25.

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Él la intento abrazar pero temía hacerle daño, la dejó parada en el mismo lugar y buscó las cremas desinflamantes que tenía, cuando volvió le indico que se acostara en la cama de espaldas, ella lo hizo. 
James vio cada moratón en su espalda y sus piernas, en total doce, cuando iba a aplicar crema en una se acercó y le dio un beso en el lugar, Ángela sonrió…— ¿Piensas besar cada golpe? Bromeó.
Él sonrió…— Sí.
— ¿En serio? Preguntó observándolo.
James se acercó a ella y le dio un pequeño beso en los labios, —Si hermosa.
Ángela se sonrojó al instante, sabía que él tenía varias personalidades, pero particularmente amaba a este james, el james tierno que la quería proteger y la hacía sentir especial. Recostó la cabeza en la almohada, cerró los ojos y se relajó, se sentía en como si estuviese en casa, con él… ella estaba segura.
La próxima hora fue la más extraña y especial que alguna vez había tenido en su vida, verdaderamente él besó cada herida, se encontraba mirando al techo mientras él le besaba el cuello y luego le untaba crema desinflamante, — ¿Untarás eso también en mi cara? Preguntó observándolo de cerquita. 
Él sonrió, en vez de contestar como ella esperaba, ahuecó suavemente su rostro y la besó, Ángela llevó una de sus manos hasta su cabello y lo atrajo más a ella, sentirlo se estaba convirtiendo en la mejor experiencia que había experimentado en sus 20 años de vida.
James rompió el beso… —No, dijo mientras se sentaba en la cama… —Estas mal, no deberíamos hacer esto.
Ella hizo un puchero y él sonrió. —Tengo la pasta del local, ¿Segura que no tienes hambre? 
—No de pasta, respondió observando sus labios.
—Te puedo preparar otra cosa, dijo james.
— ¡Sabes a lo que me refiero!
Él soltó una carcajada mientras buscaba en su closet alguna camiseta y se la pasaba. Ángela la tomó y mientras se la ponía sonreía como idiota, ¿Por qué cuando estaba con él tenía una estúpida sonrisa estampada en sus labios? Cuando terminó james la tomó de la mano mientras salía de la habitación, entraron a la cocina. —Te voy a preparar algo.
— ¿Algo como qué?
—Hamburguesas, pero de verdad… Con carne de verdad.
Ella soltó una carcajada mientras se sentaba en le desayunador y lo observa cocinar. ¿Cómo no podía amar a ese hombre? Simplemente era imposible, cada cosa que él hacía y decía la hacía desear ser algo más que amigos en esa relación extraña, quería ser algo más que compatible en la cama con él, sonrió tristemente… Ahí estaba la peor parte, ella deseaba todo eso pero él al parecer no. No pudo evitar sentir una punzada de dolor al darse cuenta que la única que estaba enamorada era ella, porque realmente lo amaba. 
Llegó a una conclusión, ‘Estaba bien, pero bien jodida en esto’.

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora