Una amistad sincera y un amor doloroso

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CAPÍTULO 117


Era el turno de Iker de cuidar la tienda, y Alec estaba ahí, acompañándolo. Ese era el único ingreso monetario que tenían los Zorros. Anteriormente ganaban bastante dinero con las peleas en la arena, pero desde el problema de drogas en el que los Angora los habían metido, la arena se había cerrado, y no sabían por cuánto tiempo se mantendría así.

El pelirrojo estaba sentado en un banco frente al mostrador, y Alec se mantenía de pie, del otro lado.

—Mi único día libre de mi trabajo y aún así sigo trabajando -dijo Iker

—Ya falta poco para que se acabe tu turno

Habían pasado dos días desde que Tato los había descubierto. Las cosas habían estado incómodas desde entonces. Iker pensó que Tato lo echaría del departamento, pero el mayor no le había dicho nada, simplemente se mantenía serio, prácticamente no les dirigía la palabra.

—Si Tato te corre del departamento -comenzó a hablar Alec- ¿A donde irás?

—No lo sé, tal vez le diga a Noisy que me deje quedar en el suyo

—O podrías regresar a casa

—No creo que estemos preparados para vivir juntos otra vez

—Pero... aquel día -bajó el tono de su voz- estuvimos a punto de hacerlo, si no hubiera llegado Tato lo habríamos logrado. Tal vez ya estamos listos

—Sí, estuvimos cerca de hacerlo, pero lo cierto es que no lo hicimos

—Entonces hagámoslo

—No lo sé

—Por favor Iker

—Lo pensaré ¿sí?

Alec iba a decir algo más pero en ese momento Tato entró a la tienda. Los mellizos se quedaron en completo silencio, seguían en la incertidumbre de pensar que Tato podía delatarlos en cualquier momento.

—Ya dejen de verme con esas caras -dijo Tato- me hacen sentir como el malo

—Lo siento -el pelirrojo bajó su mirada

Iker se sentía tan avergonzado. Lo que él y su hermano tenían era algo que las personas no podían entender. A los ojos de Tato seguramente ellos debían ser una atrocidad. Le dolía el hecho de perder un amigo, y le dolía aún más el saber que perdería a todos si Tato los delataba.

—He estado pensado mucho acerca de... -ni quiera él sabía cómo definir lo que había visto- ustedes. De verdad que lo he pensado, tal vez demasiado

Tato observó esos rostros nerviosos, incluso asustados, y se sintió mal.

—Solo quiero preguntarles... -no sabía cómo decirlo- quiero saber qué es lo que ustedes sienten ¿Por qué están juntos?

Los mellizos se miraron entre sí. No esperaban esa clase de pregunta y no sabían si había una respuesta correcta.

—Nos amamos -respondió Alec- sé que esto debe sonar enfermo para ti pero...

—Ya, basta -lo interrumpió Tato- deja de decir que esto es enfermo, aunque lo sea, no deberías decirlo, ni creerlo. Yo no soy nadie para juzgarlos, sé que ustedes han tenido una vida complicada y yo no pienso llegar a complicarla más. Ustedes son... de las mejores personas que he conocido en mi vida, y si esta es la vida que ustedes eligieron para ser feliz, yo los apoyo

Los mellizos se habían quedado sin habla. Se habían imaginado los peores escenarios. Tato no solo los estaba aceptado, sino que además los había hecho sentir bien, los había hecho sentir que... lo que estaban haciendo no estaba tan mal como ellos creían.

Zorros [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora