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Se separó un poco de él a modo de que no se diera cuenta de la tristeza que reflejaban sus ojos en ese momento. Él rascó su garganta dramáticamente para atraer su atención. —Tal vez deberíamos regresar, dijo.

Ella asintió y sin esperar que él dijera otra cosa que la hiciera sentir más humillada de lo que estaba, se paró y entró rápidamente a la casa. ¿Qué mierda había sido eso? 

En lo que quedó de la noche lo evitó lo más posible, ni siquiera podía mirarlo a la cara, escapaba de él a toda costa. Tal vez y él solo se sentía atada a ella por Tommy, quizás todo era cuestión de responsabilidad hacia ellos y no amor. Ganas de hacer las cosas bien solo porque sea lo correcto aunque no la quiera hacer. Mierda. 

Agradeció infinitamente le hecho de que las navidades pasaran, había conseguido otro trabajo para modelar en un evento, sus trabajos eran por meses, consistían en contratos por cierto tiempo para desfilar y posar para revistas, así que se mantenía cambiando de trabajo y eso era realmente bueno. No se había vuelto a encontrar con Steve, él no la había llamado, y ella por supuesto no lo llamaría de nuevo. 

En su nuevo trabajo había coincidido con muchas chicas que ya conocía, que al igual que ella no tenían trabajo fijo sino rotativo. Su pequeñito tenía seis meses y se había convertido en un terremoto, prácticamente rompía cualquier cosa que alcanzaba, se podía poner en pie por sí mismo y daba algunos pasos. Lástima que por cuestiones de trabajo ella no podía estar presente para ver sus pequeños progresos.

Llegaba a casa tan cansada que ni fuerza tenía para lidiar con el niño, para colmo aparte de modelar en el evento tenían que hacer una coreografía. Cada día ensayaban ya que tenían poco tiempo para la presentación final que sería quince días. —Hey rubia... la llamó una de sus amigas. —Hay un tipo muy mono esperándote afuera. 

— ¿Qué? Preguntó mientras se paraba del suelo y caminaba hacia la salida. Su corazón empezó palpitar rápido al ver a james esperándola afuera. Se había alejado de él porque aún no se había recuperado de su reacción la última vez que estuvieron juntos. ¿Qué diablos hacía ahí con tommy en brazos? 

Retrocedió unos pasos, él aun no la había visto. Estaba entretenido con el bebé. — ¿Ese es el papá de tu hijo? Le preguntó una de las chicas.

Ella asintió... — ¿Y no están juntos? Preguntó curiosa.

Ángela negó. — ¿No te importaría que....?

— ¿Qué? Preguntó bruscamente mirándola

—Ya sabes... Que coquetee con él... Digo... Tú y él... No están juntos y yo pensé que...

— ¡Por supuesto que no harás eso! Exclamó enojada atrayendo la atención de james. 

Tragó en seco, que él la viera no era parte de su plan, incluso pretendía esconderse pero entonces estaba de frente a él, suspiró con cansancio y se le acercó. — ¿Qué haces aquí? Le preguntó sin sonreír.

—Vine a pedirte permiso para darle un paseo al bebé, le dijo sonriendo.

Ángela alzó las cejas. —Sacaste al bebé y me pides permiso ahora para poder sacarlo. ¿No estás a fuera ya de todos modos? 

James sonrió. —Bien, solo era una excusa para invitarte a comer.

— ¿A comer? Preguntó. Realmente no quería salir con él, no quería estar cerca de él bajo ninguna circunstancia, no quería ilusionarse, tratar de besarlo y que él la rechazara, otra vez no. 

Finalmente asintió. Tenía una hora libre así que esperaba que pasara rápido. Cuando entraron al restaurante, se ubicó a su lado, poniendo al bebé en una silla para niños al lado de ella. Comieron arroz frito con carne de cerdo agridulce y una extraña ensalada. No tenía mucha hambre así que se la pasaba mirando el plato y probando pequeños bocados. — ¿Qué te pasa? Le preguntó james.

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora