres no sólo no habían ido al festiva, sino que también habían olvidado ir a recogerlo.

Un auto negro se estacionó frente a él, el pequeño lo reconoció y se subió enseguida. Sintió la calefacción al entrar, lo cual agradeció, afuera hacía frío y la lluvia lo empeoraba todo.

--Tus padres tuvieron una junta importante, me pidieron que viniera por ti -habló esa confortable y anciana voz- ¿Esperaste mucho tiempo?

El pequeño no respondió.

--Que bonita pintura, a tus padres les encantará

--Está arruinada

El hombre ya no dijo nada más, ni él mismo podía creer que habían faltado a un evento que significaba tanto para ese pequeño.

--¿Por qué mis papás no me quieren abuelo?

--Sí te quieren

--No es verdad

--No saben cómo expresarlo, eso es todo

--¿Tú sí me quieres, abuelo?

--Con todo mi corazón, mi pequeño niño, mi nieto consentido

--Soy tu único nieto

--Y es por eso que te quiero aún más, porque todo mi cariño es para ti; si tuviera más nietos, entonces tendría que repartir mi amor entre todos, pero solo estás tú, así que todo lo que tengo es para ti

--Yo también te quiero abuelito

--Lo sé, mi pequeño

-Fin del recuerdo-

Eran las 9:00am. Habían pasado la noche en el departamento de Sebastián. Gato ya tenía como 20 minutos despierto, pero tenía sus ojos cerrados, Noisy lo abrazaba mientras dormía, así que simplemente no quería acabar con eso.

--Quiero que hoy... -bostezó el menor- hagas algo rico para comer

--Creí que dormías

--Quiero comer -abrió sus ojos- me hice esta pendejada en la lengua hace dos días y tú aún no has cumplido con lo que dijiste

--Tú tampoco lo has hecho, anoche te negaste a hacerme una mamada

--Me duele la lengua, ya sabes, sería doloroso hacerlo ahora. Si me das algo rico que comer, tal vez mi dolor sea más llevadero

--Anoche te ofrecí algo muy rico para comer y lo rechazaste

--Hoy cocinarás para mí Gato, me lo prometiste

--Muy bien, lo haré, pero tendremos que ir al supermercado, tu cocina casi nunca tiene nada

El timbre comenzó a sonar.

--¿Esperas a alguien?

--No -cerró sus ojos

--¿Abrimos?