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— ¿te vas? Preguntó confundida. — ¿A dónde? 

—De aquí, Ángela. Me voy de aquí, dijo bruscamente. — ¿Te vienes conmigo o no? 

— ¡Por supuesto que no irá! Ella no romperá la tradición navideña por ti.

Ángela notaba la tensión entre ellos. — ¿Qué está pasando? ¿Por qué te vas? Preguntó acercándosele a james. 

Él no la observaba. —Háblame, james. 

—Tú solo dime, te vienes conmigo o no. Dijo saliendo del lugar. — Estaré esperando afuera un minuto. Solo uno. 

— ¿Y tú te irás? Le gritó su madre. — ¿ese hombre está por encima de tu familia?

Ella no sabía qué hacer. —Mamá ¿Qué le dijiste? ¿Por qué se puso así?

Alma miró hacia otro lado. — ¿Tú también te quedarás callada? Preguntó Ángela enojada.

Salió del lugar, atravesó la sala corriendo, cuando salió vio a Justin al lado de james diciéndole algo, al parecer parecía calmarlo pero él no hablaba, solo asentía y miraba hacia otro lado, parecía a punto de explotar. ¿Qué le había dicho su madre para ponerlo así? Aunque debía reconocer algo, luego de que vivían juntos se había vuelto volátil. ¿O siempre había sido así? 

Se sentía cansada, dos veces había hecho lo mismo, decía que se iba y ella tenía que correr tras él. ¿Siempre sería así? No quería romper la tradición familiar pero... No quería perderlo. Justin al verla entró nuevamente a la casa. Ella se acercó a su ¿Novio? Ni siquiera sentía que lo eran. —Vine hasta aquí, pero no para irme contigo, le dijo decidida. —James... Siempre ha sido una tradición en mi familia quedarse desde el 24 de diciembre hasta año nuevo. Sé que no celebras la navidad, me lo dejaste muy claro cuando rompiste los adornos que compré... Esta es mi familia, si quieres puedes irte... Yo... No te voy a obligar. Pero si lo haces sabes que me quedaré triste, sería ver a todos felices con sus parejas y yo estar sola. 

—Ven conmigo, entonces. Le dijo acercándosele y tomándola de la mano.

Ángela dudó. —Quisiera... Pero... cerró los ojos y suspiró tristemente, observó hacia atrás su casa, rompería la tradición. —Está bien, dijo lentamente. —Me voy contigo. 

James la observó, ella estaba punto de llorar. No. No podía herirla de esa forma. La tomó de la mano y entró nuevamente a la casa, Alma estaba en la entrada, él la ignoró completamente, subió las escaleras hasta la habitación. 

Ángela sonrió pero entonces sintió que se mareaba, se sentó en la cama. — ¿te pasa algo? Le preguntó james.

Ella asintió, se metió en la cama. —Ya se me pasará, le dijo con el rostro pálido.

James se metió en la cama con ella, Ángela sonrió. — ¿Sabes? Me gusta cuando te quedas conmigo, dIjo sinceramente. Él sonrió y le dio un beso en la frente. —Si yo te digo que nos vayamos lejos, a otro país... ¿Aceptarías? 

— ¿A otro país? ¿Pero regresaríamos? Preguntó observándolo.

—No, solo seremos tú y yo. Sin nadie más.

—Contigo, iría a donde sea, dijo con una sonrisa cerrando los ojos.

En los demás días su estado de salud empeoró. Vomitaba por todo, al menos james estaba ahí con ella, ayudándola, cuidándola, llenándola de mimos, la relación entre él y su madre se había congelado. No se dirigían la palabra y realmente no sabía exactamente el porqué. 

Era 31 de diciembre, no pudo participar en ninguna actividad, habían formado una piscina, aunque hacía un frio horrible justin y Axel no parecían sentirlo, ni tampoco Paul y su madre. Le hubiera deseado ponerse un traje de baño e ir pero luego pensó que no sería bueno para el bebé, aunque quería estar con su hermana para que le aclarara algunas dudas del embarazo no podía dejar solo a james. Su madre se había empeñado en dejarlo fuera de todas las actividades, él ni al caso, le daba igual era como si él mismo se auto encerrara en sí mismo. 

Observó a los lados, james se le había perdido de la vista, cuando se disponía a buscarlo la hermana de Axel la abordó preguntándole sobre una cámara, ella fue cortés y se excusó diciendo que no sabía mucho de eso, que su hermana podía ayudarla mejor, y aunque estaba mintiendo no tenía cabeza para otra cosa que no fuera james, luego de subir y bajar escaleras salió de la casa, él estaba sentado en la entrada fumando. Ella frunció el ceño pero luego sonrió. — Hola, dijo lentamente sentándose a su lado.

— ¿Qué haces aquí? Le preguntó mirando para otro lado y expulsando humo.

—No te vi adentro. Respondió acercándosele.

James la observó. —No deberías acercarte tanto, este humo no te hace bien.

—Entonces deja de fumar.

Él maldijo, tiró la colilla al suelo y la pisó. —Por eso estoy aquí, me alejé para no causar daño.

Ella rodó los ojos y se recostó en su hombro. — ¿me puedes acompañar a la habitación? No me siento muy bien, dijo tristemente. 

James la observó. Se paró, la tomó de la mano y subió a la habitación, en las demás actividades Ángela no pudo participar, pero no podía quejarse se la había pasado acurrucada con el hombre que amaba. Cuando observó su reloj eran las nueve de la noche, en casa solían cenar tarde, así se paró de la cama y fue a alistarse, en el baño tuvo que apoyarse en una pared sentía que se iba a caer, se sentía muy mal, como si no tuviese fuerza para mantenerse en pie. No se pudo vestir con el mismo glamour de la noche del 24, lo único que quería era dormir, se puso un vestido negro que llegaba la piso, unas sandalias, no usó nada de maquillaje y se amarró le pelo. James, el cual estaba vestido al verla con el rostro pálido, se acercó a ella. — ¿estás bien? Le preguntó. 

Ella sintió que el aire se escapaba de sus pulmones. —No estoy bien, creo que me voy a....

James la vio desplomarse en sus brazos, —Ángela, Ángela, ¿me escuchas? Le preguntó tocando su cara, en ese momento Alma entró a la habitación, junto a Justin y a ____. — ¿Qué diablos le hiciste? Preguntó alma acercándose a su hija. 

—Se acaba de desmayar. Dijo james con dientes apretados.

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora