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—Tienes dos opciones james.

1. Si Ángela y el bebé no te importan, da la vuelta y sal por esa puerta, yo me encargaré de las Johansson, no es problema para mi... supongo que aún no superas la muerte de tu hija y tu esposa... y realmente te entiendo, pero si te vas... No te acerques más a Ángela, ella es como un adolescente en crecimiento y además mi esposa y su madre la protegen mucho, no le hagas daño, ni la ilusiones con algo que no puedes cumplir. 


2. Pero si te quedas entonces ve y habla con ella, lleguen a un acuerdo amigable, quédate con ella james, es una buena chica, quizás sea hora de dejar el pasado descansar, yo nunca olvidaré a mi exesposa y supongo que tú tampoco lo harás pero aunque te duela, la vida sigue... Yo encontré a___ , tengo una niña hermosa, y pronto tendré otro niño. Tú tienes a Ángela y a un bebé de por medio. Haz las cosas bien. 


James se quedó observando a su amigo, realmente le dolía aceptar que tendría otro niño de alguien que no era Camila pero tenía que ser justo, y con Ángela no lo estaba siendo, la humilló y la hizo sentir mal, sus palabras fueron muy fuertes. Tenía que solucionar las cosas, llegar a un acuerdo, vivir juntos como pudieran... aunque eso implicara vivir en un amor en turbulencia. —Me quedo, dijo finalmente. 

—Sabía que tomarías la decisión correcta. Dijo Justin dándole la mano.

James la estrechó algo desanimado. ____ se acercó a ellos... — ¡Tú lo estás defendiendo! Le gritó a justin.

—No, no lo estoy defendiendo... pero opino que ellos deberían hablar.

— ¡Estas de su lado!

— ¡No! No cielo, pero ellos tienen que hablar... Es su bebé.

______ cruzó los brazos... —Tienes cinco minutos, le dijo a james de forma cortante.

Él asintió y entró a la habitación de Ángela, la observó unos segundos, tenía los ojos cerrados, ¿Cómo le podía hacer daño a ella? Se veía tan frágil, se acercó sin hacer ruido. Se notaba que había llorado. La vio abrir sus ojos y dirigir la vista hacia él. —Hola, dijo sin saber qué más agregar. 

Ella no respondió. 

— ¿Cómo estás? Le preguntó sentándose en una esquina de la cama y tocando su pierna. 

—No finjas que te importa, por favor. Le dijo ella con tono triste.

—No quería que intentaras suicidarte. 

—No sabía cómo abortar, supongo que fui algo creativa, le dijo en tono frio.

—Jugar con tu vida no es nada creativo.

—Pedir que aborte tampoco lo fue, pero supongo que eso no importa. 

James desvió su mirada hacia otro lado, sentía esos ojos grises observándolo de forma acusadora, — ¿Cuándo sales de aquí? Preguntó parándose del asiento y avanzando hacia la ventana. 

—Dentro de unos minutos.

—Creo que algunas cosas cambiaran cuando nos vayamos de aquí, dijo james suspirando con ironía. 

— ¿Iremos? Me voy con mamá.

— ¿Tu mamá es el padre de tu hijo? Le preguntó.

—No.

—Bien, pues te vas conmigo, entonces.

—Tú no quieres al bebé, le dijo acusándolo.

—Lo quiera o no... viene de camino, quizás podamos tener una relación en armonía, quien sabe, dijo mirando a un punto imaginario en la habitación. 

Ángela suspiró, lo sabía... sería infeliz a su lado, quería que viviera con él solo por obligación, la realidad la hizo sentir miserable, un bebé le iba a cambiar totalmente la vida, observó al techo, no quería llorar, no delante de él, se sentía tan desdichada. Vio a su madre entrar a la habitación. —Ya viene un médico a verte y nos vamos. 

—Mamá... empezó a decir ella.

—Se va conmigo, dijo james con el ceño fruncido.

— ¿contigo? Preguntó alma.

Luego de varias peleas, una revisión médica en la cual el doctor le quería recetar anti depresivos pero entonces le podían hacer daño al bebé así que la idea quedó echada por tierra, al menos treinta minutos vergonzosos en el cual su madre le preguntaba cosas al doctor, Ángela sintió que el día no podía ser peor, y para colmo estaba lloviendo. ¡Lloviendo! Se dio un baño y se puso un pijama larga color negro que su madre le había llevado, se miró al espejo, dentro de unas semanas perdería su figura y parecería una ballena o quizás una vaquita. — Estoy lista, dijo una vez fuera dela habitación. 

Alma se le acercó y la abrasó con fuerza, —cuídate, cielo y ya sabes cualquier cosa tu casa te estará esperando. 

____ también se le acercó y la abrasó... —Cualquier cosa, aunque sea la mínima que él te haga, me avisas, dijo observando a james de forma asesina.

Ángela asintió mientras se despedía de todos, pareciera como si se fuera a ir del país y solo era a casa de james, esperaba al menos que él la abrazara como una pareja normal, pero luego sonrió tristemente, que ilusa era, lo siguió, él caminaba rápido y ella no podía seguirle el paso. Sospechaba que lo hacía apropósito, estaba enojado, y realmente ella lo entendía, cargar con una mujer y un hijo que no quería debía ser duro para él. 

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora