Inmoral

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CAPÍTULO 124
Inmoral


Era casi las 1:00am. Iker y Alec iban camino al departamento donde vivía el pelirrojo. Habían tenido una pequeña fiesta en la guarida, en realidad, desde que los líderes estaban juntos, cada noche se volvía una "pequeña reunión", donde ponían música, jugaban, bailaban y se divertían.

Usualmente Iker se regresaba en su moto o con Tato en su carro, pero esa noche Tato había tomado de más, se había vomitado y quedado dormido en el sillón, así que por ese día, Alec lo llevaría a su casa.

Finalmente llegaron, el moreno estacionó su coche justo frente al edificio.

—Que descanses Iker

—También descansa -respondió el pelirrojo, estuvo a punto de abrir la puerta pero se detuvo, se veía indeciso, pero finalmente lo dijo- ¿No te gustaría... pasar?

Los ojos del moreno se abrieron con un poco de asombro, claro que sabía a qué se refería su hermano.

—¿Estás seguro?

—Sí

Alec apagó el motor y salió del auto. Juntos caminaron hasta el edificio y entraron. No se dijeron ninguna palabra mientras llegaban hasta el departamento. Entraron, siendo recibidos por el silencio.

Su relación había mejorado mucho; siempre hablaban y rara vez discutían. Pero ciertamente, ellos parecían más amigos que pareja, a pesar de la buena comunicación, jamás se besaban ni se veían en ningún otro lugar que no fuera la guarida. Desde que Tato los había descubierto, jamás lo habían vuelto a intentar. Alec sabía que su hermano necesitaba tiempo, y él estaba dispuesto a esperar.

Iker tomó la mano de su hermano y caminaron hasta la habitación, cerrando bien la puerta detrás de ellos, ya no cometerían el mismo error de la vez pasada.

Se quedaron un momento de pie, mirándose de frente, en silencio. Poco a poco comenzaron a acercarse hasta que sus labios se tocaron y comenzaron a besarse. Alec rodeó la cintura de su hermano y lo pegó mas hacia él. Era su primer momento íntimo en mucho tiempo, y sus cuerpos estaban reaccionando bien. La mano de Iker fue a la entrepierna del moreno y notó de inmediato esa dureza.

—¿En serio ya estás tan duro?

—Meses sin hacerlo Iker ¿Qué esperabas?

—Siéntate en la cama

Alec obedeció y se fue a sentar. Iker se quedó de pie, sonriendo. Poco a poco comenzó a desvestirse, le gustaba ver la mirada de deseo y desesperación de su hermano, le gustaba verlo hambriento. Cuanto había extraño esa sensación.

Se bajó su bóxer con lentitud, quedando completamente desnudo. Se quedó un momento de pie, dejando que su hermano contemplara su desnudez. Caminó con lentitud y se arrodilló frente a él. Bajó el cierre de su pantalón y el miembro erguido de Alec se levantó. Iker sonrió al verlo, lo tomó con una de sus manos y comenzó a acariciar la punta con su lengua. Sonrió y finalmente se engulló el pene hasta la garganta, y disfrutó escuchar a su hermano jadear. Lo chupó solo unos segundos y después lo sacó de su boca.

Volvió a ponerse de pie, pero esta vez se recostó en la cama, boca abajo y con su trasero bien levantado. Cuanto había estañado el juego de seducción que su hermano y él tenían.

Alec se quitó su camisa, y luego su pantalón. Cuando estuvo desnudo se subió a la cama y observó ese trasero preparado para él. No tenía lubricante, pues no iba preparado para eso.

—¿Tienes lubricante?

—Usa saliva -respondió el pelirrojo

Alec escupió en el ano de su hermano y metió uno de sus dedos, luego dos.

Zorros [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora