5.

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James sonrió, esa chica era bastante extraña… decidió que aprovecharía el tiempo a solas que tenía para organizar algunas cosas, fue a su habitación, realmente necesitaba una limpieza, pero desde la muerte de Camila, no había permitido que nadie entrase al lugar, la mantenía como una pequeña capsula en el tiempo, cuando entraba a la habitación sentía como si ella aun estuviera ahí, como si aún siguiera viva, como si aún continuara siendo su esposa.

Respiró hondo, le había prometido a Justin y a él mismo que no se deprimiría con el tema, tenía que seguir su ejemplo, él había superado a Nicol, y ahora tenía a ___, y a Sofía, él tenía que hacer lo mismo… Pero no podía.

Tan solo recordar su pelo rojo lo entristecía, abrió el closet, había un verdadero desastre, empezó a organizarlo, sacando caja por caja, ropa por ropa, zapato por zapato, suspiró con tristeza, se sentía tan culpable por su muerte… No le pudo dar el mejor adiós. Ni siquiera le dio un adiós.

—Joder james, ¿Qué mierda te pasa? ¿Hay algo que deba saber? Preguntó Camila observándolo.

James le sonrió a su pequeña hija, Marisol de cinco años, la cual estaba presente… —Tenemos que hablar, le dijo tranquilamente.

— ¡Claro que tenemos que hablar! Exclamó Camila enojada.

—Pero no ahora… No delante de la niña, dijo mientras le acariciaba el pelo a Marisol, y ella sonreía.

Camila asintió mientras servía la cena y se sentaba comer, esa noche no se sentó en su sitio habitual, al lado de su esposo, tomó el asiento del frente. James la observó, — ¿Qué pasa ahora?

—No me gusta que me oculten cosas.

—Nena ya te dije…

—Entendí perfectamente lo que dijiste.

— ¿Mamá? Preguntó Marisol.

—Dime cielo, le respondió su madre.

— ¿Por qué estás enojada con papá? ¿No lo quieres?

Camila se quedó en silencio, evitó observar a james, —A veces los padres discuten, respondió.

—No respondiste la segunda pregunta, le insistió james.

Camila sonrió, — James tú sabes que te amo, le dijo mirándolo a los ojos… —Pero…

—Yo también te amo, le respondió él sinceramente mientras se paraba de donde estaba y se sentaba a su lado. 

—Eso no quita que hablamos.

—No cielo, le respondió mientras la abrasaba y le daba un beso en el pelo.

Luego de llevar a Marisol a dormir, Camila se alistó para dormir, y esperó a james, —Bien, aquí estoy ¿Qué pasa? Le preguntó poniendo sus manos a cada lado de su cadera.

—Mañana me voy respondió james tristemente.

— ¿Te vas a dónde?

— ¿Recuerdas que te dije de una misión del gobierno?

—James, ya hablamos de esto, quedamos en que no participarías, dijo Camila.

—No nena, no entiendes, no es cuestión de gustos, yo tengo que ir.

Silencio.

—NO te preocupes, regresaré pronto, además estaré con Justin…

— ¡No me importa justin maldita sea! ¿Si justin se tira del puente también lo harás?

—No la tomes contra él.

— ¡No la estoy tomando contra él! ¡No quiero que te vayas! Punto, ¿No puedes complacerme?

—Nena…

— ¿Y si te asesinan? Preguntó llorando… — ¿Qué le diré a Marisol? ¡Responde!

James se paró y se acercó a ella, tratando de abrasarla pero ella lo abofeteó… — ¡Aléjate! Me engañaste, dijiste que no lo harías, respondió llorando.

— ¡Camila! Gritó james más alto que ella… — ¿podrías dejar de gritar?

— ¡No! ¡Joder no! No quiero que te vayas, dijo bajando la voz. — ¿Y si algo te pasa? 

Él se arriesgó y se le acercó, ella se quedó e silencio, james aprovechó y la abrasó con fuerza… —Nena, volveré, lo prometo.

—No te creo, respondió ella mientras se acurrucaba en su pecho.

En ese momento la puerta se abrió revelando a Marisol llorando. —No quiero que griten, dijo la niña mientras abrazaba a su madre. 

Camila observó a james, él se acercó a la niña, la tomó en brazos y se acostó con ella, al final Camila hizo lo mismo… la niña estaba acurrucada en el cuerpo de su padre en el lado izquierdo, y ella en el lado derecho.

— ¿No dormirás? Le preguntó james.

—No tengo sueño.

—No me pasará nada, lo prometo, le dijo mientras le daba un beso en le pelo.

—No sé, siento que algo malo pasará.

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora