Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.

31.

Ella observó el suelo, estaba enlodado, miró sus sandalias, y luego a james, él entendió lo que ella trataba de decirle, la tomó en sus brazos, mientras cerraba la puerta del vehículo y prácticamente corría hacía dentro de la casa.
Cuando ella tocó el suelo, observó a una mujer de mediana edad rubia con ojos profundamente negros, parecía algo tétrica, analizadora, manipuladora, arqueó una ceja, supuso por su edad que era la mamá de james, observó en su dirección y luego de unos segundo su mirada se transformó, ya no era tan fría, esperaba al menos un abrazo afectivo para él pero no llegó, ella se limitó a sonreírle. — James, dijo de manera dulce, o fingiendo serlo, no estaba segura. 
— Mamá, agregó él en tono serio. — ¿Dónde están los demás?
— La lluvia los ha mantenido en sus habitaciones, faltan algunos por llegar.
Él asintió, desvió su mirada hacia Ángela… — Mamá, te presento a Ángela… Ella es...
— ¿Novia? Pregunto la señora adelantándose.
Él asintió finalmente, — Ella es mi novia.
La mujer observó a Ángela de arriba abajo al menos un minuto, — Me llamo Alba, dijo en tono cortés.
— Soy Ángela, dijo ella mientras sonreía. 
— Estamos cansados, Alba… ¿La misma habitación de siempre? Preguntó como si le hablara a cualquier persona en particular y no a su mamá. 
Ella asintió.
— Vamos, le dijo james a Ángela tomándola de la mano. 
— ¿Quieres algo para cenar? Preguntó a su espalda.
— Mandé a comprar hamburguesas con Leo, creo que las traerá en un momento.
— Yo podía prepararte algo, agregó alba como si estuviese herida.
— Yo podía comprar algo también, mamá, dijo resaltando la última palabra como si fuera una burla.
Ángela sentía la tensión entre ellos, se aferró del brazo de él, no le gustaba su mirada para nada, era como si el james que había conocido se hubiera esfumado, él le indicó una habitación, al entrar se impactó por el frio que provenía de esta. Se abrazó a sí misma, mientras observaba a james bajar las cortinas.
Observó que su maleta estaba encima de la cama, sin perder tiempo, sacó de ella un pijama largo y se metió al baño. Al salir, se dio cuenta de que james discutía con alguien por teléfono, colgó al verla y frunció el ceño. Algo iba mal, o tal vez y era cierto que él odiaba a su familia y su familia a él, no estaba segura, pero este james era algo agresivo, gruñón. —La cena está ahí. Le dijo de manera fría señalándole una pequeña mesa. 
—No tengo hambre, dijo en tono triste, mientras se metía a la cama.
Él suspiró, se sentó en la cama y suavizó su mirada… —Vamos come, por mí.
— ¿Tú comerás? Le preguntó observándolo.
—Solo si tú lo haces.
Ella sonrió, se sentó y le dio un beso en la mejilla. —Trato. 
Esa noche fue realmente incomoda, no pudo conciliar el sueño ya que se escuchaban más y más personas llegando a la casa, se escuchaban discusiones, y también risas. James se notaba tenso, en la noche ni se le había acercado, estaba acostado lo más alejado de ella, mirando al techo. ¿Por qué todo era tan extraño? 
Al otro día, vestida en la forma más sencilla que pudo, tenía unos shorts de tela, una blusa rosa y sandalias. Observó a todas las personas en la amplia sala, todos la observaban como si fuese un bicho raro o algo fuera de lo común, había al menos diez personas. James la presentó a sus hermanos, lo extraño era que todos eran rubios, ¿por qué james tenía el pelo castaño oscuro? 
Observó a una chica, alta morena al lado de alba, la mamá de james, la cual la observaba de forma analizadora, james rodó los ojos al verla, se había enterado que se llamaba Venecia era amiga de la familia, muy amiga. También habían más chicos de diferentes edades, que eran primos de james. 
— ¿Y tú a que te dedicas? Preguntó Venecia mientras desayunaban.
— Modelo, respondió Ángela en tono frío.
— ¡Modelo! Exclamó fingiendo estar interesada, — ¿Mucha belleza poco cerebro? Preguntó burlándose.
Todos empezaron a reír.
Ángela sonrió… — No, mucha belleza, mucho dinero, dijo en tono triunfante.
Todos giraron a observar a Venecia la cual siguió desayunado sin opinar más nada.
En tu cara, perra.

ASÍ SE HABLA *O*