Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.

71.

—Ya cálmate ¿Si? Estoy aquí, me voy contigo... Solo cállate, le dijo pasando a su lado y montándose en el asiento trasero del vehículo. 

Es difícil cuando te enamoras del pasado de una persona, de lo que fue, de lo que hizo y te sientes tan atada que ahora cuando esa persona saca su verdadera personalidad te sientes perdida. No sabes si tienes que aferrarte a ese pasado o alejarte de ese monstruo que vive contigo en el presente. ¿Tendría que luchar para recuperar ese pasado O solo lo tenía que dejar ir? Dejarlo ir con todo... Olvidando el pasado, superando el presente y borrando un futuro. 

Se pasó todo el camino escuchando a james discutir, en ningún momento ella abrió la oca. ¿Para qué lo haría? Lo que menos quería era que el niño desde pequeñito escuchara los gritos de sus padres, mientras él la llamaba con todo de tipo de adjetivos descalificativos ella le hacía caras graciosas a Tommy. 

Una vez que llegó a casa, se aseguró de acostar al niño en la cuna y luego salió a enfrentar a james. —Entonces. ¿Me vas a decir por qué diablos te fuiste sin decirme nada? 

— ¿Me dices tú a dónde vas? Le preguntó cruzándose de brazos.

—Esa no fue la pregunta. 

—Esa es mi respuesta.

— ¿Por qué me lo pones difícil?

Ángela sintió que explotaría de rabia. — ¿Yo ponértelo difícil? Desde que estoy embarazada no uso mi auto, tú tienes las llaves; No salgo, tú nunca estás... Estoy aquí sola. Cuando nació tommy pensé que las cosas cambiarían pero no... ¡Todo empeoró! Y ya estoy cansada de esto. ¡Yo merezco ser feliz! Y a tu lado nunca lo seré.

— ¡Ahora pretendes irte! Exclamó james malhumorado. 

Era increíble, él no aceptaba para nada su error. Tenía que alejarse de esa relación, para él ella era la culpable de todos sus males. Ángela sonrió tristemente. — ¿Por qué me tienes que hacer tanto daño? Le preguntó tratando de contener las lágrimas. — ¿Por qué desquitarte conmigo? Yo entiendo... Te entiendo, sé que debió ser difícil para ti perder a tu familia. Lo sé... Pero... Yo no la maté y aunque te duela esa es la verdad. ¡Yo no la maté! Le gritó llorando. —Tú quieres hacerme pagar por algo que no hice. 

—No las metas en esto, dijo james apretando los dientes. 

—Es inevitable. Justin lo dijo, con ellas eras feliz. A ellas las amabas. Si no me quieres a mi ¿Por qué estás conmigo? Muchas madres son solteras, créeme que pertenecer a ese por ciento no me afectaría en nada. Estar contigo es como estar sola... Hundiéndome cada día... Hundiéndome sola y tú no lo entiendes. 

James se acercó a ella, y por primera vez en mucho tiempo ella no retrocedió. —Anda si quieres golpearme hazlo, yo no puedo contra ti, ganaste. Dijo llorando. 

—Yo no iba a hacer eso, respondió james confundido. —Me pintas como un monstruo.

—Lo eres.

—No, no lo soy.

—Sí, lo eres, me tratas como si fuera basura... Esa no es la vida que quiero para mi hijo. Lo mejor es que acabemos esto... Tú te buscas... —Si no la tienes ya—, dijo sarcásticamente... —Una mujer que le guste eso de tener un chico fuerte y malo que sea celoso... la vas a encontrar... Y yo... Bueno... No será difícil encontrar a un hombre que quiera a Tommy. 

— ¿Eso es lo quieres? ¿Buscar otro hombre? 

—Yo solo quiero a un hombre que ame a tommy, que se sienta orgulloso de mí cuando me vea desfilando en cualquier pasarela y que le guste hacerme el amor, solo eso. 

Vio como james ponía ambas manos en sus hombros, estaba muy próximo a ella, cosa que la ponía nerviosa porque no sabía cuál sería su próximo movimiento. — ¿Y tú que crees? Le preguntó observándola. — ¿Crees que no adoro a Tommy? ¿Crees que no me siento orgulloso de ti cuando te veo caminar como diva en una pasarela? ¿Crees que no me muero ahora mismo por hacerte el amor? 

—No lo sé... Contigo nunca se... no terminó la frase cuando sintió que la besaba. Quería detenerlo, empujarlo e irse de ahí, pero en vez de eso, posó una de sus manos en su mejilla con ternura. Realmente no sabía cuál de los dos estaba peor, él por ser un loco, o ella por aceptar su locura. 

Sintió sus manos en la cintura alzándola, ella puso ambas piernas alrededor de su cintura, aun besándose sintió que se movían, james se despegó de sus labios para abrir la puerta y entrar con ella a su habitación. 

Era algo tan extraño, ella debía estar enojada con él pero su cuerpo al parecer no quería. Sentía su corazón palpitar alocadamente, hacía tiempo que no hacía el amor con él y a decir verdad extrañaba a morir estar entre sus brazos. Sonrió como tonta, definitivamente había perdido el sentido común. 

Cuando él la depositó en la cama ambos se apuraron por quitarse sus ropas, era deseo, deseo puro. Ganas de sacar el animal carnívoro que tenían atrapado... sentía los besos de james en todo su cuerpo, primero besó su cuello, luego sus senos, su estómago, su cintura y cuando lo vio separarle las piernas gimió de puro deseo. Sentir su lengua despegar sus pliegues la hicieron gritar. Joder, extrañaba eso. 

Era tal la sensación abrumadora que llegó a un punto que pensaba que explotaría y explotó. Sintió todo su cuerpo estremecerse, vio a james ascender por su cuerpo besando cada parte del mismo de manera dulce y justo cuando se posicionó encima de ella una alarma sonó en su cabeza. —No me estoy protegiendo, le dijo preocupada.

James sonrió y la penetró fuerte. Ella cerró los ojos y mordió su labio. —Eso no es tan malo...

— ¿No? Preguntó con los ojos cerrados sintiendo sus golpes en su interior. Sentía que sus pensamientos se nublaban. No entendía sus palabras. — ¡¿No?! Volvió a preguntar esta vez más alto.

—Cielo, que me des otro niño realmente no me importaría, le respondió james...