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Ángela cerró los ojos. Ya sabía lo que iba a pasar y malditamente no se equivocó. James tomó a David por el cuello. Paula y Alma chillaron al mismo tiempo alejándose de él. -Te vas ahora mismo de mi casa, Imbécil, le dijo en tono asesino a David.

Tommy empezó a llorar. -James, para... Por favor, estás asustando al niño, le dijo Ángela. Pero él no la escuchó, lo empujó hacia la salida y David cayó al piso. - ¡Largo de aquí! Le gritó. David como pudo se paró y se fue.

Alma y paula observaron a Ángela, estaban aterradas. -Él no les hará daño, dijo parándose lentamente de la cama. Ambas mujeres la observaron de manera dudosa.

Ella caminó lentamente hacia james, su cuerpo dolía mucho. -James, lo llamó cuando estuvo en la sala. -Cálmate ¿Si? Le rogó.

- ¿Qué pasa? Le preguntó james observándola enojado. - ¿Por qué no te acercas? ¿Piensas que te voy a hacer daño? ¡Este es el maldito colmo! Gritó furioso y se metió a su habitación estrellando la puerta.

Mierda, maldijo la hora en la que su madre apareció e invitó gente. -Cielo, si quieres vete con nosotros y el niño. Estarás mejor que aquí, le dijo su madre poniéndole una mano en el hombro, Ángela se zafó. - ¡Déjame en paz! Siempre lo arruinas todo. ¡Yo estaba muy bien sin ti! Le gritó caminando de regreso a la habitación.

-Pero Angie... Dijo Alma con tono triste.

-Solo vete y no te metas más en mi vida. La interrumpió Ángela mirándola con tristeza. -No lo arruines más.

-Si eso es lo que quieres... escuchó que dijo su madre detrás de ella y se fue.

Cuando llegó a la habitación no evitó sentirse miserable, sus lágrimas empezaron a salir. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué James tenía que ser volátil? ¿Por qué su madre lo odiaba tanto? ¿Por qué todos querían de una forma u otra controlarla? ¡Joder! Era como si ella no tuviera sus propios pensamientos, como si fuera una retrasada mental. Suspiró con cansancio.

"Su vida se había convertido en una montaña rusa."

Y como había predicho, así mismo había pasado. James se la pasaba enojado todo el tiempo. Tan solo era el hecho de decirle algo para que él le respondiera con un comentario sarcástico. Estaban en pleno Agosto, Tommy tenía dos meses y había dejado de llorar a toda hora, solo lloraba en las tardes y dormía toda la noche, cosa que alegraba a Ángela ya que así podía moverse y dormir tranquilamente.

-Voy a salir, dijo Ángela con el bebé en brazos.

- ¿A dónde vas? Le preguntó james.

-Tú nunca me dices a dónde vas ¿Por qué tendría que hacerlo yo? Le preguntó en forma desafiante.

La verdad estaba harta de lo mismo, él la maltrataba y ella lloraba. ¡Por Dios! Ya no iba aguantar más maltratos de su parte. Ya no.

-Si no me dices a dónde vas, no saldrás de aquí.

- ¿En serio? Preguntó sonriendo.

James se paró y se posicionó entre la puerta y ella. -En serio. Dijo observándola enojado.

- ¿Por qué lo haces? Le preguntó con rabia. - ¿Por qué esa injusticia conmigo?

-Ángela, no quiero pelear...

-Pues déjame salir.

-No lo haré, no saldrás de aquí sin mí.

Ella suspiró cansada no se iba a poner a luchar contra él, en fuerza la superaba. -Vete al diablo, le dijo enojada y caminó nuevamente hacia la habitación. Sintió que él la tomaba de la mano y la atraía a su cuerpo. -No quiero dejar salir a mi preciosa chica con mi bebé, sin estar presente. Dijo abrasándola.

-No te pongas empalagoso ahora, tu razón es tonta.

- ¿tonta? ¿No te has visto? Ahora que diste a luz a Tommy estás más hermosa que nunca. ¿Para qué quieres salir sola?

-Esto es el colmo, dijo por lo bajo.

James sonrió. -Me gusta verte enojada.

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora