Zorros

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CAPÍTULO 138
Zorros

Las suaves sábanas lo arropaban mientras unos rayos de luz comenzaban a entrar por la ventana. Noisy quería quedarse en cama un rato más, pero la voz de Gato no dejaba de pronunciar su nombre.

—Apresúrate a desayunar -dijo el moreno- debíamos estar en la guarida hace media hora

Se habían desvelado la noche anterior así que era normal que tuviera sueño, aún no entendía cómo Gato podía tener tanta energía. Miró la mesita al lado de la cama y se dio cuenta que Gato le había dejado ahí el desayuno, huevos revueltos con tocino, una pieza de pan, una rebanada de aguacate y un café con leche. Puso la comida en la cama y comenzó a comer.

Ese día tendrían una fiesta, sería su despedida, la última fiesta que tendrían en la guarida. Gato había decidido que convertiría la guarida en un estudio de tatuajes, los preparativos iniciarían esa semana así que ese día sería la última vez que verían la guarida tal como estaba. Había sido una decisión difícil, la guarida estaba llena de nostalgia, pero convertirla en un estudio de tatuaje era la manera que Gato tenía de seguir conservando el lugar sin que este se volviera un recuerdo triste. Estaban avanzando.

—Déjame verlo otra vez -habló el ojiverde

Noisy sonrió y le mostró su mano. Gato miró fascinado el tatuaje que Noisy tenía en su dedo anular, eran tres franjas negras que simulaban un anillo. Hacía una semana se habían tatuado. Gato había tatuado a Noisy, y un amigo tatuador de Gato lo había tatuado a él. Había sido durante una borrachera, todos bromeaban sobre ellos dos casándose, una cosa había llevado a la otra y habían terminado tatuándose, incluso había habido una ceremonia dirigida por Mikki, había sido una noche rara. Al día siguiente solo se habían reído de lo ocurrido, pero de alguna manera Gato y Noisy entendieron que esos anillos tatuados en una borrachera no habían sido del todo un juego. Había un compromiso real detrás de ellos.

—No sé cómo le hice para lograr una línea tan perfecta con lo borracho que estaba -besó su mano y lo dejó continuar con su desayuno- te hablé hace una hora, creí que te habías despertado -abrió el armario y comenzó a buscar algo para Noisy

—Tengo sueño pesado, ya lo sabes -untó el aguacate en el pan como si de mantequilla se tratara- y tu cama es súper cómoda, es difícil resistirse

Gato se quedó un momento en silencio, mirando su armario detenidamente, algo nervioso por lo que diría.

—Esa cama podría ser tuya... si tú quieres -habló el mayor, con su vista aún en el armario

—¿Me vas a regalar tu cama?

Gato suspiró, le desesperaba que Noisy no entendiera sus indirectas. Se dio media vuelta y lo miró a los ojos.

—Digo que deberíamos vivir juntos

Noisy abrió sus ojos con sorpresa, pero no dijo nada, y eso solo hizo el momento más incómodo.

—Casi se podría decir que ya vivimos juntos -continuó Gato- yo me la paso en tu casa y tú en la mía, mi armario está lleno de ropa tuya y lo mismo con el tuyo

—¿En serio... crees que es una buena idea?

—Ya llevamos un tiempo juntos y... siento que el solo ser novios ya nos queda corto

—Uy, ¿entonces ya sería tu esposo? -Noisy dio una risilla, pero se detuvo de inmediato al ver que la expresión de Gato no cambiaba

—No sé qué etiqueta nos encaja mejor, pero creo que es momento de que nuestra relación avance

Zorros [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora