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Ángela se sobresaltó. Estiró un poco los brazos. - ¿Dónde estamos? Preguntó confundida notando que ya estaba anocheciendo y james seguía conduciendo. Observó el reloj. Eran las seis de la tarde. Miró hacia atrás para encontrar a tommy con un peluche en la mano. - ¡¿Dónde estamos?! Preguntó sobresaltada. - ¡¿A dónde nos estas llevando?! ¡¿Piensas secuestrarnos?!

-Sí, respondió sonriendo.

- ¡¿Qué?! Preguntó Ángela sobresaltada. Él aparcó en el garaje de una pequeña casa de campo. Ella salió y empezó a mirar a los lados, había al menos diez casas semejantes, una tienda de comestibles se veía a la distancia y había un muelle, rodeado de una hermosa playa. - ¿Qué es esto? Preguntó.

James avanzó hasta ella con Tommy en brazos. -Esta es la sorpresa, respondió caminando hacia la puerta trasera de la casa y abriéndola.

Ángela se sorprendió al entrar, era realmente bonita. En la parte trasera estaba una cocina totalmente equipada, había un comedor y también de tres sillas, siguió avanzando hasta la sala en donde había una chimenea y los muebles eran color tierra, habían algunos cuadros abstractos y una gran alfombra color dorada que ocupaba casi toda la sala. Había un plasma frente al sofá. Avanzó hasta las habitaciones, las cuales eran dos, una estaba totalmente vacía, solo tenía algunas cañas de pescar y algunas cajas. Había un baño en medio de las habitaciones, y la otra habitación, al parecer la principal tenía su propio baño, era grande, estaba decorada en tonos azules y blanco. Lo que la sorprendió fue la pequeña cuna que había en una esquina de la habitación con pequeñas fuguitas colgando en ella.

Vio a james avanzar hasta ella y poner a Tommy en la cuna. - ¿De qué se trata todo esto? ¿Alquilaste esto? Preguntó confundida.

Él negó. -Esta casa es mía.

- ¡¿Tuya?! Preguntó asombrada. - ¿Cuándo la conseguiste?

James suspiró y abrió el closet, Ángela abrió los ojos como platos, había algunas piezas de vestir, como abrigos, leggins, algunos vestidos abrigados, botas, zapatos... todo tenía su etiqueta. -Son para ti, le dijo james.

-Necesito irme de aquí, tengo una cita con Franco en unas horas. Dijo en tono frio.

James suspiró con tristeza, -Te llevaré de vuelta en una hora, le respondió tomándola de la mano y llevándola hasta el balcón.

Ángela sonrió. Era una vista hermosa. - ¿Te gusta? Le preguntó james poniéndole un brazo encima de su hombro y atrayéndola a sus brazos.

Ella asintió. - ¿Cuándo la conseguiste?

-Mi papá me traía aquí para pescar, solíamos venir en verano algunos días. Mamá nunca se enteró... Luego de un tiempo él usó esta casa para traer a diferentes mujeres y tener un fin de semana... Divertido.

Ángela se alejó de sus brazos y se sentó en la encimera del balcón, era de madera al igual que toda la casa, james posó ambas manos en sus piernas. -cuando crecí él me dijo que la casa siempre estuvo a mi nombre, así que siempre fue mía... Luego de su muerte nunca volví aquí. Dijo tristemente.

Ella sabía lo mucho que james amaba a su padre, así que mientras lo escuchaba hablar tomó sus manos entre las suyas y las entrelazó. James sonrió un poco pero se notaba la tristeza en sus ojos. -hace unos meses volví solo para darme cuenta de que se estaba cayendo a pedazos.

-Entonces la reparaste, intervino Ángela.

Él asintió. -Es lo que he hecho, la arreglé yo mismo y luego compré las cosas que hacían falta. Quería traerlos aquí, le dijo acariciándole el pelo.

Ángela sonrió. ¿Cómo diablos se iría de ahí y lo dejaría solo y luego de que él le hubiera contado la historia? Suspiró. -Está bien, me quedaré. Le dijo.

James sonrió y le dio un pequeño beso en los labios, -De igual forma no tenía intención de llevarte, le dijo.

Ella rodó los ojos y sonrió. Casi soltó un grito cuando lo vio alzarla en sus brazos y llevarla a la cocina. -Vamos a preparar algo para cenar.

-Por supuesto, ¿Lo harás tú verdad? Preguntó ella.

- ¿No has aprendido a cocinar? Le preguntó de forma divertida.

-Y no tengo intención de hacerlo, respondió observando dentro de la despensa. Había comida para al menos una semana. Se puso de puntitas para tratar de alcanzar un paquete de barras de granola, y entonces sintió las manos de james en su cintura. Pegó su cuerpo con el de ella. - ¿Te había icho que te ves hermosa en ropa de deporte? Le susurró.

-Levántame un poco, le dijo sonriendo.

-Será un placer, respondió james alzándola lo suficiente para que pudiera tomar la caja. Luego la dejó en el piso. - ¿Qué quieres para cenar?

-Tú eres el que sabe cocinar aquí, comeré cualquier cosa. Respondió sentándose en el comedor.

Cuando pretendía decir algo, escuchó al bebé llorar y fue hasta él, lo tomó en brazos y lo llevó a la cocina, habló con él por unos minutos, él parecía entenderla porque mientras ella le contaba una historia infantil y hacía los sonidos el niño reía.

Luego de cenar los tres se acostaron en el suelo de la sala a ver tv, se escuchó el estruendoso sonido de un relámpago. Tommy iba a romper a llorar pero Ángela lo tomó en sus brazos justo a tiempo. No pasaron ni dos minutos cuando empezó a llover fuerte. James se paró de su asiento y cerró las puertas y ventanas. Luego de unas horas se dispuso a acostar al niño, era tarde. Buscó en su bolso su celular. No tenía ninguna llamada de Franco, frunció el ceño. Qué raro.

- ¿Pasa algo? Le preguntó james entrando a la habitación.

-Franco tenía que llamarme, respondió pensativa.

James se encogió de hombros. -Tal vez cambió de planes.

Ella asintió. -Tal vez, respondió guardando su celular.

Se dio una ducha rápida y se puso una pijama abrigada. Observó la cama con pánico, james ya se había acostado, estaba sin camisa. Se mordió el labio y subió a la cama, era casi imposible mantener las distancias en una cama tan pequeña así se acurrucó voluntariamente en sus brazos mientras escuchaban la lluvia caer. - ¿Has pensado en darme una niña?

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora