Motel

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CAPÍTULO 135
Motel

Cuando escucharon las sirenas todos habían comenzado a huir. Gato, Alain y Diablo habían huido juntos hasta la camioneta de Gato, en el camino se encontraron a Tato, quien entró a la camioneta con ellos. No sabían a donde ir, después de lo ocurrido cualquier lugar parecía poco seguro. Nathan sugirió ir a un Motel a las afueras de la ciudad. Manejaron hasta ahí, hablaron poco durante el trayecto, todos estaban muy asustados, aunque Tato no sabía por qué. Llegaron al motel y rentaron una habitación de dos camas. Nathan se dio un baño y después se acostó a dormir. Nunca mencionó nada de lo ocurrido. Y así fue como transcurrió esa primera noche.

Gato estaba sentado en una silla, frente a una pequeña mesa que tenía dos botellas de agua. No sabía qué hora era pero ya debía ser de día porque comenzaba a ver unos rayos de luz sobresalir de las cortinas. Las memorias de la noche anterior no dejaban de repetirse en su cabeza. Veía el rostro furioso de Bataca y luego veía como Diablo tomaba su cabeza y la giraba de una manera que el cuerpo humano no puede soportar. Vio el rostro de Bataca, el como sus ojos se abrieron en sorpresa y después nada. Vio su cuerpo caer al piso. Jamás había visto algo tan horrible en su vida. Jamás había visto a alguien morir.

Tato estaba sentado en una de las camas mientras Sky le atendía sus heridas. Alain estaba en otra silla y Nathan seguía dormido. Mayormente habían permanecido callados, solo daban una explicación breve cada vez que Tato o Sky preguntaban algo, ninguno quería hablar de eso. Habrían preferido que ese tema se quedara solo entre los líderes y Nathan, pero se encontraron a Tato en el camino y no pudieron dejarlo.

Gato quería hablar con Noisy, lo necesitaba, pero no quería involucrarlo, nadie más debía involucrarse.

—Deberías ir al hospital o mínimo ir con Juno -habló Sky despacio, mientras le ponía un ungüento en la mejilla

—No puedo dejarlos solos en esto -habló Tato

Hubo otro momento de silencio.

—Tal vez no murió -rompió el silencio Tato- no podemos estar seguros

—Murió -afirmó Gato, sintiéndose aún peor de repetir esas palabras- sí murió

Alguien tocó la puerta, todos guardaron un silencio sepulcral. Fue como si su alma dejara sus cuerpos. En sus mentes solo había un pensamiento: la policía los había encontrado.

—Es mi comida -la voz de Nathan resonó en toda la habitación.

El mayor aún seguía en la cama pero ya comenzaba a levantarse, aún se veía somnoliento. Se puso de pie y caminó hasta la puerta. Solo llevaba puesto unos jeans negros, su espalda estaba descubierta, dejando ver un enorme tatuaje que le cubría toda la espalda. Era un demonio japonés, Alain recordaba el día en el que se lo habían hecho. Llegaron al estudio y cuando el tatuador escuchó el apodo de Nathan sugirió tatuarle un demonio. Alain había olvidado por completo ese tatuaje. Ver a Nathan de esa manera, era tan diferente al abogado tan pulcro y elegante, en ese momento, sin su camisa y despeinado, Nathan lucia como en sus días en la pandilla.

El mayor regreso a la habitación con tres bolsas de comida. Colocó todo en la mesa. Filete, camarones, ostiones y langosta. A Nathan le gustaban los mariscos.

—¿En qué momento pediste comida? -preguntó Sky

—En la noche, cuando llegamos -se acercó una silla y comenzó a comer- ¿Ustedes no tienen hambre?

Zorros [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora