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Tommy resultó ser un bebé gritón. Lloraba de día. De noche. De madrugada. A toda hora. Solo se calmaba cuando era alimentado. James dormía junto a ella para ayudarla con el niño. 

Ángela abrió los ojos, miró el reloj, eran las dos de la mañana, era raro que el bebé no estuviera llorando, Lo buscó a tientas y se sorprendió al no encontrarlo, james tampoco estaba, se sentó en la cama preocupada, cuando alzó la vista notó que james le daba la espalda, estaba de frente al balcón con el bebé en brazos, sonrió ante la imagen. —Tienes que aprender a dejar a tu mami dormir. Le decía de forma tierna al niño. —La has hecho bajar de peso. 

Ella sonrió, se paró de la cama sin hacer ruido y cuando estuvo cerca de él lo abrasó por la espalda. —Cielo, deberías estar dormida, le dijo girándose. 

—Tú también deberías estarlo, le respondió tomando el bebé en sus brazos y llevándolo a la cama. 

James la siguió y se acostó a su lado. Ángela observó al pequeño tommy el cual empezaba a quedarse dormido, no podía negarlo en los últimos días se había agotado muchísimo. —Duerme, nena. Lo necesitas, le susurró james. Ella quiso responder pero sus ojos se cerraban solos, lo último que sintió fue sus manos en su cintra apretándola. Sonrió. Lo amaba.

Al otro día cuando se levantó esperó escuchar el llanto de tommy pero no fue así, todo era paz absoluta. ¿Estaba en el cielo? Se preguntó. En ese momento vio que la puerta se abría revelando a un radiante james y su pequeño retoño en los brazos. — ¿Cómo le hiciste para que no llorara? Le preguntó estirándose un poco en la cama.

—Me lo llevé a dormir para mi habitación, así no te molestaba. 

Ella sonrió. —Gracias, le dijo sinceramente.

Lo vio acostar al niño en la cuna para luego ayudarla a parar. — ¿Necesitas ayuda en el baño? le preguntó.

Ella negó mientras se aferraba a su brazo y daba algunos pasos en forma lenta para llegar al baño, él no dejó que ella cerrara la puerta por si le pasaba algo. ¿Por qué no podía ser así todo el tiempo? Cada día estaba más enamorada, por un lado estaba su pequeño terremoto tommy y por el otro el hombre que adoraba y siempre estaba con ella. Suspiró. —Sí. Definitivamente esto es ser feliz. 

Se asió de forma lenta y sonrió cuando vio a james esperándola en la puerta para ayudarla a caminar, incluso pensó que se moriría de amor al verlo ayudarla a vestir. Le había buscado un conjunto de pijama color negro. Y luego de eso le había llevado desayuno a la cama. — ¿Irás a algún sito? Le preguntó bebiendo jugo de mango. 

James se sentó en la cama y le acarició el pelo. —Iré al supermercado por unas cosas, vendré en unos minutos. 

—Está bien. Respondió sonriendo.

Lo vio caminar hacia la cuna del bebé, tomarlo y llevarlo hasta la cama. —Adiós, nena. Le dijo, se acercó a ella y la besó. 

Ángela acarició su mejilla y cuando pretendía prolongar el beso, james se despegó de ella. —Si seguimos así no iré nunca al supermercado, le dijo dándole un beso en la frente.

Ella sonrió como boba mirando la puerta por donde había salido él. Su embobamiento le duró solo unos segundos. — ¿Y qué piensas hacer? ¡O sea que no me vas a dejar entrar! ¡Es mi hija, idiota! Bueno, el chiste no te queda, no me causas gracia. 

Ángela rodó los ojos. Sabía quién era. — ¡Mamá! Gritó desde la habitación. —Deja de pelear, estoy bien.

— ¿Ves? Tú pretendías dejarla sola. Yo vengo a ayudarla. Dijo alama entrado a la casa. 

—Mamá, deja de tratarlo así, le dijo con el ceño fruncido.

Alma rodó los ojos. —No vine hasta aquí para hablar de james. Incluso amor, invite a tus amigos... Deben de estar por llegar. 

Ángela tragó forzado. Definitivamente eso le causaría problemas con james. Lo conocía. De celoso tenía todas las letras. — ¿Por qué lo hiciste? Preguntó preocupada.

Alma se encogió de hombros. — ¿Qué tiene de malo?

Ángela se puso la almohada en la cara y sofocó un grito. — ¡Mierda, mamá! Exclamó enojada.

Luego de media hora sentía que se mareaba, en la habitación estaba paula y su primo David, además de algunos chicos más que conocía. No era que le molestara su presencia, solo que... Era extraño, ella se había alejado del modelaje durante siete meses, ya no compartía tanto temas de interés con ellos, lo que todos tenían en común era las pasarelas, luego de eso su relación era como algo abstracto. Algo vacío. 

Ellos hablaban de revista de modas y artista. Ella ya no encontraba tan interesante esos temas, en los últimos meses había aprendido a apreciar las pequeñas cosas de la vida, no las luces, no los aplausos, no la ropa nueva... Otras cosas, como sobrellevar a un hombre volátil, estar con su hijo. Había aprendido otras cosas de la vida. Había conocido otra faceta. 

Ya no sabía si era la típica rubia plástica que solo pensaba en el modelaje como antes, no se consideraba ya la chica que daba su vida por estar en las pasarelas, era como si todo eso hubiera quedado a un lado. Observó a tommy. Él era su vida ahora. 

— ¿Ángela? ¿Me estás escuchando? El preguntó paula.

—No, lo siento. ¿Qué decías? 

—Lamento haberte dicho que abortaras, lo siento. Tommy es hermoso, dijo en tono bajo.

—Realmente no me acordaba de eso, respondió sinceramente.

—Esto de ser madre te ha dejado hermosa, tu pelo brilla y tu cara. Le dijo Paula.

Ángela sonrió. —Y te ves más hermosa que nunca, intervino David. 

Ese era uno de esos momentos en el que deseas que una persona no esté tan cerca de ti, el solo hecho de tener a David tan cerca le producía incomodidad. Era más que obvio que él quería ser más que amigos, pero ella no se visualizaba con otro hombre que no fuera james. Él estaba tan cerca de ella, pareciera como si fuera a darle un beso y ella sinceramente no sabía como alejarlo sin sonar ruda o descortés, después de todo él era un buen chico. 

Escuchó como alguien rascaba su garganta. ¡Joder, james! Exclamó en su interior observándolo. Él ya no la observaba como antes, tenía el ceño fruncido. 

—Ya vino él a arruinar el momento, dijo Alma haciendo una mueca.

— ¿Ya vine a mi casa a arruinar el momento? Preguntó alterado. — ¿Por qué no te consigues la tuya propia? Yo no voy a la tuya a arruinarte el momento. 

— ¿Estás segura de que quieres estar con un tipo así? preguntó David mirando con arrogancia a james. 

Ángela cerró los ojos. Ya sabía lo que iba a pasar y malditamente no se equivocó. James tomó a David por el cuello. 

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora