Mi madre

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CAPÍTULO 89
Mi madre

Alec estaba casi en shock. Quería levantarse y golpear a su padre, pero no podía, estaba tan impactado que ni siquiera podía moverse. Se negaba a creer que su padre, el hombre al que había amado, hubiera hecho algo tan espantoso. Se negaba a creer que todo ese tiempo él había desconocido esa verdad.

--Fidel era el líder de un grupo de pedófilos; la policía llevaba tiempo siguiéndoles el rastro. Ellos se encargaban de manipular a personas como yo, que se habían enamorado de un niño y no sabían qué hacer, personas inexpertas a las que era fácil manipular. Él me hizo creer que la única manera de estar con Iker era entregándole su pureza. A Fidel le encantaba ser el primero, le encantaba corromper la inocencia de los niños. -Noah miró hacia el gran cristal que había en la pared, sabiendo que del otro lado estaban las personas que lo encarcelarían de nuevo- no me arrepiento de cómo pasaron las cosas, habría odiado que esos cerdos tocaran a mi niño.

--Eres... Un monstruo...

La mirada de Noah seguía siendo tranquila y segura, como si nada lograra perturbarlo, como si todo estuviera bajo control.

--Sé que tú siempre creíste que yo había ido a la cárcel por estafa, ahora sabes que estuve ahí por pedofilia. No me dieron muchos años porque nunca pudieron comprobar que yo realmente había tocado a un niño. Yo jamás toqué a tu hermano, y me arrepiento de no haberlo hecho. Es por eso que cuando salí de la cárcel lo único en lo que podía pensar era en mi pequeño niño

--Que asco me das

--Iker creció. -continuó Noah- Ya es todo un hombre. Yo sabía que tocarlo ahora no sería lo mismo que haberlo hecho de pequeño, me gustaba más cuando era niño, pero eso no importa, el amor es amor, y aunque su cuerpo cambió, él sigue siendo mi pequeño y dulce pelirrojo

--¡Ya cállate! -golpeó la mesa- ¡Cállate maldita sea!

Noah bajó su mirada, aunque su expresión serena continuaba.

--Tengo años sin verte hijo, quiero que este momento sea lo más largo posible, sospecho que no volveré a verte.

--Claro que no volverás a verme. Te vas a pudrir en la cárcel, yo me encargaré de eso

Noah miró hacia el techo, prestando atención al aire acondicionado.

--Creo que tengo frío -dijo el mayor, ahora prestando su atención a su hijo- sé que me odias y... Pienso que estás en todo tu derecho de hacerlo -volvió a mirar hacia el cristal- Cuando vas a la cárcel por pedofilia, los presos te hacen cosas muy interesantes. Al principio era insoportable, pensé en suicidarme, pero después decidí jugar su juego, yo soy un hombre apuesto y cuando entré a prisión lo era aún más. Poco a poco me fui ganando mi lugar.

--En pocas palabras se la chupaste a la mitad de los reos

--También a la mitad de los oficiales -dijo con un poco de orgullo- Cuando salí de la cárcel pensé en buscar a Iker, pensé en... Irnos a la casa del lago que él siempre quiso. Pero me di cuenta que ya no podía reintegrarme a la sociedad, mi cabeza es un desorden, ya no puedo pensar como una persona normal. Iker merece ser tratado con sumo cuidado, con delicadeza y dulzura; pero mi mente ya está demasiado dañada, no podría tratarlo como se merece. Entendí que el único lugar en el que puedo vivir es en la cárcel, así que decidí regresar, pero antes de irme debía hacer el amor con mi niño, porque yo le prometí que lo haríamos

--Estás demente -se puso de pie- ya no puedo seguir escuchándote, siento que me volveré loco

--No te vayas -Noah sonrió- aún no te he contado la mejor parte. Siéntate, en serio, necesitas estar sentado para esto

Zorros [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora